He pasado muchas veces por la Placeta Colorá del Barrio Hondillo de Lanjarón, y siempre me ha llamado la atención una placa de cerámica colocada sobre la fachada de la casa de la esquina: "Lanjarón a Eladia Blázquez, nieta de éste pueblo, poeta y compositora argentina, intérprete de canción española y de sus propios tangos. (Excmo. Ayuntamiento de Lanjarón - Noviembre 2.007)", porque... Eladia, es el nombre de mi mujer y de mi hija…
Yo, no tenía ni idea, de quién era esa mujer... y... como tantas veces, me picó la curiosidad... y de hoy... no pasa…
Las siguientes páginas, traen al presente las voces de un pasado, aún reciente…
Efectivamente, Eladia Blázquez, era nieta del pueblo de Lanjarón. Sus abuelos, el matrimonio formado por Miguel Mingorance Jaraba y Margarita Alonso Jaraba, residían en el Barrio Hondillo. Él, era natural de Lanjarón y ella de Granada, aunque sus padres eran de Lanjarón.
Miguel era conocido en el pueblo con el apodo de "Reverte", puede que en referencia al famoso torero sevillano (Antonio Reverte JIménez, 1.870 - 1.903).
Miguel y Margarita, vivían en la casa que hace esquina en la izquierda de la Placeta Colorá. En esa casa, el 24 de septiembre de 1.901 les nació una niña, a la que pusieron de nombre Eladia Mercedes.
Era una familia normal, como otras muchas del pueblo y de la España de entonces, en las que la escasez era el pan de cada día. Los bancales de tierra daban poco más que para la subsistencia.
Buscando una salida para esa penosa situación, Miguel y Margarita, decidieron subirse al barco de la emigración a tierras americanas.
Corría el año 1.922 cuando se fueron, con el desgarro de dejar atrás sus raíces familiares y con la incertidumbre y la esperanza mezcladas en sus corazones. Dejando casa, tierra, familiares; dejando sus raíces... arrancadas ya para siempre…
Miguel y Margarita, se instalaron en Argentina, en Avellaneda, la prolongación sureña de Buenos Aires (sólo separada de ella por el Riachuelo), lugar de crecimiento por la emigración. Gerli era un barrio considerado como pobre o, más suavemente, como humilde. Paisaje fabril, calles de tierra…
Cuando ya había cumplido 26 años, en 1.927, Eladia Mercedes se casó con otro emigrante español, originario de tierras salmantinas: José Blázquez, carpintero de profesión.
En 1.929, les nació su primer hijo, un varón, al que bautizaron con el nombre de José Miguel. Casi dos años después, cuando Eladia Mercedes tenía 29 años, el 24 de febrero de 1.931, les nació una hija, a la que pusieron el mismo nombre de su madre: Eladia. El matrimonio tuvo después una segunda hija, de nombre Claudia, que murió con cinco años de edad.
Eladia fue, por tanto, la 2ª de tres hermanos. Y su nombre completo Eladia Blázquez Mingorance.
Eladia nació en la calle Florencio Varela, en el barrio de Gerli, dentro del Distrito de Avellaneda, a sólo dos cuadras, aproximadamente, del Puente Gerli, hoy Puente General José María Paz.
Emigrantes de Lanjarón, que habían llegado antes que la familia de Eladia, habían fundado el “Centro Lanjarón Granadino”, un local para reuniones y fiestas, punto de encuentro de paisanos y españoles en general. Era lo que después se llamó la Casa Regional.
Con el tiempo, fue cambiando de nombre (se llamó “Rincón Familiar Andaluz”) porque fue siendo menor la proporción de emigrantes "cañoneros". Aún existe. Está en la calle Carlos Calvo, número 3745, de Buenos Aires.
Escrito en una de sus paredes podía leerse: “Si Vd. toma un barco equivocado y recala en Andalucía, no se arrepienta: ha llegado al corazón del mundo”.
En una de aquellas tardes de domingo, bailonas y sandungueras, se conocieron Eladia y José. En buena hora, porque aquel amor dio el fruto de una gran artista, Eladia Blázquez.
Dado el ambiente folclórico del sitio, no es de extrañar que Eladia hiciera sus primeros pinitos cantando copla española en aquel lugar y que desde allí iniciara su carrera artística.
Los inmigrantes españoles formaban en Buenos Aires una amplia colonia; tanto, que llegó a decirse que allí había más gallegos que en Galicia. De entonces, en Argentina, quedó el dicho popular de llamar “gallego” a cualquier español.
Eladia acudió a cursar sus estudios primarios en la Escuela del número 45 de las calles Reconquista y Caxaraville.
La situación económica de sus padres había ya mejorado y Eladia pudo, desde niña, acudir a clases especiales de música y canto. Sus estudios de perfeccionamiento vocal, los cursó en la academia de Luis Rubinstein (Luis Moisés Rubinstein, 1.908 - 1.954).
Ya a los cinco años, Eladia aprendía música tocando un pequeño xilófono fabricado para ella por uno de sus tíos maternos. Solía tocar en casa para la familia. Apuntaba maneras de toda la genialidad que desarrollaría más adelante.
Por entonces, y por su entorno, los aires llevaban y traían fandangos y diversas formas de flamenco que la niña captaba y que canturreaba con muy buenas maneras. A los ocho años ya se había dado a conocer en la radio, en el teatro “Amado Nervo” del mismo barrio, y en círculos vecinales, cantando acompañada de su guitarra o de su piano, que había aprendido a tocar de oído.
Al mismo tiempo, seguía acudiendo a clases música y de perfeccionamiento vocal. Interpretaba canciones populares, como cluecas o valses peruanos. Y empezó a mostrar una considerable habilidad con las coplas del folklore andaluz, cosa que aprendió de su propia madre.
Fue autodidacta, si bien una mujer finamente culta. Ella misma decía que había sido muy mala alumna y que terminó el ciclo primario "a los ponchazos".
Eladia decía: “Mi vocación se despertó siendo muy pequeña y tuve la suerte de que mis padres supieran captarla. Quiero remarcar que sin el apoyo de ellos nada hubiera sido posible. Mis juguetes no fueron como los de los demás niños: usando la delgada tabla con la que mamá aventaba la modesta cocina de carbón, repiqueteaba los deditos como instrumento con el que marcaba el ritmo de las coplas de moda que canturreaba. Recuerdo también una hilera de botellas en una estantería de casa, pacientemente rellenadas con agua a distintos niveles formando la escala musical de sonidos y que yo armonizaba golpeando con una cuchara vieja”.
El escenario de sus primeras actuaciones fue el Cine-Teatro "Gerli", después llamado "Amado Nervo", y popularmente conocido como "El Tachito", situado en la Avenida Teodosio Sánchez de Bustamante, número 532, en el corazón mismo del Barrio de Gerli.
Antes de los diez años ya era una estrella infantil en la emisora LR2 Radio Argentina.
En 1.942, a los once años, realizó su primera composición con la canción"Amor imposible" y Alfredo Marino (Francisco Alfredo Filiberto Marino, 1.904 - 1.973), locutor y actor por LR1 Radio El Mundo, leía glosas antes del programa "El Cantar de Eladia Blázquez",cuando ésta, muy jovencita, se dedicaba al cancionero español. La frase de presentación de aquel ciclo era : "Es la voz de Eladia Blázquez, toda España hecha canción...auspiciado por Lavarropas Caeba, esos de 2 tambores, con el escurridor de rodillos a manivela...".
“Recuerdo el viejo patio de la casona donde funcionaba Radio Argentina, mis escapadas a la sala de ensayo para buscar melodías en el piano con mis dedos pequeños y recuerdo un guapo joven que me levantaba en brazos y me lanzaba y me recogía en el aire porque le hacía gracia que siendo tan niña mostrara tanta vocación por la música. Era Hugo del Carril.”
Nota: (Piero Bruno Hugo Fontana (Buenos Aires, 30 de Noviembre de 1.912 – Buenos Aires, 13 de Agosto de 1.989), más conocido como Hugo del Carril, fue un productor, director de cine, actor, guionista y cantante argentino).
Eladia se crió en el barrio de Gerli, entre mates, novelas de Stendhal y poesías de García Lorca que le leía su abuela Margarita.
Durante toda su juventud, de los diez a los veinte años, interpretó canciones desde la copla española a la melódica sudamericana. Se fue luego centrando en el folclore argentino, acabando dedicada por entero al tango y la balada.
“Mi adolescencia fue diferente de la de otras muchachas no sólo por la profesión que elegí sino también por una manera introvertida de ser. Leía mucho, meditaba, hacía música, tarareaba coplillas que yo me inventaba y jugaba mucho con la imaginación. Ese mundo interior ya empezaba a nutrir ese caudal creativo que llevaba dentro. Por entonces, las canciones españolas constituían mi carrera y las recuerdo con profundo cariño. Fue como un llamado de mis ancestros aunque el destino, a la postre, me encaminó hacia otras creaciones, como boleros y cuplés españoles influidos por los recuerdos de mi niñez”.
“De Avellaneda no puedo decir que me guste; puedo decir que la quiero, que es diferente”, señalaba Eladia.
Como homenaje a García Lorca compuso, a los veinte años, la obra"Mi vinito de Jerez". A los 25 años ya era una consagrada compositora, intérprete de sus propias canciones.
"En 1.959, encontré una imagen en la calle. Venía caminando por la calle Moreno, había una cantidad de chicos que no me dejaban pasar porque estaban entretenidísimos viendo como hacían remontar el barrilete. Me gustó tanto que me di vuelta para mirarlos. La imagen me quedó prendida. Llegué a mi casa, me senté al piano y compuse la mitad de "Sueño de barrilete" y lo di por cerrado. En ese momento no había interés por el tango, ni yo escribía tangos. Fue el primero que escribí. Años durmió arriba del piano. En los años sesenta y tantos alguien me preguntó si tenía un tango. Lo busqué, lo leí, lo releí y me di cuenta que le faltaba más letra e hice la segunda parte después de siete u ocho años. Son esas cosas locas que pasan."
A los 30 años, ya tenía en su haber obras como "Humo y alcohol", "Río, río", "Mala suerte" o "Ya me voy, ya me voy yendo", de claro acento folclórico, cueca que grabó el Grupo Vocal Argentino que dirigía el Chango Farías Gómez (Juan Enrique Farías Gómez, 1.937 - 2.011).
Eladia, esa muchacha de Avellaneda que después de lucir su garbo en coplas andaluzas de niña, por influencias de las canciones de León y Quiroga que escuchaba su madre granadina por la radio, supo pasar por el folklore y aterrizar en el tango como un vendaval. El padre era salmantino, pero ya se había transformado en un porteño más y en las tribunas del Club Atlético Huracán, sacó patente de hincha quemero, machacándose con todos los argots futboleros.
"La composición ya la tenía adentro. Cuando era muy mocosita escribía alguna cosita, pero predominaba la intérprete. Estaba siendo muy mimada como intérprete como para pensar en un cambio de esa naturaleza. Después la vida me colocó en una posición de crisis por la salud de mis viejos. Cuando mi madre enfermó, me negué a viajar. Quería estar a su lado. Entonces, me repensé a mí misma. ¿Qué hago? Ahí tomé un portafolio donde me encontré con canciones y supe que escribir podía ser un gran rumbo”.
En 1.966, con 35 años, sufrió la pérdida de su madre por cáncer de páncreas. Lamentable pérdida porque su madre la acompañaba en sus actuaciones y viajes. Meses después murió también su padre.
"Siempre habló con mucho amor de su papá carpintero y de su mamá ama de casa, que disfrutaba mucho cuidando sus amadas plantas y su jardín. Eladia, se fue del barrio finalmente cuando sus padres fallecieron” (Mónica Blázquez, pariente de Eladia).
Con la balada"No es un juego el amor", interpretada por Daniel Riolobos (Pedro Nicasio Riolobos, 1.932 - 1.992), se consagró en 1.968 en el "Segundo Festival Buenos Aires de la Canción", y en 1.970 el tango "Mi ciudad y mi gente", fue premiado en el "IV Festival Buenos Aires de la Canción".
En 1.970 grabó su primer disco de tango, irrumpiendo en "el machismo tanguero", cuando este género se encontraba en plena crisis. Eladia sumó a la técnica tanguera, donde primara la melancolía, una concepción más optimista y que se convirtió en factor predominante del movimiento que hizo que el tango volviera a cobrar vigencia.
Este éxito, en el borde ya de la edad de los cuarenta y viendo que sus intentos con el tango daban sus buenos frutos, le decidió a dedicarse por completo a la melodía porteña, pero como una evolución de su carrera y no como rechazo o abandono de su actividad anterior.
De hecho, sus canciones de amor y melódicas de la pasada etapa le habían servido para asentar la calidad de su voz, entrenamiento para su composición y posicionamiento para los temas de su inspiración poética.
De esta época apenas se encuentran grabaciones y éstas son en los antiguos discos de vinilo. Hasta los años 70 no se comercializaron los llamados LP. Compuso unas 300 canciones pero sólo tenemos grabación de 90, recogidas en 7 LPs. Que no es poco.
Dotada tanto de una paciencia intransigente como una decisión resoluta y firme, Eladia persistió en su tesitura, con profesionalismo cabal y voluntad indeclinable, hasta lograr Èxito y, sobre todo, el reconocimiento y aceptación de su obra.
Apareció en el mercado su primer LP dedicado al tango en el que estaban temas tan importantes como "Sueño de barrilete" (cometa) o el ya citado "Mi ciudad y mi gente".Empezaba así a definirse claramente su posicionamiento ideológico y social. A través del tango habló de amor y de convivencias humanas no encasilladas dentro de la pareja. En sus canciones no faltó nunca el respeto querido por sus orígenes o su humilde barrio, ni la ternura por sus semejantes, ni la crítica social. Precisamente en 1.973, cuando imperaban las ideas políticas radicalizadas de los peronistas grabó"El precio de vencer", con un texto de clara rebeldía.
Eladia había ya dejado Avellaneda y se había trasladado a vivir a Buenos Aires, al número 1.409 de la calle Rodríguez Peña, cerca del Consulado General de España. El barrio de su infancia le quedaba hacia el sur: “Cada mañana, cuando abro la ventana, espontáneamente mi mirada se dirige al Sur. Y un remolino de recuerdos revolotean por mi mente”.
Su barrio y su gente, permanecieron siempre en su vida, como en sus canciones. Y en estos pilares, se basa el período más conocido de su carrera, en el que compone muchos de sus temas inolvidables, entre ellos el tango más emblemático entre los suyos, “El corazón al sur”, que luego fue tomado como himno por los exiliados argentinos.
Del artículo de "Carta Política - Felipe Yofre - Conservador Partido Porteño": "Mañana muy fría de Junio y un dos ambientes de la calle Medrano frente a la Plaza Guadalupe y su Iglesia homónima. Su dueña (la compositora Eladia Blázquez) me había convocado allí para una gestión profesional. Recuerdo del living su piano vertical y arriba un grabador "cinta abierta", con micrófono. Mientras servía un café, lo encendió, diciéndome: “escucha este tema, lo terminé anoche” y tras un par de acordes surgió su voz cantando…”Nací en un barrio donde el lujo fue un albur / por eso tengo el corazón mirando al Sur…”. Al concluir la versión di mi parecer, que resultó premonitorio “es un tango histórico y será tu emblema”. Tiempo después grandes intérpretes grabaron esa obra, Eladia la primera, Rubén Juárez (1.947 - 2.010), Horacio Molina (1.935) y Susana Rinaldi "La Tana" (1.935) entre otros. Años más tarde (1.986) a un texto de Albino Gómez sobre ella en “Los poetas del tango” le inserté a modo de contratapa lo siguiente: “alterando todo lo establecido en materia de puntos cardinales los poetas pergeñaron tres Sures para el tango : Manzi uno, Borges otro y finalmente Eladia. El de ella pinta lo fabril y populoso de su zona natal, con las vías del tren partiendo como un tajo el damero de casas bajas y chatas, preservadas en su intimidad por cercos de ligustro".
“El por qué mi inspiración se fue inclinando hacia el tango es un misterio que nunca me he podido explicar, dadas mis fuertes raíces españolas. Quizás en el fondo del tango y del flamenco existe la misma raíz pasional.”
Antes de ella el tango se limitaba a temas más o menos lastimeros de amor fracasado, engaños, traiciones y nostalgias. Y la mujer apenas había ocupado otro puesto en ese mundo que el de mera cantante.
Eladia había manifestado a un amigo: “¿Es que las mujeres no formamos parte de este enjambre humano que es Buenos Aires y no nos duele igual su trasfondo gris que nos destiñe a veces la alegría y nos hermana con nuestras más puras esencias?”
En esa línea, de situar a la mujer en un plano más elevado se movió, y con evidente éxito. Pero fue más allá, en su revolución creadora: introdujo en sus textos protesta social, inconformismo, o denuncia. Y así durante el resto de su vida, que fue larga.
Nadie antes que ella había logrado crear tangos de tanto éxito de letra y hasta de calidad. Salvo la pareja Piazzola-Horacio Ferrer. O Discépolo. Pero, desde luego, ninguna mujer. Ni antes, ni después.
Ella creó un tango-canción verdaderamente nuevo, con una rara habilidad para combinar notas y palabras. Sus canciones gustaron incluso a gentes no amantes del tango.
“En mi alma guardo un poco de melancolía y otro poco de buen humor. Quizá la resultante de eso sea la ironía, que inunda muchas de mis canciones”, declaró Eladia en una entrevista a un periodista.
En 1.973 publica su segundo disco, “Yo la escribo y yo la vendo” con títulos como “Te llaman fueye”, “Si Buenos Airesno fuera así”, “Al de la zurda”, “Tu rebelión”, y “El miedo de vivir”. Otro temas fueron escritos en colaboración: “Oyendo tu voz”(con Osvaldo Requena) y “Para entendernos”(con F. Silva). Y ese mismo año, se convierte en la primera mujer nombrada a la Dirección del SADAIC (Sacem Argentina) elegida como Secretaria General por unanimidad.
Fue recorriendo a través de su vida de artista diversos caminos, según las circunstancias, buscando siempre lugar para su empuje creador.
En 1.975, Eladia Blázquez había dejado la casa paterna de Avellaneda para mudarse a un pequeño departamento en Medrano y Paraguay. Un piso 14, con una vista que dominaba toda la ciudad. "De pronto me encontré sentada frente a la ventana, mirando al Sur. Tomé la guitarra y empecé a elaborar una canción a partir de la nostalgia y de imágenes muy concretas de la infancia, que se me agolpaban. Apenas tuve que redondear unas pocas frases. Al terminarla sentí que me había conmovido, y que por eso iba a gustar", recuerda la compositora, que grabó "El corazón al Sur" ese mismo año, en el sello Trova. (…) Héctor Alterio, Marilina Ross, Norma Aleandro y Jairo la escucharon por primera vez en sus años de exilio en Francia, durante un recital de Susana Rinaldi. "Muchos años después, me dijeron que esa noche la canción los había conmovido hasta las lágrimas",cuenta Eladia."Mi hermano siguió en esa casa. Una noche, yo estaba de visita y escucho que afuera cantan "El corazón al Sur". Eran estudiantes, chicos de 14 años que habían ido a un club de Avellaneda y se habían enterado que mi casa paterna estaba cerca. Salí a agradecerles casi en llanto".
“El corazón al Sur” aparece publicado en el tercer disco de Eladia: “Somos o no somos” (primera canción de la cara B) en el que, según “TangosAlBardo”: “Dejó un tendal de poesías en nuestra música popular, que son crudas radiografías de los porteños, de sus sentimientos, sus fracasos, sus mitos, metejones y broncas”, que incluye otras grandes piezas como: A1 Somos Como Somos - A2 A Un Semejante - A3 Patente De Piola - A4 Vamos En Montón - A5 El Coso Que Tira La Manga - B2 La Pasión Del Escolaso - B3 La Bronca Del Porteño - B4 Doña Fiaca y B5 Porque Amo A Buenos Aires.
En su vida pública no se vinculó nunca a ninguna tendencia ideológica en particular. Le tocó vivir las dictaduras de Videla (Jorge Rafael Videla, 1.925 - 2.013) o Galtieri (Leopoldo Fortunato Galtieri, 1.926 - 2.003), la Guerra de las Malvinas (Abril a Junio de 1.982), y todo el caos económico y social de todo el último tercio del siglo XX. Ella siguió en su línea inconformista, si no de militante activa, sí de denuncia social, escondida entre sus notas musicales.
Eladia fue dejando su impronta crítica en sus composiciones. Así en "El circo y los payasos"o en "Somos como somos".
Cuando se le entregó el premio "Prensario", en 1.978, en sus considerandos se expresa: "La compositora Eladia Blázquez ha sido capaz como nadie de plasmar la realidad contemporánea en la música de Buenos Aires y la idea de los premios especiales es testimoniar un homenaje a aquellas personalidades que hayan realizado un positivo aporte al mundo del espectáculo y servir de aliciente a quienes realizan tareas culturales de importancia, a veces sin el debido reconocimiento por parte de los beneficiarios directos o indirectos de tales esfuerzos".
En 1.980 publicó un disco con 10 nuevas canciones, con “Si te viera Garay”(del cual tomaba título el disco, “casualmente” al cumplirse ese año el cuarto centenario de la segunda fundación de Buenos Aires, por Juan de Garay), “Un cielo de serenata”, “Vivir en Buenos Aires”, “Viejo Tortoni” (dedicado al histórico café de la Avenida de Mayo, y escrito en colaboración con el poeta Héctor Negro),“Invierno porteño”(le puso letra a la música de esta “estación” de las “Cuatro Estaciones Porteñas” de su amigo Ástor Piazzolla);“Tu piel de hormigón”(con música de Dante Amicarelli), “Y somos la gente”(en colaboración con Osvaldo Pugliese) y otros 3 temas.
Escribió varios libros:"Mi ciudad y mi gente" (1.978), con Poemas y letras de canciones;“Cancionero”(1.978), con una recopilación de poetas del tango, con letras, una presentación de César Tiempo, opiniones, y datos de canciones y "Buenos Aires cotidiana"(1.983), con Viñetas en prosa sobre ciertas características costumbristas del porteño como “El mate”, “La necrofilia”, “El asado”, “El café”, etc, con ilustraciones del dibujante uruguayo nacionalizado argentino, Hermenegildo Sábat (1.933).
En 1.981 publicó el disco“Eladia”, cuya primera pista era la versión cantable de la pieza musical más famosa del bandoneonista Ástor Piazzolla: “Adios Nonino”, al que Eladia se atrevió a ponerle versos que tuvieran vínculo con la evocación que décadas antes había dado origen a la música; el gran Ástor apreció esa audacia porque provenía de una amiga, sin embargo siempre consideró su tema como instrumental. También daban contenido al disco dos temas en colaboración con el pianista Atilio Stampone:“Fiesta y milonga” y “Ese muchacho Tony”, y varios temas de la completa creación de Eladia, como“Gracias a pesar de todo” y “El amor total”. Y claro, también... ¿cómo dejarlo en el olvido? En ese disco aparece por primera vez la balada“Honrar la vida”, que pasó a ser uno de los más importantes y conocidos temas de ella, y que tuvo muchas versiones, entre éstas las de populares cantantes como Marilina Ross, Julia Zenko y Sandra Mihanovich.
Nota: El Padul (Granada), jueves, 11 de Marzo de 2.021 ("Era del Confinamiento - Alarma II - Día 136"). Para leer sobre el Centenario del Nacimiento de Astor Pantaleón Piazzolla (1.921 - 2.021), pulsar aquí>>>
Cátulo Castillo (Ovidio Cátulo González Castillo, 1.906 - 1.975), poeta y compositor argentino de tango. Prólogo del libro "Mi ciudad y mi gente": "Crecida debajo de sus mechas rebeldes, Eladia Blázquez (así con sus dos zetas y su mirada oscura) empieza a prontuariarse en este gran murmullo ciudadano como una revelada manera de "cantar las cuarentas" a la poética porteña, en un "tutte" cabrero, para tirarse a más y en juego de hombres. Pero calza polleras y está esperando el ángelus en un portón de tiempos, enigmática y triste desde que halló la hondura casi abismal del tango que tentaba en su calle avellanédica, vaya a saber que bate melancólico y en esos contramanos con que la vida te puede hacer "capote" para siempre".
Nostalgia, tango, arrabal, identidad, añoranza, melancolía, dicha, alegría, recuerdo, evocación, amor, respeto, entrega, y tristeza, es parte del mundo que podemos encontrar en su poética, música e interpretación.
César Tiempo (Israel Zeitlin, 1.906 - 1.980), escritor, periodista, editor, dramaturgo y guionista argentino: "En Eladia Blázquez el Verbo no se hace sexo, como en la mayor parte de sus congéneres, desde Safo a Santa Teresa.La imagen del mundo que la rodeaba (y la rodea) encuentra en ella a uno de sus más denodados artífices. Su sentimiento raudal dictó sus más claras metáforas, afinó sus herramientas, moduló sus melodías. Pienso para mí que escribir tangos es un arte tan plausible y respetable como el de escribir novelas y poemas que hay letras, como las de Eladia, en que la autora desnuda emociones, reminiscencias, deslumbramientos, paisajes y personajes urbanos, hombres y ex hombres y heroinas barreras o celestiales arrasadas de amor. Por haberlo hecho se ha convertido en la primera entre sus pares. Una melancolía patinada de sorna, un ansia insatisfecha que se demora golosamente en la esperanza de una felicidad pequeña pero segura”.
La dictadura militar prohibió algunas de sus canciones. Por ejemplo, "Prohibido prohibir".
"El tema "Honrar la vida" lo compuse cuando nos reiniciamos en la democracia. Tenía muchas ganas de hablar del honor. En esos momentos, el tema no fue escuchado. La gente estaba con la preocupación de las instituciones. Después, el programa de televisión de Alejandro Doria, con la voz de Marilina Ross, fue la plataforma del tema. Se tomó un poco como himno en las escuelas, en los programas de solidaridad. A mí me llena de alegría."
En la época de los 90 del presidente Carlos Menem (Carlos Saúl Menem, 1.930) también se prohibió, por su crítica dura y terminante,"Argentina, primer mundo".
Pero su crítica no era pesimista. Sus canciones, aunque con sentido intencionado, incluso de protesta directa, siempre dejaban un sello de optimismo, de esperanza en el ser humano, de confianza en su capacidad de superación.
Esta protesta estaba incluida en algunas de sus canciones pero entre ellas mezclaba algunas otras de clara nostalgia o cantos a la tierra en que vivió o a sus orígenes. Por ejemplo, en la habanera“Si te viera Garay”, no sólo canta el crecimiento de su Buenos Aires, la ciudad que fundara el explorador y colonizador español Juan de Garay (1.528 - 1.583), en 1.580.
Por cierto, y como anécdota: A la ciudad se le puso el nombre de: “Ciudad de la Santísima Trinidad y puerto de Santa María de los Buenos Aires”.
Un comentario del bandoneonista argentino Raúl Garello (1.936 - 2.016): "Con Eladia Blázquez tuve el honor de estrenar una serie de cosas, como "Sueño de barrilete", o "Corazón al Sur": ella era muy puntillosa con la armonía, los músicos saben lo que yo quiero decir con eso. Me decía, por favor no me cambies la armonía original. Porque ella escribía la melodía, pero escribía también la armonía, que era intocable. Eso me quedó de ella, porque era un plus de sus recomendaciones antes de que escribieran los arreglos. Era un encargue: protegeme la armonía".
Antonio Rodríguez Villar: "Una vez, hace de esto muchos años, caminábamos por la avenida Sáenz, frente a la Iglesia de Pompeya, pues me había pedido que la acompañara a casa de José Dames, -el inolvidable compositor de "Fuimos", "Nada" y "Tú", entre otras joyas-, que vivía un par de cuadras atrás de la basílica. Era una tarde de sol radiante, puro, sereno, sin castigo. Íbamos a paso firme, lo recuerdo muy bien. De pronto se para y me dice: "Tonito, vamos a ese boliche a tomar un café. Tengo ganas de mirar a Buenos Aires. ¿Te das cuenta qué maravilla es esta ciudad? ¡Y es toda nuestra!".
Julián Centeya (Amleto Enrique Vergiati, 1.910 - 1.974), destacado poeta, recitador y letrista de tango ítalo-argentino, conocido por sus poesías y textos en lunfardo. Era llamado "El hombre gris de Buenos Aires": "Buenos Aires es la única y primera Ciudad que padece de necesidades. Necesidad de ser. De existir y sentirse. En su tan solicitada piel (!totalidad de tiempo!) hay una muchacha que lo transita, lo padece, lo vive y en ella se muere. Es Eladia Blázquez, que tiene todos los miedos que le dan su coraje, para reinventarla en canciones que delatan cuánta es la amistad que mantiene con sus muros, sus calles, sus esquinas y su luna. Eladia (voz de responso agridulce) conmueve hasta el domicilio del hueso cuando canta. Porque Eladia !existe!, !es! !Existe! Y de tan nuestra que es, parece de otros. Viene. !Está!. Con su mensaje tierno (sangre y piel) para delatarse mujer y tiempo de su Buenos Aires que se inventa y lo crea y lo funda. Ella (Eladia). Es Buenos Aires. Yo la envidio".
De la calidad del contenido de sus canciones nos damos cuenta en cuanto las leemos o las escuchamos detenidamente; pero una muestra de la aceptación y reconocimiento de su calidad poética la dio el gran Ástor Piazzola (1.921 - 1.992), el compositor que llevó al tango a niveles de composición para orquesta sinfónica, al hacer una excepción en su línea musical y permitir a Eladia poner letra a su tango "Adiós Nonino" que él compuso cuando murió su padre.
Otra de las colaboraciones más importantes fue junto al poeta y periodista argentino, Héctor Negro (Ismael Héctor Varela, 1.934 - 2.015) en el tango “Viejo Tortoni”. Negro había escrito el poema y se lo acercó a Eladia convencido de que no habría otra persona más indicada que ella para tal fin. Luego de superar algunas vicisitudes relacionadas con la composición de la música para ese texto, Eladia Blázquez concluyó la labor y el presentimiento de Héctor Negro finalmente se cumplió. No había quien pudiera poner una música más acertada que la que compuso Eladia. El tango se constituyó en el mejor retrato de ese café histórico de Buenos Aires, y en uno de sus mayores éxitos. Afortunadamente hoy en día el Tortoni cuenta con una sala (la Sala de Billares) que lleva el nombre de la compositora. Este mítico Café ubicado en Avenida de Mayo 825, no solo es uno de las importantes de la ciudad sino que también es más el antiguo de Buenos Aires.
Algunas frases suyas, recogidas de entrevistas o escritos diversos, dicen cosas como:
“Creo en un socialismo humano”.
“Creo en Dios a partir del hombre”.
“Si rebelde es todo aquel que no se conforma, yo soy rebelde”.
Ella se consideraba de izquierdas y dejó dicho: “...ser de izquierdas es una manera de vivir y tiene que ver con el espíritu de ética y honradez, no con el partidismo.”
No fue nunca militante de ningún partido. En coherencia con su actitud no militante no consintió que en 1.993 el candidato a la presidencia Aldo Rico (1.943) utilizara el texto de su canción "Honrar la vida" para su campaña electoral.
En Eladia coincidieron tres cualidades que raramente se presentan en un mismo artista: músico, cantante y poeta. Ella era las tres cosas y en abundancia. Aún siendo una excelente intérprete, ella prefería la composición. Dar a luz un poema envuelto en música.
Decía: “Si el oficio de cantar es hermoso porque permite la comunicación directa y rápida, mucho más lo es el de la creación. Esa condición sin tiempo, esa fuga de la realidad, ese transmutarse en miles y miles de seres que piensan y sienten como nosotros y que esperan encontrar en nuestro lenguaje el idioma de su sensibilidad, la expresión de lo que sienten y quizás no encuentran cómo decir.”
Esta necesaria sensibilidad creativa la tuvo Eladia abundantemente.
“Yo no fui buena alumna pero traté de cultivar la lectura, las amistades y mis propias experiencias para tratar de suplir esa falta de información. Por lo tanto (agregaba con cierta sorna), si no escribo mejor, no es porque no puedo: es porque no sé cómo hacerlo”.
Era alegre, vivaz, sarcástica, con un finísimo sentido del humor y de la ironía. Y era también un poco retraída. Quiso estar siempre distante del halago, quizás porque sobrellevaba disimuladamente una gran timidez, la timidez de la persona con talento que sabe que todo se puede mejorar y no se deja dominar por la vanidad o por el pasajero éxito.
Quienes no la conocían bien podían pensar que era callada o distante y hasta orgullosa. Nada de eso. En las pequeñas reuniones familiares o amistosas, las que ella prefería, era una castañuela: alegre, graciosa, ocurrente, simpática, mordaz, burlona. Allí surgían en avalancha incontenible sus ancestros andaluces.
No le gustaba, y no quería, hablar de sí misma. Cuando se le preguntaba por alguno de sus éxitos los describía como si fuesen de otra persona. Decía que no aguantaba a los ególatras, a los soberbios. Su modestia no era una pose, como la de muchos que juegan a ser modestos y sólo son patéticos.
Preguntada por si el oficio de la canción se recibe, se aprende o se cultiva, respondía: “¡Las tres cosas, pero trabajando mucho!”.
Sus canciones (más allá de poseer ese inmenso talento creador) eran el resultado de un minucioso y paciente trabajo, como si de una obra renacentista se tratara. Surgía la idea de una letra y luego buscaba y elegía cada palabra, cuidadosamente, para que tuviera la exacta dimensión y trascendencia de lo que quería expresar y lo encajaba con precisión en las notas musicales. Sabía, como dice en una de sus canciones,“distinguir un sol de un queso y el aroma de un queso del de una flor”.
“Muchas veces me preguntaron cómo se producía en mí el hecho de la creación o si tengo alguna fórmula para componer. ¡No! En absoluto. La creación es un estado mágico, una fuga de la realidad. Hay momentos en que la inspiración puede darse sin buscarla, pero no es lo más frecuente; lo común es sentarse a trabajar para obtener los mejores resultados. Si tuve éxito, éste no fue fácil. Más bien todo lo contrario. Mi carrera se amasó en el esfuerzo y los premios que vengo recibiendo en estos últimos años más que el halago, me producen la satisfacción del trabajo sin pausa a lo largo de todo mi camino.”
Eladia vivió y murió soltera. En su vida privada no voy a entrar. Pero mis dudas sobre cómo pudo ser que una sensibilidad como la suya no se viera rodeada de un amor, me las despeja ella misma con las letras de algunas canciones.
Vino a Granada como artista invitada al "2º Festival Internacional del Tango". Era febrero de 1.990. Eladia tenía 59 años.
Con este motivo escribió una carta, publicada en el diario argentino "Clarín", de cuyo texto escojo algunos párrafos:
“Falta poco tiempo para cumplir uno de los deseos grandes de mi vida; se me hace todavía cuento aterrizar en ese sueño largamente querido: cantar en la tierra de mis mayores.
...cuando pienso que... volaré a Granada, la emoción me hace cosquillas en la piel y en el alma. Mis ancestros vuelven con toda la fuerza de mi noble raza andaluza a recordarme que de allí provengo, que ese dulce misterio transferido me conformó de alguna manera, y que voy a reencontrarme, sin haberla conocido antes, con la magia de los cuentos de mi abuela narrándome cosas de su Lanjarón natal, de donde también era mi madre…
... me debía este viaje a Andalucía, me lo había prometido para este año; lo que nunca imaginé es que lo haría profesionalmente.
Pisar un escenario granadino y contarle al público español mis orígenes va a tener un doble contenido emocional: servirá para que ellos sepan por qué cuando nací al arte lo hice abordando el género español y por qué ahora me he convertido en difusora y creadora de nuestro tango, de ese tango que ellos también aprendieron a amar y están tratando de desentrañar, tal vez sin darse cuenta de que su misterio les pertenece...”.
Tuvo el éxito que cabía esperar. Aprovechó su viaje para dejarse caer por sus raíces, por el pueblo de su madre, de todos sus antepasados maternos, por Lanjarón. El Ayuntamiento la recibió con todos los honores. Nos dejó un recital de canciones, acompañada musicalmente por el Trío Argentino "Marconi".
Debió quedarle buen recuerdo de aquella visita y decidió volver, para estar más tiempo con tantos familiares a los que conoció en ese viaje y de los que tanto cariño recibió.
Cuando dejó de recorrer escenarios y ya afectada por un principio de enfermedad maligna, decidió hurgar en sus raíces. Y pensó que ya había llegado la hora de volver. Acaso para despedirse de esta luz, de estos aires serranos.
Pero su enfermedad ya no se lo permitió... acompañado por el dolor de la muerte de su hermano José Miguel y de los dos hijos de éste, Miguel Ángel y Gustavo con pocas fechas entre unos otros. Eran los únicos sobrinos que Eladia tenía.
“Hoy vivo la madurez de mi vida y de mi carrera profesional con un profundo agradecimiento para todos los que fueron un ejemplo, un modelo; para todos los que me hicieron gozar con su arte. Siento una especial gratitud hacia mis viejos, que supieron escuchar y ver en mí la posibilidad del arte. Y también para los que no supieron verla y me quitaron oportunidades. Y digo que de éstos aprendí, en gran medida, la enorme diferencia entre el éxito temporal y esa lenta y paciente carrera que amasamos con el sacrificio. Agradezco poder seguir escribiendo, porque la creación es un regalo parecido a una lotería: no les toca a todos. Cuando nos detenemos a pensar a dónde hemos llegado, y tenemos aún todo el ímpetu de continuar, nos invade la necesidad de evocar las rutas y tiempos transitados con alegría y dolor y en esa retrospectiva vuelvo al sur, al barrio donde me crié, y aún me parece oír el silbato del tren nocturno y los ladridos de los perros en las noches de luna”.
Desde 2.004 se celebra en Lanjarón, anualmente, un Festival de Tango que lleva su nombre.
Cuando Eladia tuvo conocimiento de "su" Festival, escribió:
“Desde Buenos Aires mi saludo más entrañable al pueblo de Lanjarón, que también es el mío, y al que me enseñaron a querer desde muy pequeña.
Todavía recuerdo con emoción mi primera actuación allí, con presencias muy queridas, y hoy me honra que este Festival de Tango… lleve mi nombre.
Seguramente mi madre y mis abuelos, desde algún rinconcito del cielo, sonreirán complacidos.
Yo aspiro a volver, si Dios quiere pronto, y poder verlos a todos nuevamente, así como al hermoso paisaje de Las Alpujarras.
Mis raíces están en Lanjarón, como también mi corazón. Los quiero. Hasta siempre…
Eladia Blázquez.”
Hubiera asistido, lo había prometido, al siguiente, al del año 2.005. Pero no pudo.
Eladia murió unos meses antes: en la madrugada del miércoles, 31 de Agosto de 2.005, en la clínica Bazterrica (situada en la calle Billinghurst 2.072 (esquina Juncal), en el barrio de Palermo) de Buenos Aires, debido a un cáncer terminal que padecía desde hacía una década. Tenía 74 años.
Sus restos fueron cremados, en una tarde lluviosa y fría... a las 16 horas del jueves, día 1 de Septiembre, en el cementerio de la Chacarita y sus cenizas fueron depositadas en el Panteón de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), por una reducida comitiva encabezada por Raúl Lavié (Raúl Alberto Peralta, "El Negro", 1.937), Atilio Stampone (Antonio Atilio Stampone, 1.926) y otras figuras.
Su epitafio, bien podría llevar grabada, una frase de la canción que compuso en honor de Federico García Lorca: "era una vez un poeta / que no lo mató la muerte". Eladia, que ayudó a redefinir el tango del desasosiego, con el flujo espontáneo de letras de una percepción poética, novadora y optimista, de estilo inconfundible... sobrevive en su obra.
Es posible que el paso del tiempo, ayude a dimensionar la importancia de la labor creativa de Eladia Blázquez, y aunque ha sido una persona reconocida y admirada, la potencia de su legado continuará.... No puede ser de otra manera, ya que Eladia fue una artista, que con su arte, siempre se dedicó a honrar la vida.
El 7 de Diciembre de 2.016, y en el marco de la celebración del XII Festival de Tango "Eladia Blázquez", en Lanjarón, se presentó el libro "Eladia Blázquez desde Lanjarón", de Fernando Rubio Muñoz, con Prólogo del Director del Festival, el cordobés Horacio "Tato" Rébora. Fernando nos muestra otra parte de su vida y obra, desde el punto de vista del pueblo de sus abuelos, para que la conozcamos un poco más.
NOTA: Gran parte de los datos biográficos de Eladia, han sido tomados del texto (de Fernando Rubio Muñoz) de la Conferencia Inaugural del IV Festival de Tango "Eladia Blázquez", en 2.007, que coincidió con la colocación de la placa de cerámica (que siempre me ha llamado la atención...) y que ha dado lugar a que yo escriba este artículo, sobre ésta "Gran Señora Artista, Eladia Blázquez"... para que su memoria perdure... en su Argentina natal... y en la tierra de sus ancestros...
DISCOGRAFÍA
Buenos Aires y yo (RCA Victor, 1.970)
Yo la escribo y yo la vendo (Azur, 1.973)
Somos o no somos? (Phono Musical Argentina, S. A., 1.974)
Si te viera Garay (EMI Odeón, 1.980)
Honrar la vida (EMI Odeón, 1.980)
Eladia (EMI Odeón, 1.981)
Eladia de Buenos Aires (EMI Odeón, 1.986)
Retratos sonoros (año desconocido)
Mercado (1.992)
Con las alas del alma (Distribuidora Belgrano Norte, 1.995)
La mirada (Distribuidora Belgrano Norte, 1.998)
Grandes Éxitos (EMI Odeón, 2.004)
Eladia Blázquez (EMI Odeón, Página/12, 2.005)
PREMIOS
Obras Premiadas
1.968 Buenos Aires Festival de la Canción, balada "No es un juego el amor". Intérprete: Daniel Riolobos.
1.970 Festival T.V. de la canción, por su tango "Mi ciudad y mi gente" . Intérprete: Oscar Fuentes.
1.979 Certamen Cantata Cafayateña, "Algo de eternidad". Intérprete: Raúl Lavié.
1.992 Martín Fierro ( máximo galardón de la Televisión argentina) a la mejor cortina musical. "Prohibido prohibir".
1.993 La juventud Católica Argentina, le otorga la estatuilla de "Santa María Madre de la Música" por su tema "Honrar la vida".
1.994 "Martín Fierro" de la T.V. a la mejor cortina musical "Con las alas del alma". Intérprete: Marilina Ross.
Premios a la Trayectoria
1.992 El Honorable Consejo Deliberante la declara "Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires".
1993 Recibe el premio "Fundación Terra" (Defensa del medio ambiente) por su compromiso con la calidad de vida.
1.994 "Al maestro con cariño", Revista "La maga".
1.995 Premio Konex al mejor autor de los últimos diez años (Tango).
1.995 Premio "ACE" por mejor álbum de música ciudadana (Solista femenina).
1.997 Premio Fondo Nacional de las Artes.
1.999 Segundo Premio Nacional de Música auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina.
Reconocimientos y distinciones
1.978 Revista "Prensario" a la trayectoria.
1.980 Revista "Prensario" y "Somos"; al espectáculo "Por qué nosotros" junto a Chico Novarro.
1.981 Premio "Estrella de mar" por el espectáculo "Por qué nosotros" Junto a Chico Novarro.
1.990 Distinción en Granada (España), tierra de sus mayores, por el conjunto de su Obra.
1.992 En ocasión de la conmemoración del Encuentro de dos Mundos, reconocimiento a su labor en México, programa de Televisa "Iberoamérica va".
1.993 La Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, le otorga una plaqueta en el día internacional de la mujer.
Galardones por su contribución a la Cultura
Ciudad de La Plata (Huésped de Honor);
Círculo Homero Manzi;
Caja Nacional de Ahorro Postal;
Cámara Argentina de Anunciantes;
Magazine T.V. (Ciudad de Rosario);
Recorrido Dorado (Sociedad de Distribuidores de Diarios, Revistas y Afines);
Radio 93 F.M. Diploma Senado de las Luces, programa radial "La Linterna".
Por cuarta vez consecutiva, la estatuilla de "Atrevidas", con que se distingue a mujeres destacadas en diferentes disciplinas.