“Si he de dar crédito a uno de los documentos que he tenido a la vista para formar la historia de este pueblo, el origen del mismo parece referirse a la época de la dominación cartaginesa en España, hacia los años 480 antes de la era cristiana, siendo los primeros que visitaron este país unos cuantos vecinos de la villa de Gabia la Grande que recorrían los campos del Temple en busca de terrenos ventajosos para sembrar, los cuales hallaron al fin a las inmediaciones del baño termal, cuyo manantial les ofrecía abundantes riegos para el cultivo de los que habían elegido, incultos entonces y sin dueño”. (“Paseos por la Malahá”, de Manuel Rodríguez Carreño, médico encargado de los baños entre 1.846 y 1.849).
Informe del Licenciado, Francisco Hernández Hurtado, cura de La Malahá, para el “Diccionario Geográfico Universal” de la Sociedad Literaria de Madrid del año 1832:
“2º.- La iglesia de la expresada villa es parroquia del Real patrono, con la advocación de Concepción, su titular y patrona. Dentro de su población, en casa particular, hay un oratorio, y en él la imagen de San Vicente, mártir, de cuerpo entero, con otras muchas reliquias que en seis relicarios le adornan. Este santo por lo milagroso es tenido en mucha devoción de éste y todos los pueblos de su inmediación. Llamábase esta villa en lo antiguo Misarra, que en letra gótica quiere decir “alivio de dolientes”. Ahora, Malá que significa en lengua arábiga “pueblo de sal”. Tiene dicha parroquia dos anejos llamados Escúzar y Chimeneas, ambos sujetos a la jurisdicción del corregidor de Granada. Escúzar dista de esta parroquia una legua y Chimeneas dos. Cada una tiene ciento treinta vecinos y un eclesiástico, con título de teniente de cura. En dicho Escúzar hay una ermita y en ella colocado un cuadro del señor del Rescate con quien estos moradores tienen su complacencia.
4º La situación de esta villa está en llano, y entre dos arroyos, uno a la derecha y otro a la izquierda; agua abajo y ambos a distancia de tiro de bala del pueblo se juntan. Ordinariamente traen poco agua, gorda y salobre por lo que no se usa de ella. Cuando hay temporal crecen de tal manera que se hacen invadeables. Nacen bajo de tierra, se juntan con otros varios arroyos, pasan por ciudad de Santa Fe a mano izquierda, siguen al lugar de Chauchina y en este, en las expresadas avenidas, inunda sus casas. Y últimamente dichas aguas tienen fin en el río Genil. Se llaman estos arroyos el Jaque uno y el otro el Chopo.
5º. A mano derecha, y a corta distancia de dicha villa está la sierra de la Almenara, tajo de las Palomas y cerro de la Atalaya. Tiene la expresada sierra a poco más tres cuartos de legua de longitud.
6º.- A distancia de un cuarto de legua de dicha villa hay un monte llamado Montevive, poblado de viñas, olivos, nísperos y acerolos, todo en tierra de secano, con su casa y lagar situada entre la jurisdicción de Alhendín y la de esta villa. Y así también la mitad de la dicha posesión a cada parte. Y toda ella de un solo dueño. La posesión del expresado Montevive tiene en circuito media legua.
7º.- Reinando los señores don Fernando y doña Isabel, fue dada comisión al reverendísimo e ilustrísimo señor don Pedro Ramírez de Alba, Monje jerónimo, y quinto arzobispo que fue de Granada para la fábrica de esta iglesia en cuya portada fijó sus armas e insignias de su dignidad y león por su religión de San Jerónimo.
9º.- En esta villa está una de las Reales fábricas de salinas, que mantiene por Su Majestad católica, elaborando cada año de diez y seis a diez y siete mil fanegas de sal. Está fuera del pueblo a la parte de allá del arroyo Jaque ya nombrado, con casa y vivienda para el administrador fiel, guarda anual, fabricante y el depósito de sal. Para la fábrica de ésta se recogen las aguas en el invierno de sus cuatro nacimientos, los dos a fuerza de noria o influjo de una caballería, los otros por efecto de bomba y mano de una persona racional. 14º.- Tiene un prodigioso baño templado cuyo nacimiento se contiene en él. Su agua se compone de alcaparrosa y diferentes nitros muy medicinales para herpes y flema salada. Y con su remanente se riega la huerta ya referida”.
Sobre La Malahá, nos dice el tomo V, página 364 del“Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal”(1.826), de Sebastián de Miñano y Bedoya (1.779 - 1.845): “MALA , V . S. de España, provincia, arzobispado y partido de Granada. A - O., 95 vecinos, 448 habitantes, parroquia aneja de Escúzar, 1 pósito. El nombre de esta villa es de origen arábigo, y se halla situada en el distrito del Temple, que son unas 4 leg. cuadradas de terreno secano que produce muy buen trigo y cebada; y lo atraviesa de E. a O., el camino de Málaga. En este pueblo hay unos manantiales salados, tan copiosos que se elaboran al año, por cuenta de la real hacienda, de 12 á 15.000 fanegas de sal. Hay también un baño termal de 20 a 23° de Réaumur. Dista 2 leguas O. de la capital. Contribuye 3.596 rs. 8 mrs.”.
Y en el Suplemento a dicho Diccionario (1.829, tomo XI, páginas 373 a 375) de enmienda de errores y ampliación de información, nos dice:
“Malá (la) Villa de la Provincia de Granada. Nos ha remitido acerca de este pueblo las siguientes noticias el brigadier D. A. R. Z. del V. Noticias tomadas en 1824 sobre el terreno, pueblo de 95 vecinos en el reino y arzobispado de Granada.
Se escribe La Malá según algunos, y según otros se llamó Miarza (que suponen quiere decir en gótico, alivio de dolientes).
Dista de Granada 2 leguas, de Santa Fé legua y media, de Chimeneas 2 cortas, de las Ventas de Huelma 1 corta, 1 corta también de Escúzar, 2 del Padul y 1 de Alhendín.
Se halla en el camino recto y frecuentado de Granada a Málaga, el cual si bien es carretero por esta parte, no lo es más adelante hacía Alhama. El camino recto de Granada pasa por Gabia la Grande, distante 1 legua, pero no es actualmente carretero: para venir con carruajes es preciso dirigirse por Gabia la chica y rodear el cerro llamado Monte vive ó mejor por Alhendin.
Así como el gran Valle del Genil está cerrado en todas direcciones, menos por la abertura de Loja al O. de Granada, así también la parte que se llama propiamente Vega, está cerrada por un estribo que destacándose de Sierra Nevada entre Veleta y el Caballo con el nombre de Sierra del Padul, va bajando y degradándose hasta desvanecerse en la orilla izquierda del Genil junto á Santa Fe.
En este estribo ó serie de colinas se halla el paso llamado del Suspiro del Moro, entre Alhendín y el Padul, que es la comunicación principal de Granada con el Valle del Lecrín, las Alpujarras y la Costa del Mediterráneo: en él se encuentra el Monte vive entre Alhendín y Gabia y él separa la Gabia grande de La Malá.
Este estribo determina la línea que visiblemente distingue el aspecto del país formando un verdadero contraste, pues desde él hacia Granada se deslinda su frondosa vega y por la parte opuesta se dilata el territorio llamado del Temple, seco, desnudo de árboles y despoblado.
Así es que el horizonte de La Malá es tristísimo, pues la indicada situación que la priva de las vistas de la Vega, se añade su asiento en el centro de un pequeño valle que corre de S. a N. rodeando su mezquino caserío el barranco que recoge las aguas de aquel y otros dos menores, uno contiguo al N. y otro más distante al S.
El terreno es calizo, feraz cuando llueve, escaso en tiempo de sequía solo se riega un corto espacio que llaman la Vega con las aguas de los baños inmediatos, las cuales también sirven para una huerta contigua á ellos, formada por capricho en terreno muy pendiente y pedregoso.
No hay más ocupación que la labranza; la iglesia es decente y capaz; tiene un cura que lo es de Escúzar y Chimeneas, sus anejos. No hay médico ni botica, ni leña, ni agua potable, pues las tres ó cuatro fuentes inmediatas están tan cargadas de sales, que no es dable usarlas de continuo; hay un aljibe, según apuntes de un cura curioso que cita a López Madera de monumento ilipulitano; resulta que este pueblo debió su origen a su fuente medicinal, descubierta por haberse curado en ella casualmente el hijo de un vecino de Gabia, que por su pobreza se vino a sembrar á favor de aquellas aguas, lo cual sucedió bajo la dominación de los cartagineses.
Cuando los romanos conquistaron la España, parece que ocupó La Malá su general Niomes, el cual desembarcando cerca de Motril se apoderó antes de Alhama y de una fortaleza que había cerca de Escúzar llamada Vildres. Dícese que entonces tenía esta villa 3.013 vecinos cuya población subió a 5.000 después que se situó en ella Auspicio nieto de Niomes, y de haber sido declarada colonia.
Dueños los godos de España, se mantuvo La Malá por la religión católica sin admitir el arrianismo, por lo que se refugió en ella San Rogelio, después mártir y patrón de Íllora, mas la invasión de los sarracenos la redujo á 7 ú 8 vecinos.
Cuando la restauración, la donó el Rey don Fernando a Juan Álvarez de Toledo, teniente de arcabucero, con dependencia del marqués de Mondéjar, quien cedió al monasterio de San Gerónimo de Granada, la salina inmediata a la villa. Muerto aquel sin sucesión, dejó La Malá al marqués de Alhendín de quien es hoy.
Dicha salina es el segundo objeto importante de esta villa después de los baños. Está situado al otro lado del barranco que pasa por el centro del valle: la sal es buena y abundante; la Real Hacienda tiene en ella un establecimiento de laboreo y administración; Lejos de producir utilidad al pueblo esta producción de su suelo, le ocasiona perjuicios. Si en alguna ocasión los jornaleros hallan trabajo en las salinas, esto cede en perjuicio de los labradores por cuanto sube el precio de los jornales; tienen la obligación los vecinos de acudir con sus caballerías á sacar la sal cuando amenaza tormenta, y como esto sucede comúnmente en la época de la recolección de los granos, hay casos en que sufren grandes quebrantos; con pretexto de evitar la ocasión del robo, se hace un reparto de sal a los naturales superior al de Gabia la Grande, a pesar de ser este pueblo es de cuádruple vecindario. Vengamos en fin a la fuente mineral que hace justamente célebre a La Malá.
En la obra que ha dado a luz este año el médico Solsona, y que descubre la mayor parte de las aguas minerales del Reino de Granada, se encuentra también el análisis de estas. Son salinas templadas: contienen magnesia, sulfato de magnesia y sulfato calizo con un poco de gas sulfúrico: su temperatura es de 22 grados pues aunque en la poza donde se reúnen entra un manantial caliente de 26, hay en el suelo de ella dos ó tres fríos, de cuya mezcla resulta dicha temperatura; esta poza ó baño es único para hombres y mujeres; se baja a ella por muy malos escalones y el agua tiene comúnmente 7 cuartas de altura.
Está cubierto con una bóveda de ladrillo cuya obra dicen que es árabe. Antes hay un pequeño cuarto techado de juncos que sirve para vestirse y desnudarse; todo es incómodo y sucio. El baño dista del pueblo en la dirección N. un paseo regular, pero hay que subir y bajar dos cuestas para atravesar el barranco intermedio. Estas aguas son convenientes para los males que provienen de vicios en la sangre y entrañas; principalmente se aplican á males cutáneos y reumas: no es muy activas y por consiguiente no curan los muy rebeldes. Como se reúnen en el mismo paraje que sirve para el baño, no se acostumbra a beberlas a pesar de las ventajas de este método: no lejos del baño aparece una fuente semejante y quizá igual al manantial caliente que pudiera servir para este fin.-
La dirección N. S. del valle en que esta el pueblo, es causa de que se aflijan los vientos solanos, los cuales ocasionaban tercianas antes que se desaguase la laguna del Padul situada al S. del mismo y en el día modifican y acaso neutralizan el efecto de las aguas por lo que estas deberían tomarse en fines de junio y mitad de julio, pues á fines de éste principian ya á reinar dichos vientos.
Al contemplar la naturaleza, abundancia y virtudes de estas aguas semejantes á las de Sacedón y Trillo la frecuencia con que en estos climas se padecen por efecto de su alta temperatura males de los que ellas curan y finalmente su inmediación á varios pueblos notables, y sobre todo á la populosa Granada, parece que exigían un buen establecimiento en este punto , que proporcionando á los enfermos la comodidad suficiente, dejase utilidad á quien lo emprendiese; pero lo cierto es que se han formado mil inútiles proyectos sin realizar ninguno cosa que admiraría á los que no conociesen los achaques funestos de nuestro país.
En el día las casas son mezquinas y de incómoda estancia, y como no hay según ya indicamos, médico, botica, leña, agua potable, pan bueno, verdura ni fruta de ninguna especie, es costosa y penosa la temporada de baños”.