El sonido de la música… tiene poderes extraños… te envuelve y te transporta… momentáneamente, instantáneamente... hasta tiempos y lugares que ya quedaron atrás… A modo de ejemplo, sólo cuatro muestras:
Siempre me traslada a la niñez..., el Maestro de los Dibujos Animados, Walt Disney (1.901 - 1.966), en su película (ya todo un "clásico") de 1.940, "Fantasía"... en la que la Orquesta de Filadelfia, dirigida por Leopold Stokowski (1.882 - 1.977), interpreta ocho piezas musicales… que se amoldan a la perfección a las bellas y armoniosas imágenes animadas...
El compositor, director de orquesta y pianista británico Ketelbey (Albert William Ketelbey, 1.875 - 1.959), con sus especiales cualidades musicales… siempre me traslada (mentalmente hablando…) a variados y exóticos lugares… y en este caso, vamos a visitar su "Mercado Persa"...
La joven y polifacética cantautora barcelonesa María Rodés (1.986) en su disco "Eclíptica" (2.018) y con su canción "Luna no hay", que evoca las vivencias de su tío abuelo Luís (el astrónomo, Luís Rodés Campderà, 1.881 - 1.939), me ha llevado a los desastres de "la Guerra"... y cómo mentalmente la gente intenta evadirse de la cruel realidad ("después de un bombardeo… miro el firmamento… y todo está igual…").
Y finalmente, otra antigua copla (de 1.941), que cantaba doña Concha Piquer (Concepción Piquer López, 1.906 - 1.990), con letra de León (Rafael de León y Arias de Saavedra, 1.908 - 1.882) y Ochaíta (José Antonio Ochaíta García, 1.905 - 1.973) y música del maestro Quiroga (Manuel López-Quiroga Miquel, 1.899 - 1.988)... me ha llevado hasta un entrañable personaje granadino, que vivió una vida de ensueño… (como una princesa de cuento... durante el II Imperio Francés), a la vez que desgraciada y trágica… (nuestra Eugenia de Montijo).
Fragmento de la letra de la canción "Eugenia de Montijo" (1.941):
"...a la Cuesta de Gomérez, que al río dormido baja, flor y nata de donceles, a doña Manuela cantan:
Eugenia de Montijo, que pena, pena, que te vayas de España para ser Reina.
Por las lises de Francia, Granada dejas, y las aguas del Darro por las del Sena.
Eugenia de Montijo, que pena, pena…".
Emperatriz Eugenia
Sobre "nuestra Eugenia"... me han surgido varias preguntas, que después de documentarme, voy a tratar de responder...
¿ Quién fue Eugenia de Montijo ?.
La persona que popularmente es conocida como “Eugenia de Montijo” (“su Majestad Imperial la emperatriz de los franceses”), realmente, nunca se llamó así, sino María Eugenia de Guzmán Palafox Portocarrero y Kirkpatrick, XX condesa de Teba, XVIII marquesa de Ardales, XVIII marquesa de Moya, IX marquesa de Osera, IX condesa de Ablitas, XIV condesa de Baños, XI condesa de Mora, X condesa de Santa Cruz de la Sierra, X vizcondesa de la Calzada y XVII baronesa de Quinto.
Ella misma, al final de sus días, resumió su vida con éstas palabras: “Diríase que Dios quiso darme todas las cosas que se pueden desear, para luego quitármelas una a una, hasta dejarme sólamente los recuerdos…”.
Su padre, Cipriano de Guzmán Palafox y Portocarrero (1.774 - 1.839), si fue VIII conde de Montijo; título que tras su muerte, pasó a su hermana mayor, Paca (María Francisca de Guzmán Palafox Portocarrero y Kirkpatrick, 1.825 - 1.860), que fue IX condesa de Montijo, además de, por su matrimonio con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia (1.821 - 1.881), duquesa de Alba consorte.
Eugenia nació en Granada el viernes, 5 de mayo de 1.826, en la calle Gracia nº 12 del barrio de La Magdalena.
Era la segunda hija del matrimonio de Cipriano y de María Manuela Kirkpatrick de Closeburn y de Grevignée (1.794 - 1.879), una dama malagueña de origen escocés de la que Eugenia heredó el color rojizo de su cabello y su piel blanca salpicada por alguna que otra peca.
Se dice que Eugenia nació (con dos semanas de antelación a la fecha prevista) en una tienda de campaña que sus padres habían instalado en los jardines de su casa, por temor a los temblores de tierra que se produjeron en esos días en Granada… movimientos sísmicos confirmados por un documento que se conserva en la Real Chancillería de Granada (informe de daños de fecha 28 de Mayo de 1.826).
Fue bautizada por Diego López, Teniente de cura de la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena, con los nombres de María Eugenia Ignacia Agustina; siendo sus padrinos, su tío paterno, Eugenio Eulalio Palafox y Portocarrero (1.773 - 1.834), VII conde de Montijo, y su esposa, María Ignacia Idiáquez y Carvajal (1.776 - 1.826), hija de los duques de Granada de Egea; y testigos, José María Fernández Compani (Oidor de la Real Chancillería), Francisco Valdés y Juan de Sevilla (Alcaldes del Crimen de la Real Chancillería). Su inscripción quedó registrada en el Folio 190 del Libro 21 de Bautismos (1.822 - 1.828) de la Parroquia.
Tras pasar en Granada los cuatro primeros años de su vida y después trasladarse con su familia a Madrid... siguió ligada a su tierra natal. Durante su juventud, visitaba la ciudad con su padre, al que acompañaba en sus largos paseos a caballo... Asimismo, pasó largas temporadas con su madre en Lanjarón y, ocasionalmente, en su casa de Motril.
Eugenia recibió una profunda formación, católica y multilingüe, en Francia (en el Sagrado Corazón de París) y la amplió después en Inglaterra (en un internado de Bristol).
Cuando fallece su padre (1.839), Eugenia tiene solo 13 años y su familia comparte residencia entre Madrid y París.
El usufructo de la herencia de su padre era una renta de 500.000 francos… más que suficiente para rodearse de esplendor… y “vivir a lo grande”... que es lo que hizo su madre...
En un célebre baile de trajes, celebrado en la Quinta familiar de Carabanchel, el domingo 26 de Febrero de 1.843, fueron “Presentadas en Sociedad”, las hermanas Paca (18 años) y Eugenia (casi 17 años).
Tras el matrimonio (el 14 de Febrero de 1.848, Día de San Valentín) de su hermana Paca, Eugenia (ya con casi 22 años) y su madre fijan su residencia en París.
La explosiva belleza de Eugenia, su ambición y su desparpajo… sedujeron al emperador Napoleón III (Carlos Luís Napoleón Bonaparte, 1.808 - 1.873).
El domingo, 30 de Enero de 1.853, Napoleón III y Eugenia de Montijo se casaban en la Catedral de Notre Dame de París. Él tenía 45 años, ella 26. La joven granadina se convirtió en emperatriz de los franceses (cargo que dignamente desempeñó durante casi 18 años, entre el día de su boda y el 6 de Septiembre de 1.870).
El 16 de marzo de 1.856, Domingo de Ramos, después de dos embarazos fallidos, nació su único hijo, Napoleón Eugenio Luis Juan José Bonaparte (1.856 - 1.879).
Fue una mujer tremendamente avanzada para la época, luchó por los derechos de la mujer, consiguiendo que por primera vez (en 1.865) se concediese la Legión de Honor (creada el 29 de floreal del año X ó 19 de mayo de 1.802) a una mujer artista (Rosa Bonheur, 1.822 - 1.899), abogó por el sufragio femenino y la educación gratuita para las niñas; creó orfanatos y asilos, luchó por mejorar el régimen carcelario y logró asimismo más de 3.000 indultos para presos políticos.
A nivel internacional financió la apertura del canal de Suez (inaugurado el 18 de Noviembre de 1.869) y apoyó las investigaciones de Louis Pasteur (1.822 - 1.895), que acabarían en el descubrimiento de la vacuna contra la rabia…toda una mujer del siglo XXI en pleno siglo XIX.
Eugenia montaba a caballo, nadaba en el mar, fumaba, bebía, enseñaba los tobillos, manejaba la espada como un maestro de esgrima… y se convirtió en el símbolo de la mujer moderna. Puso de moda el maquillaje, el perfume, los regímenes para adelgazar, los aparatos de gimnasia, el miriñaque (armadura de ballenas de acero, revestida de crinolina sobre la que se armaban los trajes), los collares de chatones (el chatón es una piedra preciosa de gran tamaño engastada en una joya) y el color malva.
La emperatriz se convirtió en un icono de la moda. Ella se tomaba su vestuario como una más de las obligaciones de su cargo. Y llegó a un acuerdo con su marido para promocionar, con su indumentaria y sus alhajas, los sectores industriales más necesitados, como la joyería, el comercio o el sector textil.
El 16 de Septiembre de 1.860, fallece de tuberculosis, en París, su hermana Paca (tenía 35 años)... Eugenia despidió el tren que transportaba sus restos mortales hacia España .... y ya no volverá a bailar… sus “días de vino y rosas” habían terminado...
La figura de Eugenia de Montijo se hizo muy popular e inspiró, tiempo después, películas (“Violetas imperiales” (1.924 - 1.932 - 1.952), “Suez” (1.938), “La contessa Castiglione” (1.942), “Eugenia de Montijo” (1.944), “Aquellos años” (1.973), “L’homme de Suez” (1.984), etc) y canciones (“Eugenia de Montijo” de Concha Piquer, “Violeta de Granada” de Luisa Ortega, “Eugenia Emperatriz” de Rocío Dúrcal, etc).
¿ Cómo siendo sus padres madrileño y malagueña, nació Eugenia en Granada ?.
Que Eugenia naciera en Granada, solo fue una casualidad. Su padre, Cipriano, pertenecía a la nobleza, pero era un “segundón” de casa grande emparentado con dos familias ducales, los Medina-Sidonia y los Olivares, además de militar, masón y afrancesado. Su madre, María Manuela, era hija de un comerciante escocés establecido en Málaga y que además de traficar con “vinos generosos”, era cónsul de los Estados Unidos.
Cipriano y María Manuela se conocieron en París (en el tiempo convulso en que él peleaba por Napoleón) y contrajeron matrimonio en Málaga en diciembre de 1.817.
Tras cumplir una pena de destierro en Santiago de Compostela, Cipriano fue autorizado por la Corona, en fijar su residencia en Granada, donde su hermano Eugenio tenía el cargo de Gobernador y Capitán General del Reino y Costas de Granada.
Cipriano comunicó (por carta) a su hermano Eugenio, su intención de viajar desde Málaga a Granada… para distraer a su esposa (hacía poco que había fallecido la madre de ésta)...
Cuando Cipriano y su esposa llegaron a Granada (a finales de septiembre de 1.823), se dieron cuenta de que su estancia se iba a prolongar durante mucho tiempo. Así que tuvo que solicitar el derecho a afincarse en la ciudad.
Cipriano y María Manuela fijaron su residencia en el número 12 de la Calle Gracia, frente a la Iglesia de la Magdalena, donde nacieron sus dos hijas: María Francisca de Sales (Paca), en Enero de 1.825, y María Eugenia, quince meses más tarde.
El mes de mayo de 1.826 fue una época de grandes terremotos en Granada. Se cuenta que debido a las continuas réplicas y al miedo que ocasionaron estos sismos en la población, aquellos acomodados que se lo podían permitir utilizaban improvisados campamentos en sus huertos y jardines, plantando tiendas de campaña.
Nota: Granada, 1.953, para conmemorar el centenario de la boda de Eugenia con Napoleón III, el médico, catedrático, farmacólogo e historiador Gabriel Sánchez de la Cuesta y Gutiérrez (1.907 - 1.982) mandó colocar junto al “Laurel de la Emperatriz”, una cartela realizada con azulejos de Fajalauza, donde se podía leer la historia de su nacimiento.
¿ Cómo era realmente Eugenia ?... y me refiero sobre todo a su condición humana y a su aspecto físico.
Madame Carette (nacida Bouvet, 1.825 - 1.889), lectora, dama de honor y después dama de palacio de la emperatriz Eugenia, la describió de este modo: "Alta, de rasgos regulares y el perfil digno de una medalla antigua, con un encanto muy personal, un poco extraño incluso, que hacía que no pudiera comparársela con ninguna otra mujer. La frente, alta y recta, se estrechaba hacia las sienes; los párpados seguían la línea de las cejas, y velaban sus ojos, excesivamente juntos, pero que constituían un rasgo particular de la fisonomía de la emperatriz: dos bellos ojos de un azul vivo y profundo rodeados de sombra, llenos de alma, de energía y, al tiempo, de dulzura...".
Los hombros, el pecho y los brazos recordaban a las más bellas estatuas. La cintura era pequeña y redondeada; las manos, delgadas; los pies, diminutos. Nobleza y mucha gracia en el porte, una distinción nata, un andar ligero y suave,… tremendamente coqueta y presumida, hasta el punto que fue denominada por los franceses como “La María Antonieta del II Imperio”.
En 1.860, a los treinta y cuatro años, Eugenia era considerada una de las mujeres más bellas de Europa.
La escritora y periodista George Sand (Amandine Aurore Lucile Dupin, 1.804 - 1.876) dijo que todos los hombres estaban enamorados de la emperatriz.
“Del examen de los documentos contemporáneos nos queda la imagen de una mujer elegante más que bella y dotada de una fuerte personalidad; segura de sí misma por nacimiento y posición social ya antes de llegar al trono. Inteligente, tremendamente familiar, apasionada en amor como en política, amable con todos y especialmente bondadosa con los necesitados, trabajadora y responsable. Y en la parte negativa… presa de un orgullo que le impedía retroceder aún cuando se encontrase en el camino equivocado y obsesionada por el “qué dirán” en cualquiera de los actos que realizaba. En resumen, alguien que no hubiera pasado inadvertido en ningún caso, pero que tuvo la suerte (y la desgracia) de aparecer en primer término de la historia”. (“Eugenia de Montijo, emperatriz de los franceses” (1.992) de Fernando Díaz-Plaja Contestí, 1.918 - 2.012).
Una vez exiliada escribió a su amigo y biógrafo Lucien Daudet (1.878 - 1.946): "Me han acusado de frívola y de amar demasiado la ropa, pero es absurdo; eso equivale a no darse cuenta del papel que debe desempeñar una soberana, que es como el de una actriz. ¡La ropa forma parte de ese papel!".
Pero tal vez uno de los mejores elogios fue escrito por un periodista inglés, George Augustus Sala (1.828 - 1.895): "la belleza y la gracia de [Eugenia] parecen reflejar [...] la bondad y la ternura de su corazón".
¿ Tras su marcha de Granada, volvió en alguna ocasión a su ciudad natal ?. Eugenia de Montijo solo regresó a visitar Granada en dos ocasiones. Una en 1.877 y otra en 1.896.
La primera visita tuvo lugar en el mes de Mayo de 1.877, cuando era ya viuda y tenía 51 años de edad. Estando de viaje en Italia, discretamente, hizo saber al señor Cárdenas (Francisco de Cárdenas Espejo, 1.817 - 1.898, embajador español ante la Santa Sede) su intención de viajar a España, con fines familiares y de riguroso incógnito. Desembarcó en Málaga y de allí se desplazó a Granada, donde le esperaban sus sobrinos, los duques de Huéscar y de Tamames. Nota: en el Libro de Oro de Visitas de la Alhambra, Eugenia firmó como "condesa de Pierrefonds".
La segunda visita tuvo lugar en el mes de Junio de 1.896, cuando Eugenia ya contaba con 70 años de edad. Nota: se hospedó en el hotel "Siete suelos" y visitó su casa natal y leyó la placa erigida por el Ayuntamiento en la fachada.
¿ Qué relación personal tuvo Eugenia con Huétor Tájar ?.
El Señorío jurisdiccional de la villa de Huétor Tájar (en forma de Mayorazgo) se concedió por los Reyes Católicos, el 14 de Octubre de 1.497, a Álvaro de Luna y Ayala (1.440 - 1.519), el "de las grandes fuerzas", copero mayor del rey y caballero de la Orden de Santiago, en recompensa por los servicios prestados a la Corona durante la conquista del Reino de Granada.
Su descendiente, Ana de Luna Enríquez y Mendoza (1.595 - 1.658) contrajo matrimonio con Cristóbal Osorio Portocarrero (1.598 - 1.658), III conde de Montijo, y desde entonces, poseyeron los condes de Montijo el Mayorazgo de Huétor Tájar.
El condado de Montijo fue concedido por el rey Felipe III (1.578 - 1.621) a Juan Manuel Portocarrero Villena ( / - 1.606) el 13 de Diciembre de 1.599; uniéndole a dicho título, el rey Carlos II (1.661 - 1.700), el de “Grandeza de España”, en 1.697, siendo entonces IV conde de Montijo, Cristóbal Portocarrero Guzmán Luna y Enríquez (1.658 - 1.704).
Al fallecer el 15 de Marzo de 1.839 Cipriano Portocarrero y Palafox, VIII conde de Montijo y cumpliendose lo estipulado en su testamento, otorgado el 15 de Junio de 1.834, se dividieron entre sus hijas, María Francisca de Sales (Paca) y María Eugenia, los bienes de los estados de Huétor Tájar, Cárdenas, Zapata, Salamanca, Miranda del Castañar y Béjar. A Eugenia le correspondió el estado de Huétor Tájar.
Se dice entre las gentes de Huétor Tájar (aunque éste dato no lo he podido verificar documentalmente), que después de enviudar Eugenia, hizo una visita al pueblo, para conocer las tierras de su Señorío. Era Verano y tras un largo recorrido a caballo, Eugenia se sintió acalorada y pidió un poco de agua. Uno de los encargados que la acompañaban se acercó a una casa situada en las afueras del pueblo y la mujer les llenó una jarra de barro con agua fresquita… Eugenia preguntó: “¿de qué fuente es esta agua tan rica?”, a lo que la mujer le respondió: “Es de un pozo de la propia casa”. Y Eugenia le volvió a preguntar: “¿Y de quién es la casa?”, a lo que la mujer le dijo: “Vuestra, Señora”... y Eugenia dijo a su encargado: “Pues para mostrar mi gratitud a quien ha contribuido a apagar mi sed, hacedle escritura de la casa a esta buena mujer e imponedle un censo que refleje la obligación de proporcionarme todos los años una jarra de éste agua”. (“Historia del canal de Huétor Tájar y Villanueva Mesía”, de F. Jiménez Casquet).
Hernando Carlos Fitz-James Stuart y Falcó Portocarrero y Osorio (1.882 - 1.936), XI conde de Montijo y heredero de Eugenia, el 20 de Junio de 1.925 vendió, a través de su apoderado, Manuel Castells García ( ¿ - 1.943), a Fernando Escobar Manzano (1.881 - 1.963) catedrático de Patología y Clínica Médicas de la Universidad de Granada y a Guillermo García-Valdecasas y Páez (1.869 - 1.946) catedrático de Derecho Civil y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, que compraron “pro-indiviso”, en escritura pública que protocolizó el notario Nicolás Prados Salmerón, todas las fincas y censos con cuantos derechos y acciones le correspondieren, incluso las rentas pendientes de pago y atraso por concepto de censos del desaparecido Mayorazgo y Señorío de Huétor Tájar.
No obstante, continuaron los problemas con el pago de los censos hasta el 21 de Agosto de 1.940, cuando el Ministerio de Agricultura envió al Ayuntamiento de Huétor Tájar copia del fallo dictado en Junio de 1.936, declarando el origen señorial de los censos y ordenando al Registrador de la Propiedad de Loja la cancelación de dicho gravamen.
Hoy en día, en Huétor Tájar, se conserva el nombre de Emperatriz Eugenia en el Caz y su Comunidad de Regantes.
¿ Influyó Eugenia, ya como Emperatriz, en el mundo de la moda de su tiempo ?.
Como Emperatriz de los franceses entre 1.853 y 1.870, Eugenia de Montijo reveló una predilección por la ropa fina, "à-la-mode" y tomaba su vestuario muy en serio.
Para los historiadores, el nombre de Eugenia está unido a la historia de la moda.
Con sus hermosos ojos azules, cabello pelirrojo, tez perfecta, y pies pequeños, la granadina fue un icono de la moda en Francia en la segunda mitad del siglo XIX... las señoras copiaban sus peinados y hasta se teñían el pelo de rojo...
El vestido de novia usado el 30 de enero de 1.853, tenía muchos volantes. El “Illustrated London News” informaba a sus lectores que "el vestido para el matrimonio religioso fue hecho por la señora Vignon, es en terciopelo épinglé, con una cola y cubierto con punto d'Angleterre; un ramillete en el corsage, adornado con diamantes. Punto d'Angleterre fue elegido para este vestido, a causa del velo, que no se pudo obtener en punto d’Alençon".
En 1.867, la Princesa de Metternich (Paulina Clementina de Metternich-Winneburg, 1.836 - 1.921) recordó que en un baile de corte que la emperatriz estaba "vestida con un traje blanco con lentejuelas de plata y luciendo sus más bellos diamantes. Había arrojado descuidadamente sobre sus hombros una especie de albornoz de color blanco bordado de oro y los murmullos de admiración la seguían como un reguero de pólvora encendida."
Descubrió al genial modisto Worth (Charles Frederick Worth, 1.825 - 1.895) y durante su estancia en Inglaterra, Eugenia conservaba y usaba muchos de sus vestidos franceses.
La reina Victoria del Reino Unido (1.819 - 1.901) visitó a la emperatriz en su antigua casa de Farnborough Hill, en 1.884, y, según sus propias palabras: "ví un pequeño sofá cubierto de satén color violeta claro con un diseño de flores el cual, la Emperatriz me dijo, fue hecho del último vestido que usó en las Tullerías".
Además se cree por los monjes de la abadía de St Michael’s, que la tela usada en sus vestiduras eclesiásticas fue tomada del vestido de boda de Eugenia: cuidadosamente descosida y reutilizada.
“El vestido de boda de Su Majestad fue convertido en vestiduras blancas que son utilizadas en las grandes fiestas de la iglesia. La duquesa de Mouchy hizo una de las casullas”.
Las partidas que componen el conjunto de boda son una casulla, una túnica, una dalmática, tres estolas y un velo de cáliz. El cuerpo principal de cada elemento está compuesto de seda o terciopelo épinglé color marfil o blanco estriado, muy cosidas entre sí.
¿ Cómo falleció y dónde reposan sus restos mortales ?.
El 10 de julio de 1.920, durante una de sus visitas a España, se sintió repentinamente indispuesta por un ataque de uremia. Eugenia tenía 94 años de edad. Murió a las ocho y diez de la mañana del 11 de Julio, en el Palacio de Liria (Madrid), residencia de sus sobrinos-nietos, los duques de Alba y de Peñaranda.
Inmediatamente su cuerpo fue trasladado en tren a París, acompañado por una comitiva que incluía al duque de Alba, el duque de Peñaranda, las duquesas de Tamames y Santoña y el conde de Teba.
El féretro fue recibido en la estación de Austerlitz por el príncipe Murat (Pierre Eugène Louis Michel Murat, 1.900 - 1.948), el Embajador de España y miembros de la nobleza francesa y española que le rindieron homenaje durante más de tres horas.
Posteriormente el cuerpo fue trasladado a Le Havre y Farnborough bajo custodia del diplomático español Carlos de Goyeneche.
Pero retrocedamos en el tiempo:
Tras la desastrosa batalla de Sedán (2 de Septiembre de 1.870) y la caída del Segundo Imperio de Francia, el emperador Napoleón III quedó preso de los prusianos, en el castillo de Wilhelmhöhe. Eugenia de Montijo y su hijo, por caminos distintos, se dirigieron a Inglaterra, donde se les permitió residir en Camden Place.
Napoleón III fue liberado y llegó el 20 de marzo de 1.871 a Chislehurst (hoy Bromley), reuniéndose con su familia. Pero su mala salud y dos operaciones fallidas (para extraerle cálculos biliares) hizo que falleciera a las 10:45 del jueves, 9 de enero de 1.873, a la edad de 64 años, siendo inhumado con gran pompa en la iglesia de Saint-Mary, en Chislehurst.
Su hijo estudió en la Academia Militar de Woolwich y después, alistado en el ejército británico, participó en la II@ Guerra Anglo-Zulú, a las órdenes de Lord Chelmsford (Frederic Thesiger, 1.827 - 1.905). Portaba la silla de montar que su padre utilizó en la batalla de Sedán y la espada de su tío abuelo Napoleón Bonaparte, cuando el 1 de Junio de 1.879, durante el curso de la batalla de Isandlwana, cayó de su caballo en una emboscada en Itelezi y fue rodeado por 7 guerreros zulúes… "luchó valientemente y con gran coraje, como los leones cuando están heridos…" (palabras de uno de los guerreros que lo alanceó)... al día siguiente, se recuperó su cuerpo sin vida, desnudo y con todas sus armas… con diez y siete heridas de lanza en su pecho...
Desolada y sola..., la emperatriz decidió honrar la memoria de su marido y de su hijo con un mausoleo familiar..., mudándose en 1.881 a la localidad inglesa de Farnborough, en el condado de Hampshire, una sesentena de kilómetros al suroeste de Londres, donde supervisaría personalmente la construcción de la Abadía de Saint-Michael.
En 1.888, concluido el mausoleo, una imponente capilla de estilo gótico flamígero, obra del arquitecto francés Gabriel-Hippolyte Destailleur (1.822 - 1.893), fueron trasladados los restos de su esposo y su hijo.
Eugenia fue sepultada junto a ellos… donde hasta el día de hoy reposan.
Nota: Eugenia cedió en 1.895 la propiedad de la capilla a una comunidad de monjes benedictinos, procedentes del monasterio francés de Saint Pierre de Solesmes. Y los monjes, dedicados a la meditación y la plegaria, celebran oficios en memoria de los tres miembros de la familia imperial coincidiendo con el día del aniversario respectivo de su muerte.
¿ Qué queda aún en ésta Granada del Siglo XXI que nos recuerde a una de sus "Hijas" más famosa e internacional ?...
Pues, la verdad, no mucho… y ordenados, de más antiguo a más moderno, son:
Su casa natal (calle de Gracia, núm. 12).
De la casa original sólo se conserva (parcialmente) la fachada: decorada con pinturas al fresco y trampantojos.
Sobre ella, una lápida (de 62 x 83 cm y en piedra de Sierra Elvira), colocada en la Primavera de 1.868, cuyo texto dice:
“EN ESTA CASA NACIÓ LA ILUSTRE SEÑORA DOÑA EUGENIA DE GUZMÁN Y PORTOCARRERO. ACTUAL EMPERATRIZ DE LOS FRANCESES. EL AYUNTAMIENTO DE GRANADA AL COLOCAR ESTA LÁPIDA, SE HONRA CON EL RECUERDO DE SU NOBLE COMPATRICIA. AÑO DE 1.867”.
En la información del Catastro aparece el número 12 de la calle Gracia con el número de Parcela Catastral 6747509VG4164F, con una superficie de 578 metros cuadrados y engloba dos comercios, unas oficinas y viviendas. Nota: el lugar donde estaban situados los jardines están ocupados hoy en día por la zona de almacén de uno de los comercios (ropa interior femenina “Montijo”).
Una calle.
Cerca del barrio de la Magdalena, donde nació Eugenia.
La Calle Emperatriz Eugenia, con sus 393 metros de longitud, une la Plaza de Gran Capitán con el Camino de Ronda.
Tiene como calles adyacentes: Sol, Trajano y Pedro Antonio de Alarcón.
Su largo recorrido engloba a dos códigos postales: 18002 (números 1 - 17 y 2 - 20) y 18003 (números 19 al final y 22 al final).
Pese que he hecho gestiones ante el Ayuntamiento de Granada para datar la inauguración de la calle, de momento no lo he conseguido… y sólamente la puedo acotar, gracias a la cartografía: el plano-callejero de 1.950 aún no la recoge (su espacio, aún era Vega), mientras que en el de 1.971, ya si aparece.
Una fuente.
La Empresa Municipal de Aguas de Granada (EMASAGRA) iba a celebrar en el año 2.006 su 25 aniversario y para conmemorarlo, su consejero delegado (Sebastián Pérez Ortiz, 1.965) propuso que se financiara la construcción de un monumento, relacionado con el agua y que pudiera perdurar en la memoria de los granadinos…
Como sitio idóneo para su ubicación se pensó en el punto central de la confluencia del Paseo del Salón con la Carrera de la Virgen, ocupando el lugar que dejó vacío el monumento a Isabel la Católica y Colón (1.892 - 1.960).
Puesta en marcha esta bonita idea... se pidió asesoría a tres empresas consultoras, que presentaron sus proyectos. Dos eran de diseño muy actual, mientras que el presentado por la empresa granadina “Comuniqar” era un tanto especial...
“Comuniqar”, contactó con el profesor e ingeniero Miguel Giménez Yanguas (1.939), al que el buen escritor y periodista Andrés Cárdenas, califica como “El chatarrero ilustrado” en el artículo que le dedicó en “Granada Hoy” el pasado 4 de Noviembre de 2.018.
Miguel buscó en el archivo de su abuelo, Francisco Giménez Arévalo (1.843 - 1.924), maestro de obras y arquitecto que trazó la Gran Vía y levantó más de 130 edificios en el tránsito de los siglos XIX y XX. Y, entre la cuantiosa documentación guardada por su abuelo, encontró un catálogo de fuentes, esculturas y piezas de hierro colado/bronce, de “Fondieres d’art Val d’Osne”, datado en 1.860 y en el que aparecía el “modelo Emperatriz”, diseñado en honor de la Emperatriz Eugenia.
Esta Empresa francesa recibió el encargo del emperador Napoleón III para adornar París con sus obras de fundición, y de forma especial, el inmenso Bosque de Bolonia que se estaba conformando como “el gran pulmón verde” de la capital francesa… y para ello elaboró un catálogo de fuentes en homenaje a la bellísima Emperatriz, la granadina Eugenia de Montijo.
Bosque de Bolonia - París - grabado de 1.860
El proyecto presentado por “Comuniqar”, se basaba en el “modelo Emperatriz” del catálogo francés, respetando su estructura y proporciones, y adaptándolo al “sentir granadino”... así en la taza inferior (de 15 metros de diámetro) irían colocadas cuatro figuras alegóricas de accidentes geográficos locales: Sierra Nevada, la Vega y los ríos Darro y Genil (donde cada figura miraría hacia el punto cardinal donde se encontraba el objeto representado); en la taza intermedia (de 5 metros de diámetro) iría un grupo de granadas; y en la taza superior, coronando la fuente, iría una figura de Venus semi-desnuda, que representaría a la ciudad de Granada y que, con una granada en la mano, dirigiera su mirada hacia el centro de la ciudad… con sus 11 metros de altura, iba a ser una espectacular Fuente Monumental...
Este fue el proyecto que aprobó EMASAGRA y el modelo elegido por el alcalde José Torres Hurtado (1.946) y su equipo, para instalar en esa zona del bulevar "tipo francés" que se mantiene desde 1.810. Esa preciosa y espectacular fuente decimonónica que iba a encajar muy bien entre los bellos jardines del lugar...
El artista escultor elegido para realizar el proyecto fue el granadino Ramiro Megías López (1.961), profesor en la Facultad de Bellas Artes Alonso Cano de Granada, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, con una amplia experiencia y ya con otras obras colocadas por la ciudad.
Megías, sólo en su estudio y con la ayuda de un andamio modeló en barro las figuras humanas, para hacer después los moldes de silicona y cera.
En un primer boceto, la Venus estaba completamente desnuda, pero el autor acabó vistiéndola por entender que era una falta de respeto por estar mirando hacia la Basílica de la Virgen de las Angustias.
Para realizar los trabajos de fundición fue seleccionada la Empresa atarfeña “Fundición de Arte en Bronce Moliné Segovia, S.L.”, que tiene sus talleres en el Polígono Industrial “Los Álamos”, donde las piezas fueron troceadas en planchas más pequeñas para poder fundirlas por partes en distintas coladas. Posteriormente fueron ensambladas con autógena, forrando la estructura de hormigón armado y acero inoxidable que sostiene el conjunto. El resultado que salió de la Fundición “Moline Segovia” es una verdadera obra de arte en bronce.
Una vez montada la fuente, fue rodeada por un precioso zócalo con hojas de acanto y adornada con una alfombra de flores. Su inauguración formal, se produjo el 31 de Marzo de 2.007.
La “Fuente de las Granadas”, hoy en día, es la única fuente monumental de bronce que tiene Granada y en sus 12 años de vida, se ha integrado en el paisaje urbano y convertido en uno de los monumentos más fotografiados...
Una estatua.
El Alcalde de Granada, José Torres Hurtado, anuncio en el año 2.007, que con motivo de la remodelación del bulevar de la Avenida de la Constitución, se iba a poner en práctica un proyecto municipal denominado "Una Granada para exhibir": mediante un concurso público de escultores granadinos, elegidos por la Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Granada, para el diseño y la construcción de diez bancos "artísticos con busto" en bronce, de personajes de reconocido prestigio en la ciudad.
Mi amigo Jaime Cabello, junto a la estatua de la Emperatriz Eugenia
Para llevar a cabo el ambicioso proyecto, las obras iban a ser financiadas por varias instituciones y entidades privadas, por un valor estimado de 36.000 euros cada una y que serían donadas gratuitamente a la ciudad.
Fueron escogidos 5 escultores, miembros de la Real Academia de Bellas Artes "Nuestra Señora de las Angustias". Cada uno de ellos debía diseñar y esculpir dos grupos o conjuntos escultóricos.
El sábado, 27 de Marzo de 2.010, tuvo lugar la ceremonia de inauguración. Asistieron al acto: José Torres Hurtado, Alcalde de Granada; Pedro Benzal Molero (1.953), Delegado de Cultura de la Junta de Andalucía; José Enrique Moratalla Molina (1.949), Director del Centro Cultural de CajaGranada; Antonio Mora de Saavedra, Presidente de la Asociación de Prensa y José García Román (1.945), Director de la Academia de Bellas Artes.
Durante dicho acto, los conjuntos escultóricos se hallaban ocultos bajo paños de color rojo y verde… y conforme se iban descubriendo, la Banda de Música Municipal fue interpretando piezas musicales ligadas, de una u otra manera, a la vida de cada personaje.
El orden que ocupan los conjuntos escultóricos en el bulevar, de Este a Oeste, son:
Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, obra de Miguel Moreno Romera.
Elena Martín Vivaldi, obra de José Antonio Castro Vílchez.
Federico García Lorca, obra de Juan Antonio Corredor Martínez.
Manuel Benítez Carrasco, obra de Juan Antonio Corredor Martínez.
El místico Juan de la Cruz, obra de Miguel Moreno Romera.
Manuel de Falla, obra de Ramiro Megías López.
Pedro Antonio de Alarcón, obra de Miguel Barranco López.
La bailaora María Cortés Heredia, "La Canastera", obra de José Antonio Castro Vílchez.
Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia, obra de Miguel Barranco López.
El torero Salvador Sánchez Povedano, "Frascuelo", obra de Ramiro Megías López.
El conjunto escultórico de "Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia", es obra del reconocido escultor atarfeño, Miguel Barranco López (1.937), miembro electo de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, que fue profesor de escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, hasta su jubilación (2.008).
Se encuentra ubicado a la altura de la Iglesia de San Juan de Letrán. Tanto la estatua como el banco de bronce que la acompañan fueron fundidos por "Moliné Segovia" y financiados por Cajasur.
Eugenia está representa en su estatua de bronce, de pié y a tamaño natural: serena, gallarda y elegante.
Dirige su mirada hacia el frente, teniendo la cabeza un poco ladeada hacia su izquierda.
Va vestida "de época", con el traje "verde Nilo" que llevó durante la inauguración del Canal de Suez.
Su larga melena queda recogida a la altura de los hombros.
Sobre su cabeza porta una corona, con un velo que oculta su cabello.
Tiene las manos levantadas hasta la altura de su cintura y sostiene un cojín que porta la Corona Imperial.
Epílogo
La redacción de este articulito, me ha llevado algunas semanas de "gozoso trabajo"... con un modesto pero digno resultado: el conocer un poco más y mejor a "nuestra Eugenia de Montijo"...
Comencé con música y con ella debo acabar… recordando una canción que le gustaba mucho a Eugenia, una antigua canción de muleros…
La pena y la que no es pena, todo es pena para mí, ayer penaba por verte y ahora peno porque te ví. Mi corazón dice, dice Que se muere, que se muere Y yo le digo, le digo Que se espere, que se espere Como yo a ti te he querido No sabrás querer tú nunca Mira que habré sido incauta Por haberte consentido Como yo a ti te he querido No sabrás querer tú nunca Mira que habré sido incauta Por dejarme enloquecer Alto está tu balcón Pa´ subir a mirar A ver qué tienes dentro Que no quieres contar Si no quieres contar Yo no te arrancaré Que mi voz se ha resentido Y mis pasos se han cansado De tanto que te busqué
Nota: acabé éste articulito , el lunes, día 7 de Octubre de 2.019, Día de la Virgen del Rosario, Patrona de mi pueblo, Salobreña (Granada).-
Ilustración de José Pablo García para el cuento de la escritora granadina Brígida Gallego-Coín, "Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia - De Granada a París" (Edit. Ultramarina, 2.012).