Itinerario: Santa Ana la Real - Barranco de la Presa - Rivera del Gallizo - Barranco de los Casares - Barranco del Negrito - Loma del Carquesal - Los Parrales - Las Huertas Nuevas - Los Calares - Jabugo - Casas de la Romanilla - Castaño del Robledo - Calabacino - Barranco de Valle Peral - Peña de Arias Montano - Ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles - Alájar - Barranco del Hoyo - Barranco del Valle de la Palma - Linares de la Sierra
Distancia: 30,4 kms
Dificultad: Difícil.
Acumulado: 875 m subiendo; 1014 m bajando.
Tiempo total (movimiento+paradas): 9 horas 16 minutos
Martes, 8 de Mayo de 2018. 7:10 A.M. Kilómetro CERO del Desafío Patanegra: centro de la Plaza de España de Santa Ana la Real, a 641 m.s.n.m.
Es noche cerrada. El cielo está completamente cubierto de nubes, compactas y plomizas. Juan Antonio Jara, creador junto a Victoria Rodríguez, de ésta Prueba, "El Desafío Patanegra", nos dá las últimas instrucciones antes de iniciar "Nuestro Desafío", que nos hemos planteado hacer en modalidad Senderismo y en un plazo de cuatro etapas.
Aún no hemos acabado de hablar, cuando comienzan a caer las primeras gotas de lluvia.
Juan Antonio nos desea “buen camino”... y comenzamos a andar, descendiendo por la Calle La Fuente, por su prolongación natural: la Calle Antonio Díaz y enlazamos con la Calle Constitución, donde pasamos junto a la Fuente de los Tres Caños.
Paramos un momento en la fuente y bebemos su fresquita agua con el jarrillo de lata. Para mi catálogo personal de fuentes, ésta es una buena fuente, en la que es imprescindible detenerse el tiempo que haga falta… y deleitarse con su agua “no potable”...pero pura y cristalina.
Nos despedimos de Santa Ana y me viene a la memoria una cita que leí ayer, escrita sobre un azulejo, con texto de Juan de Mata Rodrigo: “Santa Ana la Real te recibe, compañero, aquí tienes la verdad, la paz, la alondra, un sendero. Una copa de amistad que te brinda, un santanero“. Bajamos por el camino empedrado de La Presa (pequeña barriada del municipio situada a corta distancia, al otro lado del barranco).
Un cartelito adosado al muro de piedra que tenemos a la derecha nos recuerda: "Toma sólo fotos. Deja sólo tus huellas".
La fría lluvia, monótona, persiste.
Al poco, comenzamos a ver señales indicativas del Sendero del Bosque de las Letras y del Sendero Nocturno (reflectantes).
A la derecha, en la base del tronco de un gran castaño, horadado por el tiempo inclemente, hay colocadas las figuras de un Belén. El castañar es el símbolo de éste Parque Natural.
El camino se bifurca: a la izquierda se dirige hacia la aldea de La Presa, nosotros seguimos a la derecha, por el camino de las Callejas, pasando junto al Horno de Cosme (a la derecha del camino) que forma parte de la Ruta de los hornos de cal.
En 2011 se realizó un informe para la inscripción de los hornos de cal en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía (CGPHA). Después se hizo un estudio, encargado por la Delegación Provincial de Cultura de Huelva, en el que se proponían una serie de medidas para la puesta en valor del patrimonio industrial santanero. Fruto colateral de estas iniciativas ha sido la publicación por la Diputación de Huelva del libro de Javier Hernández Ramírez, profesor del Departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla: “Tiempo de hornadas. Etnografía de la actividad calera en Santa Ana la Real”.
Poco a poco, la claridad va dando contorno y color al bello paisaje, alejando la oscuridad de la noche.
Nos detenemos un momento, junto a la Fuente Cagancha (situada a la izquierda del camino). Hasta hace unos 40 años esta fuente servía para el abastecimiento de la cercana aldea de La Presa. Hoy en día, sus aguas, menguadas por el sondeo de pozos cercanos, se dedican al riego de las huertas cultivadas barranco abajo.
En un panel informativo, Juan Antonio Muñiz, versifica una leyenda popular sobre esta fuente: “Castillejo abajo andando por cuevas bajaban las moras a buscar agua fresca.
En la Fuente Cagancha. junto a la ribera, lavaban sus cuerpos sin que nadie las viera”.
Pasamos junto a las instalaciones de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Santa Ana la Real, situada entre espesa vegetación, a la izquierda del camino.
La hiedra trepa por los descortezados troncos de los grandiosos alcornoques.
El piso del camino está blandito y muy húmedo, por la tormenta que cayó ayer tarde.
Vemos señales indicativas de senderos propicios para la práctica de la Marcha Nórdica (Nordic Walking) y de Montañismo Inclusivo, en las que el municipio de Santa Ana la Real es pionero, en la zona onubense y en Andalucía.
Dejamos, a la izquierda del camino, el Horno de cal de Puerto Molino y bajamos, suavemente, hacia una encrucijada: a la derecha, el camino se dirige hacia los Riscos de Levante y hacia Alájar. Nosotros seguimos a la izquierda, cambiando de dirección, para introducirnos en la rivera de Santa Ana, por el camino de los puentes.
La rivera de Santa Ana ó del Gallizo, discurre al Este de Santa Ana la Real, haciendo de frontera natural con el municipio de Alájar. Reúne las aguas de los Barrancos del Negrito, de los Casares, de los Chorreros y de La Presa. Su nacimiento se encuentra en la cascada de Los Chorros del Jollarancón.
Durante la subida suave de éste tramo, vamos escoltados por una vegetación paradisíaca, en la que destacan árboles como alcornoques, encinas, chopos, álamos y castaños. Entre el matorral y los arbustos, encontramos jaras, romero, madroñeras, orilleras…
Atravesamos, en varias ocasiones, el arroyo, por bonitos puentes de madera, rodeados de enredaderas, chopos, fresnos, sauces, madreselvas y otras especies vegetales típicas de las riberas húmedas de la zona.
Llegamos a un lugar, que nos llama mucho la atención. A la derecha, junto al curso del arroyo, hay un pequeño merendero, con varias mesas y bancos para descansar. Sobre los troncos de los árboles que nos rodean hay pegados escritos que han dejado algunos escolares que han visitado la zona. A la izquierda, sobre la ladera del talud de tierra hay un pequeño muro de piedra y en el centro, una puerta de madera con un cerrojo. La abrimos y encontramos otra puerta metálica de acero inoxidable con otro cerrojo. La abrimos y vemos… SORPRESA... “El Cofre de los Libros”... una biblioteca... un punto de intercambio gratuito de libros, que forma parte del “Bosque de las Letras”. La biblioteca de campo, es como una especie de “madriguera” para libros excavada bajo el pequeño montículo y perfectamente protegida por la doble puerta.
Cruzamos al otro lado del arroyo por un puentecito de madera y seguimos subiendo, hasta llegar la carretera HU-8105 (de Cortegana a Aracena / 33,81 kilómetros), que cruzamos con mucha precaución. Al otro lado unos paneles nos informan sobre el Camino de Santa Ana a Castaño del Robledo, sobre los Chorros de Joyarancón y sobre las Rutas ornitológicas en Sierra Morena.
Seguimos, subiendo, por el camino del Negrito y dejamos a la derecha, la portera de la Finca La Hoyuela. Vadeamos el arroyo por un puente de madera.
Poco después, llegamos a un cruce. A la derecha, el camino se desvía hacia los Chorros de Joyarancón (ó de Ollarancos) ó Cascada de Jollarancos. Paraje, también conocido como los Chorros de Santa Ana, en la Rivera de los Casares: es el mayor salto de agua del Parque Natural, con casi 50 metros de altura. Nosotros seguimos recto, subiendo.
Se nota un alto grado de humedad en el ambiente, pese a que la temperatura ronda los 20 grados.
Los terrenos por los que va ascendiendo el camino, conservan una formidable vegetación, con grandes ejemplares de quejigos, alcornoques, castaños, vegetación de ribera y algunos pinos. Y, sobre todo, en la zona de castañar, hay grandes extensiones de frondosos helechos y ya se ven algunos gamones.
Pasamos junto a los últimos Hornos de cal de Santa Ana, en ésta zona: los de Tío Eulogio, de Miguel de Paco (579 m.s.n.m.), del Negrito (606 m.s.n.m.) y del Negrito II (609 m.s.n.m.). Nota: éstos dos últimos, se encuentran ya en ruinas.
Vamos chorreando, entre el agua de la lluvia y el sudor corporal.
Coronamos al llegar a un cruce. Seguimos a la derecha, pasando junto a un cortijo en ruinas y continuamos subiendo, por un sendero con mucha pendiente y entre la frondosa vegetación que nos rodean, aparecen las puntiagudas zarzas...
Acaba el largo ascenso y se detiene la lluvia. Grandes charcos de agua anegan el sendero. Giramos a la izquierda. El sendero se hace camino. Comenzamos a descender, suavemente, pasando junto a instalaciones ganaderas, de ovejas y de cabras, celosamente guardadas, por fieles mastines, que hacen muy bien su trabajo: sólo se acercan a la valla, a ladrar, si el visitante traspasa “su línea de seguridad”...
Bajamos hasta llegar al cruce de la carretera HU-8114 (que enlaza la carretera N-435 con la N-433, por el Castaño del Robledo y Fuenteheridos). Aquí tenemos un pequeño problema, pues hemos de seguir por un tramo de sendero que está medio perdido, y sólo con las indicaciones del track del GPS, encontramos, un poco más adelante, el viejo camino, flanqueado por muros de piedra. El camino corona la suave loma, gira a la izquierda y baja de nuevo. Ya vemos a corta distancia, el blanco caserío de Jabugo.
Descendemos y llegamos a la carretera N-435 (Badajoz - Huelva / 201’44 km), que cruzamos, con mucha precaución. Y seguimos por una tranquila carretera local que nos lleva hacia Jabugo. Un cartel informativo nos recuerda que Jabugo es el origen del auténtico jamón ibérico… A la izquierda de la carretera hay pintado sobre el piso unas hojas, a modo de carril peatonal. Dejamos a la derecha el Observatorio “La Pedrera”: plantas autóctonas silvestres.
Entramos en el casco urbano de Jabugo (658 m.s.n.m.). Es el municipio más poblado de ésta etapa (2.258 habitantes) y callejeamos por Castelar y Dr. García Sánchez, que nos llevan hasta la Plaza del Jamón. Donde se encuentran el Ayuntamiento, la Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel y el Bar La Plaza, donde hacemos una reconfortante parada, tanto para el ánimo, como para el estómago, y nos tomamos lo más de lo más: un lustroso bocadillo de jamón de Jabugo en Jabugo… acompañado de una cerveza fresquita...
Tras el gustoso receso, reanudamos la marcha por la Calle Barco y la carretera HU-8112 (Jabugo a Puerto de la Cruz / 1´86 km). A la izquierda dejamos las instalaciones de la Bodega Cinco Jotas y, poco después, al pasar por la puerta de “El Paladar de Jabugo” vemos el grupo escultórico en bronce de una marrana con sus dos lechones.
Dejamos el casco urbano de Jabugo, y pasamos por un túnel bajo la carretera N-435, que nos lleva hasta el camino Rivera Castaño.
Un sol resplandeciente nos acompaña. El camino baja hacia el curso del río Múrtiga.
El río Múrtiga nace en la Fuente de los Doce Caños de Fuenteheridos. Tiene una longitud de 80´88 km. Pasa por los términos municipales de Galaroza, Jabugo y La Nava. Tiene como afluentes al Sillo y al Caliente. Desemboca en Portugal, en el río Ardila, a su vez afluente del Guadiana. Unas pasaderas de obra nos ayudan a cruzar el curso del río Múrtiga. Después el sendero comienza a subir, flanqueado por muros de piedra recubierta por musgos, líquenes y ombligos de Venus. Comenzamos a ver los primeros ejemplares de roble.
Es una subida empinada con tramos de escaleras de piedra. Alcornoques, encinas y algunos quejigos nos acompañan. Un par de preciosos ejemplares de caballo, blancos como la nieve, nos saludan tras un alto muro de piedra y se dejan acariciar…
Poco después, la pendiente se suaviza, el camino se ensancha y llegamos a una zona de huertas.
A la derecha, escondida entre la espesa vegetación, oímos el sonido de una fuente.
Casi sin enterarnos, llegamos al casco urbano de Castaño del Robledo (738 m.s.n.m). El municipio más alto del Parque Natural y el menos poblado (209 habitantes).
Lo hacemos por la plaza empedrada de la Fuente del Calvario (que tiene un abrevadero a su espalda y sobre un monolito, una cruz de hierro). El agua de la fuente no es de las mejores… pero hace calor y mucha humedad… y necesitamos el líquido elemento…
Continuamos por la Calle Calvario y la Calle Soledad, hasta llegar a la carretera HU-8114. Allí, junto a la parada del autobús, hay un pilar (construido en 2013) del que mana una fuente de manantial, con agua más fresca que la del Calvario…
Cruzamos la carretera con precaución, y durante un corto trecho, acompañamos a un par de empleadas de la limpieza de las calles, en nuestro camino hacia la Iglesia inacabada, la Fuente del Chorro (con dos buenos caños de agua fresquita…), el Callejón de las Brujas y la Plaza del Álamo.
La llamada Iglesia Inacabada es una joya del neoclásico que comenzó a construirse en el siglo XVIII, pero nunca se terminó. Es uno de los principales elementos que permitió al casco histórico de Castaño del Robledo ser catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC-1982).
Rodeamos la iglesia de Santiago el Mayor (siglo XVI) y subimos por la calle Arias Montano, nos desviamos a la derecha, por un callejón y dejamos el casco urbano por un sendero.
El sendero se adentra en un bosque mixto en dirección hacia La Peña de Arias Montano. Las encinas y alcornoques se mezclan con los castaños y, a sus pies, decenas de plantas inundan un suelo; entre ellas destacan por su llamativo color las peonías.
La zona se llena de enormes castaños, para ir dando paso, poco a poco, a otras especies como el madroño, el alcornoque y la encina.
Se conserva un pequeño bosque de roble melojo, especie que antaño dominaba esta zona, pero que fue sustituido, con el paso del tiempo, por el castañar.
Hemos coronado la subida. Vamos por terreno llano y llegamos a un cruce. Nos desviamos a la derecha, en dirección hacia La Peña.
Larga bajada, muy pendiente y pedregosa, donde se agradece el uso de los bastones. Desvío a la izquierda para afrontar una corta pero dura subida y de nuevo bajada hasta la Peña de Arias Montano.
En la segunda mitad del siglo XVI, estableció su residencia en la peña el humanista, escritor, teólogo y consejero de Felipe II, Benito Arias Montano (1527 - 1598). Aquí construyó su casa, su estudio y su museo de antigüedades, próximos a la antigua ermita. Ajardinó la zona y la dotó de acequias, plantando viñedos en las proximidades de la Fuente de la Peña.
Todo ésto prácticamente ya ha desaparecido. Y hoy en día, tan solo se celebra, cada 8 de septiembre, la romería de la Virgen de los Ángeles a su Ermita, singular edificio enclavado en este lugar tan especial.
"…En este retiro donde vivo ahora rústicamente hay cuevas profundas y parajes abovedados formados por ásperos peñascos, en parte debidos al capricho de la naturaleza y en parte –como sospecho ampliados y excavados por la mano del hombre (cuando estos lugares habitaban los sarracenos). Fundamento esta afirmación en vestigios de vajillas de barro con huesos humanos que a veces vemos enterrados en estos antros..." . ARIAS MONTANO, Benito (1590). De varia Republica. Cap. VI.
Tras refrescarnos en uno de los caños de la fuente, iniciamos la bajada hacia la cercana población de Alájar.
Cruzamos la carretera HU-8105, con mucha precaución, y seguimos bajando por el antiguo camino empedrado que va hasta el casco urbano de Alájar.
Alájar (574 m.s.n.m.). Callejeamos. El sol se muestra implacable y hace bastante calor. Buscamos un bar abierto donde reponer fuerzas. Los que encontramos, están todos cerrados. Pasamos junto a la Iglesia de San Marcos (siglo XVIII).
Una vez superado el pueblo por la zona del colegio, el camino transcurre primero por diferentes explotaciones ganaderas de cerdo ibérico. Nos detenemos junto a una fuente, en el Barranco del Hoyo, para comer unos frutos secos y repostar agua. Engañamos al estómago... Luego seguimos. El camino, poco a poco, va adentrándose en una bonita dehesa donde también hay numerosos huertos y un paisaje de ribera debido a la existencia de diferentes arroyos. Subimos por camino hasta una curva de la carretera HU-8105, cuyo asfalto no llegamos a pisar, e inmediatamente iniciamos una larga bajada por el sendero del Barranco del Valle de la Palma. Hay que extremar la precaución y asentar bien los bastones, pues es empinado, pedregoso y con barranqueras.
Poco después, la pendiente se suaviza, el camino llanea y entramos en Linares de la Sierra (505 m.s.n.m.). El municipio más bajo de la etapa y donde ponemos punto y final a nuestra primera jornada en éste nuestro “Desafío Patanegra”.
NOTA: Tras visitar la Iglesia de San Juan Bautista y bajar por unas empinadas escaleras a la plaza que hacía de coso taurino, nos dirigimos al Bar y allí nos encontramos, de modo sorprendente… a Victoria Rodríguez y a Juan Antonio Jara, que nos están esperando con una coca-cola y una cerveza fresquita en la mano...