Declaración del camionero, Fermín Garcés Hualde (Valtierra - Navarra, 1931):
«Lo que vi y lo que pasé no se me olvidará en la vida. Viajaba con mi camión desde Francia, con un cargamento de maíz rumbo a Alcorcón (Madrid). Era un camión viejo, un Pegasus verde de tres ejes. Tan viejo que sólo podía viajar al atardecer o de noche para que no se calentase demasiado el motor. Al llegar a San Sebastián nos desviaron por Villabona. Había obras en la carretera y unos guardias civiles dirigían el tráfico. ¡Cagoen...! Yo llevaba dos toneladas de más de maíz de las permitidas para sacar más beneficio de aquel viaje. ¡Me daba miedo que me parasen y lo viesen!".
"Nos echaron por un desvío. A medio kilómetro había un guardia civil de tráfico. Pasé y al kilómetro de dejar al guardia llegué a una yesería. A 15 metros vi a un guardia civil con dos chicos jóvenes que estaban hablando mientras el guardia miraba el coche. A unos diez metros, oí un disparo "¡Bang!" Creí que había sido el ballestín porque cuando se rompe pega un pedo como el tiro de una pistola".
"Miré adelante y vi cómo caía el guardia muerto al suelo. Recuerdo con claridad cuando me tiré del camión y al pasar junto a Pardines vi cómo le salía la sangre por la boca. Uf. Estaba ya muerto. Cayó muerto con el primer tiro y luego le dieron cuatro más. Pardines había puesto su moto delante del coche de los jóvenes. Uno de ellos tiró la moto y fueron hacia su coche. Ellos tenían dos metros y yo diez, pero tenía 37 años y llegué a tiempo. Cogí del hombro a Sarasketa, que fue el que se sentó al volante, y les dije: "Quietos, asesinos, bandidos, quietos aquí". Intenté sacarlo por la ventana del Seat 850, pero Etxebarrieta me puso la pistola en la cabeza (hace el gesto). Me apuntaron con un arma como un demonio de grande y tuve que dejarlo".
"Entonces salí disparado del coche y fui a mi camión, por si acaso me tiraban un tiro. Había tras de mí cinco o seis coches. Al primero le pedí por favor que llamaran al compañero del guardia para avisarle. A los dos chicos jóvenes del segundo coche les pedí que me llevaran para ver la matrícula del coche. También ellos corrieron peligro, pero entonces no sabíamos ni qué era ETA ni nada. A medio kilómetro, en una papelera, yo me bajé y ellos se fueron. Allí pedí un teléfono para llamar a la Guardia Civil de Tolosa y avisarles de que dos chicos jóvenes habían matado a un guardia civil y habían huido en dirección a Tolosa. Así pudieron esperarles en Tolosa".
"Llamé por teléfono a mi jefe, que se llevó el camión a Pamplona. Yo regresé más tarde, en otro camión que me paró la Guardia Civil. Al día siguiente fui a ver a mi jefe, que era de Transportes Mina, y me dijo que ahí estaba el camión. Lo cogí y me vine aquí a Alcorcón a descargar. Allí la Guardia Civil me volvió a interrogar». «Si me hubieran matado a mí, no les habrían cogido» porque él fue quien alertó de lo sucedido y quien pudo identificar después a uno de ellos, Iñaki Sarasketa. Txabi Etxebarrieta falleció en el hospital tras un tiroteo con las Fuerzas de Seguridad.