Tineo (Asturias), viernes, 5 de Octubre de 2.018 (I).
Anoche, David Carricondo, nuestro cariñoso y servicial Hospitalero del Albergue de Bodenaya, tras la cena comunitaria (de comida vegana) en el salón de “su casa / nuestro albergue”, nos dió una pequeña charla sobre el itinerario de la etapa que vamos a recorrer hoy, por el típico (según sus palabras literales) “Llano Asturiano”... con numerosas sierras, de mediana altitud, pasando por La Espina, La Pereda (con la Ermita del Cristo de los Afligidos), Bedures, La Millariega (con su baño “portátil” y su Área del Peregrino), El Pedregal, Santa Eulalia, el río Ferroiro, San Roque, Tineo… Sobre el paso por Hospitales, que afrontaremos en la siguiente jornada de Nuestro Camino, no se ha querido pronunciar, por lo cambiante del tiempo...
Nos hemos despertado hoy, al alba, con un agradable sonido... la melodiosa música... del “Ave María”, de Franz Schubert… que buena y bonita manera de comenzar el día...
Tras recoger, en el salón de la planta baja, nuestra ropa (limpia, seca y doblada), hemos desayunado: café con leche, galletas y pan con mermelada de melocotón.
Iniciamos el tercer día de nuestro Camino Primitivo, que nos va a llevar desde Bodenaya hasta Campiello, despidiéndonos de Celia, la compañera de David en el Albergue, agradeciéndole todas las atenciones que han tenido con nosotros...
David, con su sonrisa franca, nos ha acompañado hasta la puerta del albergue y tras un, fraternal y peregrino, abrazo de despedida, nos ha dado un encargo: llevar una gorra, que ayer tarde se dejó un peregrino, hasta el albergue “El Texu” de La Espina, que nos coge de paso. Juan Antonio se hace portador del encargo…
Hace una mañana muy agradable, y el tiempo, al menos de momento… nos respeta...
Estamos en la Comarca Vaqueira. Una comunidad humana y un paisaje, moldeado y conformado, por la ancestral historia y la cultura, de los “vaqueiros de alzada”, con su especial folklore, gastronomía, sus tradicionales disputas con los “xaldos” (aldeanos labradores del interior) y los “marmuetos” (aldeanos de la Costa Occidental de Asturias),... Comprende los Concejos asturianos de: Allande, Cudillero, Salas, Tineo, Valdés y Villayón.
Cumplido el encargo de David, hemos continuado Nuestro Camino por las bellas tierras del “Llano Asturiano”: en las que, la verdad...el “llano”... es la excepción… pues se van sucediendo, continuamente, las suaves subidas y bajadas...
Tras pasar junto al campo de fútbol de Tineo (situado a la izquierda del camino), subimos al Campo de San Roque, donde se encuentra la Capilla de San Roque (siglo XIV), de una sola nave y forma rectangular. Aunque la tradición dice que fue fundada por el propio santo, lo más probable es que la construyeran peregrinos franceses en su caminar hacia Compostela. Ha sido remozada y reconstruida en varias ocasiones: conserva restos de su construcción románica, con bóvedas de medio cañón y cuatro contrafuertes (3 mirando hacia el Campo y 1 hacia el Camino) que le dan aspecto de gran robustez. La portada, situada al Oeste, se prolonga hasta la espadaña del campanario y tiene la puerta y, sobre ella, un escudo nobiliario. La puerta está construida con sillares de piedra, formando un arco de medio punto perfecto. En el interior, hay un altar con un retablo de madera, sostenido por dos columnas y la imagen del Santo con su perro. El escudo nobiliario que hay sobre la puerta de entrada, tiene la imagen de un castillo, el antiguo emblema de Tineo. Bajo éste se puede leer “San Roque” y en la parte más alta del escudo (en números romanos), pone la fecha de mil cuatrocientos, posible fecha de su fundación.
En el Campo de San Roque, junto a la Ermita, hay un bar (“La Casina de San Roque”), la Fuente de las Musas y un poco más alejada, la piscina pública y polideportivo municipal.
A Juan Antonio, que se ha adelantado un poco antes, lo vemos reponer fuerzas en la terracita del bar, en compañía de otros peregrinos caminantes.
Luis y yo, seguimos hacia la derecha, por el Paseo de los Frailes: lugar por el que solían pasear los frailes franciscanos del Convento de San Francisco del Monte, desde el barrio de Cimadevilla de Tineo, hasta el Campo de San Roque. El Paseo, actualmente adoquinado, es un hermoso mirador que mira hacia el Sur y discurre entre árboles centenarios (principalmente robles y hayas), plantados, según la tradición popular, por los mismos frailes.
Dejamos a la derecha las instalaciones de la Bolera “San Roque”, donde se practica el Bolo Celta, deporte autóctono de esta zona, que se suele jugar en las modalidades de uno contra uno, por parejas o por equipos de 4 jugadores. Para practicar este juego se utilizan 20 bolos, tallados con hacha y con 6 lados. Los bolos son de madera de haya ó manzano, salvo cuando es una competición federada, entonces los bolos que se utilizan son de madera de encina. La bola, con la que se intenta derribar el máximo número de bolos es de madera muy dura, normalmente de encina, haya o quebracho, y está lastrada con plomo.
Vemos, a la izquierda, un desvío que baja hacia el Albergue de Peregrinos “Mater Christi” (nombre del antiguo Hospital de Peregrinos que hubo en Tineo), situado en el Barrio del Viso, en los bajos del antiguo Centro de Salud.
Nos detenemos un momento junto al “Monumento al Peregrino”: un grupo escultórico metálico que es un reloj solar. El reloj está formado por un cuadrante horizontal de chapa de hierro (de 1 cm. de grosor), con las líneas horarias en números romanos y a su derecha tiene la figura de un peregrino. La sombra del bordón hace de gnomon y es la que señala la hora. La figura del peregrino lleva un sombrero, una capa y una concha vieira; tiene una altura de 1,80 metros y está realizado en chapa galvanizada y pintada, de tres milímetros de grosor y está reforzado por un armazón doble. En la base, una inscripción latina nos dice: “Viator horam aspice et abi viam tuam” (Caminante, mira la hora y sigue tu camino). Fue inaugurado el 24 de Julio de 2.004 y es obra de Manuel Velasco, policía local tinetense.
Bajamos por el Camino de San Roque hacia el cercano casco urbano de Tineo. Y, tranquilamente, llegamos al Barrio de Cimadevilla, reformado urbanísticamente el pasado año 2.010 y que aún conserva su antiguo ambiente rural y ganadero, con cuadras, hórreos, pajares, paneras... y construcciones típicas asturianas con corredores y galerías.
Hacemos una parada de “avituallamiento”, en el Bar “La Panera”; donde nos hemos tomado un tercio de “Radler” y un montadito de tortilla con chorizo, que nos pone el cuerpo “en condiciones”...
Poco después llegamos a la Plaza Alonso Martínez, donde se encuentra la Iglesia Parroquial de San Pedro, el edificio de los Juzgados de Primera Instancia, un bonito y sencillo Crucero de piedra escalonado y el Palacio de los García de Tineo (siglo XVI) que hoy alberga la Casa de la Cultura “Conde de Campomanes”.
La Iglesia Parroquial de San Pedro se encuentra en el solar que ocuparon, parte de las instalaciones del antiguo monasterio de San Francisco del Monte. Una leyenda, atribuye la fundación de este monasterio al propio San Francisco, durante su peregrinación a Santiago; pero (aunque no hay constancia documental) lo más probable es que fuera fundado por la Orden del Temple y posteriormente, regido por los monjes franciscanos (a partir del siglo XIII). El monasterio fue promotor de la cultura: impartiendo clases, a través de las cátedras de filosofía, latín y teología; protagonizando, durante los siglos XIII a XIX, gran parte de la vida de la Villa de Tineo. En 1.836, con la Desamortización de Mendizábal, abandonaron el monasterio los últimos frailes franciscos y el edificio pasó a propiedad del Ayuntamiento. En 1.880, la Iglesia del monasterio, pasó a ser la nueva Iglesia Parroquial de San Pedro y el claustro fue demolido en 1.892 para hacer sitio al Palacio de la Audiencia y a la Cárcel Judicial.
La Iglesia aún conserva la primitiva torre y la portada, de estilo románico (con elementos de transición al gótico). Tiene una sola nave, cubierta con crucería reforzada por nervios, arco de triunfo apuntado y ábside plano precedido por un tramo recto.
La portada tiene tres arquivoltas, sostenidas por columnas en ambos lados. Los arcos de las arquivoltas, muestran relieves en forma de zig-zag o "dientes de sierra" y reposan sobre unos capiteles, cincelados (a la derecha, con motivos vegetales y a la izquierda, con cuadrúpedos afrontados y otros temas naturales). La puerta de entrada, construida con hojas de madera de roble y adornada/reforzada con herrajes, es de gran valor y está datada en el siglo XVI.
A la izquierda del atrio hay una hornacina (con una imagen en su interior) que tiene, a su izquierda, la Cruz de Santiago; y a su derecha, tres conchas vieiras de peregrino.
Penetramos en el interior de la Iglesia. Una agradable y suave música ambiental nos da la bienvenida. La nave es muy amplia, grandiosa. El arco toral del altar, conserva unas llamativas filigranas (a la izquierda cabezas de animales y a la derecha cabezas humanas).
El Retablo Mayor (siglo XVIII) está dividido en dos cuerpos y ático. A la izquierda de la nave, la Casa de Merás construyó en 1.613 la capilla funeraria de la Asunción o capilla de Merás, en estilo barroco. Fue en cumplimiento del mandato testamentario de Pedro de Merás, descendiente de Fernández de la Plaza, famoso por dar muerte al legendario capitán sarraceno Barbarroja, en el siglo XVI.
Arriba en el coro, se encontraban las cuatro salas del Museo de Arte Sacro, inaugurado el 26 de Octubre de 1.997, por el Arzobispo D. Gabino Díaz Merchán.
Actualmente, el Museo de Arte Sacro de Tineo, ha visto reducida su exposición, que se puede visitar en la Capilla funeraria de Merás (situada en el ala izquierda de la Iglesia). Una mampara acristalada y una puerta separan la Exposición de la nave de la Iglesia.
D. Alfredo de Diego Braga, párroco de la Iglesia, nos indica que podemos pasar a visitar el Museo.
Sobre el origen del Museo de Arte Sacro de Tineo, tenemos que remontarnos unos años atrás. D. José Fernández Villamil, párroco de Tineo entre 1.945 y 1.960, legó a la Parroquia de Tineo su “colección particular” (que se integraría en los fondos del museo).
D. Jesús Álvarez Martínez, párroco de Tineo entre 1.960 y 1.989, dio un impulso a la colección, recogiendo tallas de las iglesias y capillas del Concejo, que estaban sin uso y prácticamente abandonadas, por la despoblación de la zona.
Desde la década de 1.960, las obras estuvieron depositadas y bajo custodia del Consistorio Municipal, en el edificio de la Audiencia. Y allí permanecieron hasta el año 1.985.
D. Jesús recuperó la colección para las dependencias parroquiales tras promover un pleito, que ganó, entre el Arzobispado y el Ayuntamiento de Tineo.
Por último, D. Cándido García Tomás, párroco de Tineo, entre 1.989 hasta su fallecimiento en 2.016, promovió una Comisión Parroquial pro Patrimonio Artístico.
El Museo recibió el apoyo de la Asociación Cultural “Conde de Campomanes”, la Asociación Astur-Galaica del Interior de Amigos del Camino de Santiago y del Ayuntamiento de Tineo.
El 29 de junio de 1.989 se hizo una primera apertura al público, que pasó un tanto desapercibida. Se hubo que proceder a la restauración de las tallas más deterioradas y a la desparasitación (en la Biblioteca de Asturias) de los libros religiosos que se iban a exponer. Las vitrinas que protegen las tallas proceden de la Exposición “Orígenes, arte y cultura en Asturias, siglo VII-XV” (celebrada en la Catedral de Oviedo, entre el 11 de Agosto y el 30 de Noviembre de 1.993) y algunas de ellas tuvieron que ser adaptadas.
Maria Josefa Sanz Fuentes, Catedrática del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo, destaca su importancia: “Es la colección de obras que conforman el Museo de Arte Sacro de Tineo un claro exponente de la importancia y riqueza del Concejo en la época medieval y moderna, con obras originarias del mismo, pero también con excepcionales piezas foráneas, algunas de ellas de origen francés, que ponen de manifiesto la eficacia que el Camino de Santiago tuvo en la difusión de las corrientes artísticas”.
Según los Estatutos del Museo (de fecha 18 de Noviembre de 1.998): “El Museo de Arte Sacro de Tineo, de titularidad eclesiástica, nace con vocación de integrarse en el sistema de Museos del Principado de Asturias y en consecuencia se regirá por los presentes Estatutos y por la legislación vigente sobre Museos del Principado de Asturias”.
En él se exponen valiosas piezas de orfebrería (colección de cálices, hostieras, candelabros, copones, cruces procesionales y otros objetos de culto); imaginería en tallas de madera (la colección medieval compuesta por 30 piezas de los siglos XII, XIII, XIV y XV y 24 tallas de los siglos XVI, XVII y XVIII); ropa litúrgica, ornamentos sagrados y un amplio fondo bibliográfico (libros religiosos y profanos) con ediciones desde el año 1.522. Lo que más llama la atención del visitante son las piezas escultóricas, destacando entre éstas la Virgen de Bebares, del siglo XII y otra Virgen con el Niño, del siglo XVI; el Cristo crucificado, en madera policromada de finales del siglo XII o principios del XIII; el Calvario de Pozón, del siglo XIII o la imagen del apóstol Santiago con indumentaria de peregrino.
Hemos de continuar nuestro Camino. Salimos de la Iglesia y nos desviamos a la derecha. Por la Travesía de la Torre llegamos a la Calle La Fuente, donde giramos a la derecha y subimos, por una pista asfaltada, hacia el Parque Fuente de San Juan (una de las 7 fuentes que proveían a los habitantes de Tineo, antes de que en sus viviendas tuvieran agua potable), donde repongo el agua de la cantimplora. Dejamos a la izquierda el casco urbano de Tineo y seguimos por un camino de tierra, que nos lleva hacia el “Regueiro de Robléu” por el Camino de la Sierra…”Pica” el sol: parece que va a cambiar el tiempo...y aún nos queda mucho trayecto para llegar a Campiello...
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