“Gaseosa Insuperable - “LA CASERA” - Es Única” - 1.949 - Madrid.
Desde mi niñez, he leído y escuchado su eslogan de propaganda: “El refresco ligero, gaseosa “La Casera”, tu gaseosa desde 1.949”. Y recuerdo, perfectamente, su botella de cristal transparente, con su revolucionario tapón de cierre de porcelana y una goma roja, tapada con un capuchón de papel precintado, para garantizar la higiene.
El periodista José Ramón Alonso de la Torre (Cáceres, 1.957), recuerda en su artículo “La gaseosa de Vara” (Diario HOY de Extremadura, 20 Julio 2.015): “La gaseosa blanca con vino tinto era antes sinónimo de fiesta. Yo solo la tomaba en Agosto, cuando mi padre cogía vacaciones y compraba cada mediodía una gaseosa blanca en el bar de la esquina. La gaseosa, si era naranja, además de fiesta, simbolizaba lujo. Pero los tiempos han cambiado, tanto que tomar hoy gaseosa blanca, es el paradigma de la austeridad y la sencillez. La de color, sea naranja, limón o cola, mantiene todavía resabios de pompa”. Gaseosa "La Casera", nace el martes, 31 de Mayo de 1.949, fruto de la asociación de tres hermanos: Francisco, Víctor y Félix Duffo González, cuyo padre ya se ha dedicado, antes de la Guerra Civil, al mundo de los refrescos. En la sociedad "La Casera" S.L., Félix (1.900 - 1.977) posee el 50% del capital, mientras que el resto está repartido, a partes iguales, entre Francisco y Víctor. Félix, posee una gran visión empresarial; Francisco, una buena experiencia comercial y Víctor, que ha estudiado química, crea y atiende la calidad del concentrado de la gaseosa. Nota: Francisco Duffo Foix, el padre, (Francia, 1.873) era un agente de importación - exportación, que trabajó en Argentina y en París, antes de recalar en San Sebastián (donde contrae matrimonio con Victoria González, 1.877 - 1.952) y finalmente en Barcelona, donde, en 1.923, instala la fábrica de bebidas carbónicas "Espumosos El Rayo" (una de las primeras en embotellar Coca - Cola en nuestro país, en 1.928). Una vez pasada la Guerra Civil, fueron sus hijos los que se hicieron cargo del negocio. La idea de los hermanos Duffo González, es comercializar un refresco suave y agradable, de sabor familiar para la mayoría de la población española, apta para todos los públicos y que permita la mezcla con el vino de mesa. Julia Martínez García - Carpintero, Marketing Manager de “La Casera”, ha declarado a la prensa escrita: “En los años cincuenta y sesenta, La Casera ya estaba presente en casi todos los hogares españoles. La marca vio la luz en 1.949 y llegamos a tener fábricas en cuarenta de las provincias españolas (...) "La fórmula de La Casera, muy parecida a la original, pero adaptada a los gustos del consumidor a lo largo del tiempo, es secreta y solo la conocen dos personas de la compañía" (...) "Se trata básicamente de agua carbonatada con esencia de limón sin azúcar", dice, y hasta ahí puede leer… La primera producción de "La Casera", aparece en el mercado un año más tarde (1.950), elaborada en la primera fábrica, situada en la calle Cactus de Madrid. Mientras que Carlos Santos, director de operaciones de “Orangina Schweppes Iberia”, ha dicho: “La Casera se ha convertido a lo largo de los años en todo un icono de nuestro país, que forma parte de nuestra propia historia. Este reconocimiento es el resultado de una apuesta firme y decidida del Grupo Orangina Schweppes por la calidad de productos fabricados en España de forma natural”. "La Casera" empieza a comercializarse con ambición de convertirse en la gran gaseosa nacional. Hasta entonces, la producción de agua carbonatada o soda, embotellada en sifón, y de fabricación local, estaba desperdigada por todo el país. En la década de 1.950, hay en nuestro país más de 5.000 fábricas de bebidas gaseosas, muchas de las cuales venden en una pequeña área geográfica y cuyos nombres comerciales no se conocen nunca más allá de los límites de su pueblo o provincia. 'La Gran Vía', ‘Puente Dúrcal’, ‘Konga’, ‘La Accitana’, ‘Vidal’, 'Miret', ‘La Pitusa’, ‘Eko’, ‘Sanitex’, ‘La Dorita’, 'El Águila', ‘La Novia’, ‘Gómez’, ‘La Sarriana’, 'Unión Coruñesa', ‘La Revoltosa’, ‘El Progreso Industrial’, 'La Gremial, ‘El Faisán’, 'La Concepción', ‘El Molino’, 'La Primorosa', ‘La Peñona’, 'Nati', ‘La Torrentina’, 'Lux', ‘Truji’, ‘La Grandalesa’, 'El León', 'Patxicu', ‘Cebria’, 'La Inesperada', 'La Riojanita', 'Zerep', 'La Cantarina', 'La Señera', 'La Alcazaba', 'Rociera', ‘La Estrella del Bierzo’, 'Masso y Verges', ‘Piñeiral”, ‘Bilbaína’, ‘La Jirafa’, … Para cumplir el objetivo de extenderse por todo el territorio nacional, llevan a cabo diferentes estrategias: Por razones de transporte, optan por establecer una fábrica en cada provincia, constituyendo una sociedad anónima (con los mismos propietarios de la marca) para cada una de las 25 nuevas fábricas que se instalan. En 11 casos, se asocian con industriales del ramo, reconvirtiendo las instalaciones de las fábricas ya existentes, con participaciones en torno al 50%. Y, por último, ejercen la función de franquiciadores, dejando el uso de la marca y cediendo el "know how" a cambio del pago de un royalty (17 franquicias). En total llegan a funcionar 53 fábricas para la elaboración y embotellado de las bebidas refrescantes de "La Casera". En la década de 1.960, "La Casera" se expande de forma notoria y al primer producto, la gaseosa, embotellada en envase de cristal de un litro con tapón mecánico, le acompañan hacia 1.967, La Casera Limón y La Casera Naranja… e incluso llega a ser la distribuidora en España de la tónica Schweppes. “La Casera” es la primera compañía de refrescos que hace campañas de cine y televisión en España… y patrocina un equipo ciclista entre 1.968 y 1.974, la Edad de Oro de ese deporte, cuando brillan Eddy Merckx (Meensel-Kiezegem, Brabante Flamenco, 1.945), Luis Ocaña (Priego, Cuenca, 1.945 - Mont-de-Marsan, Francia, 1.994), Domingo Perurena (Oyarzun, Guipúzcoa, 1.943 - 2.023) y Felice Gimondi (Sedrina, Lombardía, 1.942 - Giardini - Naxos, Sicilia, 2.019). Todo crece año tras año, hasta llegar en 1.971 a una producción de 300.000 litros a la hora: “La Casera” se convierte en el refresco familiar por excelencia y el complemento típico del vino de mesa. Según recoge ABC en 1.973, una compañía norteamericana ha ofrecido 1.500 millones de pesetas a los hermanos Duffo González para adquirir la compañía y sus derechos. Pero sus fundadores se niegan. La empresa lanza La Casera Cola, la primera cola sin cafeína de España, y se lanza al mercado el formato no retornable. La publicidad, ha sido sin duda, una de las claves del éxito de “La Casera”. De hecho, a tan altas cotas llegó la fama de la marca, que se convirtió en nombre genérico de producto: la gente denominaba “Casera” a cualquier gaseosa, como ocurre con “Kleenex” y los pañuelos de papel, “Rimmel” y la máscara de pestañas o “Tupperware” y las fiambreras de plástico. “La Casera” ha tenido, a lo largo de su historia, muchas y muy buenas campañas publicitarias. Pero me voy a centrar sólo en una: La presencia de "La Casera" era habitual en los hogares, pero su formato de litro no invitaba a su consumo como refresco, por lo que, aunque mucha gente la pedía en bares y restaurantes, se encontraba con que no la tenían. Para intentar potenciar ese hábito de consumo, la familia Duffo encarga a la delegación española de la Agencia NCK (Norman, Craig & Kummel) una campaña de publicidad, en la que se plasma el dilema que afronta la Empresa, llevándolo al extremo: Una pareja pide "La Casera" en un restaurante y el camarero les informa que no disponen de ella (“¿Casera? Lo siento, señor, no hay. Aquí no tenemos costumbre”). Entonces (y esta era la parte más atrevida), los clientes, indignados, abandonan el local, arrastrando en su decisión al resto de parroquianos, que lo anuncian entre sonoros refunfuños (“¡Y nosotros!”, “¡Mira que no tener Casera!”…). La súbita desbandada, provocaba la aparición del chef (“¡Mi ruina!”, exclama), quien, cuando pide explicaciones al maître, se lleva las manos a la cabeza: “¡Insólito! ¡Inaudito! ¡Imperdonable!”... En otros anuncios, la escena se replica a bordo de un avión, en un barco, en una boda, en un partido de fútbol… Siempre con el eslogan, a modo de cierre: “Pídala en todas partes”. Durante 3 años, se emiten esos anuncios, con un innegable éxito… solo empañado por un factor: dado que representaban la ausencia del producto, no había ni rastro del mismo (sólo al final, bajo el eslogan, aparecía la botella). En 1.985, Carmelo Bustos Batanero, director de publicidad de “La Casera”, convoca a varias agencias de publicidad: “Nos contaron que el problema que tenían no era que la campaña no fuese notoria, pues estaba muy bien, sino que no valía porque no aparecía su producto por ningún lado” (José Luis Zamorano, socio de RZR, junto a Ernesto Rilova y Alfonso Rodríguez). De aquella primera reunión con “La Casera”, sale Zamorano con la campaña en la cabeza, cosa que aún le sorprende. “Juro que se me ocurrió enseguida: pedir La Casera… y que la hubiera. Pensaba: ‘No puede ser’. Parecía cosa de magia. No me lo podía creer. Tan idiota me pareció que dejé dormir la idea una semana, y después de barajar otras posibilidades, volví a lo mismo: pido una Casera pensando que no la va a haber, y por eso la pido, porque me quiero ir… ¡pero sí la hay! Con lo cual, no me puedo ir. Me la sacan… y me cago. Porque has entrado con la pretensión de largarte, pero si la hay…, te da un patatús. Entonces el producto sale a relucir, y lo bebes”. La propuesta encandila a Carmelo Bustos y el resto de directores de “La Casera”. Zamorano solo tiene que desarrollarla: “Buscar sitios en los que de alguna manera tú te plantees que como sabes que no va a haber Casera, te podrás ir; sitios en los que no te haga mucha gracia estar, y utilices la excusa de que no hay Casera para irte. Y así salieron el torero, el restaurante de lujo, el boxeador, el dentista…”. Zamorano alarga así el concepto de la anterior campaña, con tres diferencias: alterando radicalmente el desenlace, mostrando el producto y haciendo uso de un humor muy loco. “Siempre he sido un adorador de Berlanga. Por lo tanto, tengo un sentido del humor bastante cabrón. Nací en la calle del Olivar, en la plaza de Lavapiés, y tengo ese aire un poco raro de madrileño chulo. Me gusta, desde luego, Santiago Segura. Tenemos esa cosa un poco cheli, castiza, que no es impostada”. Para el rodaje de los spots, Zamorano forma equipo con su mejor amigo y fiel colaborador, el reputado fotógrafo y realizador de publicidad Michel Malka (1.943 - 2.020). “Elegí a Michel porque me parecía el mejor fotógrafo sin duda que ha habido en este país, y porque con eso yo me aseguraba de que los planos estuvieran bien encuadrados y bien iluminados; el resto ya lo hacía yo”. Con actores poco conocidos reclutados en Francia y Reino Unido (“No quería que un personaje mío apareciera en el siguiente anuncio, en el mismo bloque de publicidad”), cada divertido spot, tiene su correspondiente cuota de anécdotas en el rodaje y voy a comentar el spot del restaurante: Una pareja entra en un local de lujo y cuando el chico ve los precios en la carta, se echa a temblar. Entonces dice: “Ahora pido Casera, y como no hay…”. Pero cuando se la traen (al compás del “Toreador” de la ópera “Carmen”, de Bizet), el iluso comensal sufre un desmayo y se cae de la silla. El plano final le muestra fregando platos en la cocina. Este anuncio, gana el Primer Premio en el Festival de Cine Publicitario de Marbella en 1.986. Tras la campaña, “La Casera” vive su mayor apogeo. Llega a facturar 30.000 millones de pesetas (unos 564 millones de euros de 2.023, según la actualización del IPC) y contar con una plantilla de 6.000 empleados, que trabajaban en más de 40 fábricas, distribuidas por toda España. Produce más de 3.000.000 de litros por hora. Es la tercera empresa del sector de refrescos en España, sólo superada por Coca Cola, y la quinta de Europa. Sin embargo, nuevos hábitos entre la población y la irrupción de una mayor variedad de bebidas, reducen considerablemente las ventas en la década de 1.990, con pérdidas económicas y despidos de trabajadores… provocada por un liderazgo débil y la lentitud en adaptarse a un mercado que crea una diversificación del sector de bebidas en España con fuerte competencia… y los Duffo, en 1.995, se ven obligados a vender “La Casera” al grupo inversor "Iberian Beverage Group" (formado por la familia colombiana Santo Domingo, la familia alemana Berggruen y el fondo de inversiones norteamericano "Wexford Management Corp"). Como consecuencia, los herederos de Félix Duffo… viven en una situación acomodada. "Iberian Beverage Group" comienza un proceso de internacionalización y exportación del producto y una serie de duros ajustes. Una de las claves del relanzamiento de “La Casera” se centra en un cambio radical en su línea de comunicación. La firma invierte en 1.997 en publicidad y marketing 1.400 millones de pesetas, un 40% más que en 1.996. Con esta cifra consigue una participación de inversión publicitaria que se sitúa entre el 10 y el 12% en el mercado de refrescos, muy por encima del 2% que destinaba la empresa en anteriores ejercicios. En el año 2.001, "Iberian Beverage Group" vende “La Casera” a la multinacional británica “Cadbury Schweppes” y, ésta, 8 años después, en 2.009, la vende a la Empresa japonesa “Suntory”. Colofón
El logo de “La Casera” ha permanecido prácticamente invariable en su larga vida, aunque la casita sonriente desapareció a comienzos de la década de 1.990 para ser recuperada en 2.008. Desgraciadamente la botella clásica, que en un principio tenía marcada en relieve su marca, desapareció hace tiempo, sustituida por una amplia variedad de formatos en envases no retornables, aunque en 1.999 salió al mercado una edición conmemorativa serigrafiada de la que se fabricaron más de 1 millón de botellas.
Hoy, "La Casera" se ha convertido en una de las 10 marcas de bebidas refrescantes más vendidas de Europa y España, donde mantiene una importante cuota de mercado, es líder absoluta en el sector de gaseosas, y goza de una popularidad muy poco frecuente para un producto español, pudiéndose decir que forma parte de la cultura tradicional del país.
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Sobre la Gaseosa
Las primeras bebidas carbónicas las encontramos en la época de los romanos, que ya conocen y aprecian las aguas efervescentes naturales y que incluso las envasan para destinarlas al consumo de las clases acomodadas. Creían que tenían propiedades curativas, en especial para los problemas digestivos, y a menudo les añadían miel o zumos azucarados.
El embotellado comercial de aguas minerales naturales se inicia en Europa a mediados del siglo XVI, con Spa - Bélgica, Vichy - Francia, Ferrarelle - Italia y Apollinaris - Alemania. En el siglo XVIII, los manantiales minerales y efervescentes naturales de Europa se convierten en populares retiros de salud y destinos curativos. Las bebidas carbonatadas, o refrescos, como solemos llamarlos, tienen como origen la humilde "Gaseosa", y ésta nace como un remedio medicinal para las dolencias de estómago. Hay que volver atrás en el tiempo, casi tres siglos, concretamente al año 1.741 en Inglaterra. Al doctor William Brownrigg (1.712 - 1.800) de Whitehaven (condado de Cumberland) se le ocurre la brillante idea de inyectar ácido carbónico en un envase con agua mineral… se sorprende, al ver que el líquido, burbujea… y decide hacer negocio: embotellándolo y vendiéndolo. Acaba de nacer, la versión primitiva de la Gaseosa. Parece que no es del agrado de los consumidores de entonces… y fue un fracaso comercial. Veinte y seis años después, en 1.767, el científico inglés Joseph Priestley (1.733 - 1.804) descubre por primera vez un método para mezclar agua con dióxido de carbono y producir agua carbonatada. Y, cuatro años más tarde, en 1.771, el químico sueco Torbern Olof Bergman (1.735 - 1.784) inventa un aparato que produce agua carbonatada a partir de tiza, mediante el uso de ácido sulfúrico. Cuando un compuesto de carbonato como tiza, bicarbonato de sodio, carbonato de sodio o carbonato de magnesio se mezcla con un ácido como el ácido tartárico, cítrico o málico y se introduce humedad, se produce una reacción química que libera gas carbono. Las bebidas gaseosas se denominan “refrescos” por este motivo. Nota: “Al hablar del primero a quien se le ocurrió añadir anhídrido carbónico al agua, es decir, fabricar soda, tenemos que referirnos a otro nombre mítico en la industria de las bebidas gaseosas, Schweppes, y más concretamente a su creador, Johann Jacob Schweppe (1.740 - 1.821) un empresario alemán que desarrolló un procedimiento para fabricarlas. La empresa inició sus trabajos en Ginebra, en 1.783. En 1.792 se trasladaría a Londres y, años después, empezaría a producir la famosa tónica; cuyo primer uso, por su contenido en quinina, sería medicinal. Los soldados del Imperio Británico la utilizaron, sola o mezclada con ginebra (cuyo origen, ¡cómo no!, también se atribuye a un médico, Franciscus Sylvius, 1.614 - 1.672), para combatir la malaria y otras fiebres. Recientemente, la relación entre la tónica Schweppes y la medicina se reactivó -si se me permite la digresión- al ponerle cara a la publicidad de la compañía el actor Hugh Laurie (Oxford, Inglaterra, 1,959), conocido internacionalmente por su interpretación del “Dr. House” (“El Dr. Philip S. Physick y la gaseosa” - Canal Medicina, Historia y Arte). Nueva York, 1.807. El doctor Philip Syng Physick (1.768 - 1.837) considerado el “Padre de la Cirugía Americana”, utiliza el mismo sistema para crear, junto a un químico amigo suyo (el farmacéutico de Filadelfia, Townsend Speakman), un agua carbonatada para tratar los problemas de estómago, a la que llamó “Nephite Julep”… por sus características químicas (es agua que contiene ácido carbónico, el cual, al descomponerse, produce burbujas cuando la bebida se despresuriza), se empleaba tanto para calmar la sed, como con fines medicinales. El ingrediente que abre las puertas al consumo masivo, es añadirle un edulcorante (jarabe de frutas), para hacerle el sabor más agradable. El doctor Syng, tiene entre sus pacientes a nombres tan distinguidos como Benjamin Rush (1.746 - 1.813), uno de los “Padres Fundadores” de los Estados Unidos; las hijas de los presidentes John Adams y James Monroe; el presidente Andrew Jackson (1.767 - 1.845); el general Winfield Scott (1.786 - 1.866) y John Marshall (1.755 - 1.835), el célebre jurista, presidente de la Corte Suprema americana durante más de tres décadas. El brebaje del doctor Syng no deja de ser un "medicamento" de la época, por lo que las personas sanas… no tenían ninguna razón para beberlo… El impulso final, viene en 1.832, cuando John Matthews (1.808 - 1.870), conocido como "El Rey de las Fuentes de Soda", inventa un sistema para saturar el agua con gas carbónico de forma industrial y establece su planta de fabricación de gaseosa, en el número 55 de la Calle Gold, en la ciudad de Nueva York. Nota: el polvo de mármol que utilizaba en el proceso para saturar el agua, lo consiguió al comprar el material sobrante de la construcción de la Catedral de San Patricio de Nueva York, situada en el Lado Este de la Quinta Avenida, entre las calles 50 y 51, frente al Rockefeller Center. “En la tienda de un perfumista de Pensilvania en 1.838. El francés Eugene Roussel, estaba vendiendo agua con gas en su perfumería en Filadelfia. Con el ingenio que caracteriza a los franceses al tratar con el sexo opuesto, Roussel decidió agregar sabores a las bebidas de sus clientes. ¡Voilá! A pesar del enorme interés y competencia por el negocio del agua con gas, nadie había pensado en agua con gas aromatizada hasta entonces, y así de fácil la industria de las gaseosas experimentó su propia Revolución Francesa!” (“John Matthews Father of the Soda Fountain”, de Donald Yates - “Bottles and Extras” - Verano 2.006). Las primeras gaseosas se envasan en botellas de vidrio que se cierran con un corcho y una cuerda. Con el paso del tiempo, se van perfeccionando los sistemas de cierre para ir adaptándose a las necesidades de los consumidores y del sistema de distribución. Nota sobre el Vidrio: Una leyenda, transmitida oralmente dice que unos mercaderes fenicios que se dirigían hacia Egipto para vender un preciado mineral conocido como natrón (carbonato de sodio, utilizado en la momificación de los cadáveres, así como en la fabricación de fayenza); se detuvieron a hacer noche a orillas del río Belus (hoy conocido como Naaman ó Queiq y cuya desembocadura se encuentra junto a la ciudad costera de Acre). Como no tenían piedras para calentar su comida, decidieron utilizar trozos de natrón… y, a la mañana siguiente, vieron asombrados, que las piedras de natrón se habían fundido con la arena de la playa, creando un material duro y brillante: ¡el Vidrio!. La fabricación del vidrio florece en Egipto y Mesopotamia hacia los años 1.200 A.C., produciendo un preciado vidrio claro con sílice pura, que es coloreado con azul y verde, y que presionado sobre moldes, forma envases como vasijas y platos. En 1.872, el ingeniero inglés Hiram Codd (1.838 - 1.887) patenta la botella “Codd”, popularmente llamada “gaseosa de pito”, puesto que en su interior hay una bolita de cristal, similar a una canica, que hace de tapón, e impide la salida del líquido por efecto del gas. Las botellas eran llenadas boca abajo y para servir la bebida, la bola era empujada hacia una cámara para no obstruir el líquido. Esta botella se convirtió en un estándar en Europa y el Imperio Británico. En la Exposición del Centenario de la Independencia de los Estados Unidos, celebrada en Filadelfia en 1.876, se exhiben los últimos inventos, “gadgets” y maquinaria. Y, en ella, James Walker Tufts (1.835 - 1.902) y Charles Lippincott, se asocian y pagan 50.000 dólares por los derechos exclusivos para vender refrescos, hielo y helados de crema, instalando unas ornamentadas fuentes de refrescos, de diez metros de altura, fabricadas con mármol de diferentes colores, con grifos elaborados y unas colgantes lámparas de araña adornadas con helechos. El éxito fue espectacular. William Painter (1.838 - 1.906), operador de un taller mecánico de Baltimore, revoluciona la industria de los refrescos cuando en 1.892, inventa el tapón de corona (la popular “chapa”). Se inspiró en la creciente popularidad de las bebidas carbonatadas, que estaban ampliamente disponibles en farmacias y pubs en la década de 1.880, pero que planteaban un desafío en cuanto a su envasado. De diseño pequeño, el "tapón de corona” ó “sello de botella de corcho de corona" utilizaba una tapa de metal revestida con un disco de corcho delgado para mejorar el sellado y proteger la bebida de la toxicidad del metal e impedía el escape del dióxido de carbono, que crea las burbujas, de las bebidas embotelladas. Los anteriores tapones que se habían utilizado en las botellas de vidrio eran generalmente de corcho, metal o porcelana, que tenía el inconveniente de hacer que la bebida fuera tóxica y, por tanto, imbebible, en caso de contacto con el contenido de las botellas. Fueron diseñados para un solo uso, eran económicos y completamente a prueba de fugas. A fines del siglo XIX, el éxito de la Gaseosa fue imparable, con distintos productos, de todos los sabores y colores: grosella, fresa, mora, granada... Ya en el siglo XX, se popularizaría la típica botella de gaseosa con el conocido cierre de porcelana y alambre. Más tarde, vendrían las botellas con tapón de rosca y, ya en el último cuarto del siglo XX, se empezaron a comercializar los refrescos en otros materiales distintos del vidrio, como el acero y el aluminio de las latas, o el PET de las botellas de plástico. Hoy, domingo, 27 de Agosto, Festividad de Santa Mónica, trigésimo cuarta semana del año 2.023, se cumplen 388 años (lunes, 1.635) del fallecimiento del poeta y dramaturgo Lope de Vega (Félix Lope de Vega y Carpio, Madrid, 1.562 - 1.635), llamado “Fénix de los Ingenios”. Según los registros históricos, muere a causa de una enfermedad conocida como "hidropesía" o edema pulmonar, que afecta los pulmones y provoca dificultad para respirar. Después de su muerte, el Teatro Español es ya un género literario maduro y popular, enriquecido con sus innovaciones y hallazgos, virtudes debidas a su talento y a sus aportaciones. Miguel de Cervantes (1.547 - 1.616), a pesar de su antipatía por Lope, lo llama “Monstruo de Naturaleza”: admitiendo su gran fecundidad literaria, pero criticando irónicamente el anticlásico desarreglo de su poética teatral, a semejanza del monstruoso hircocervo de la “Ars poetica” de Horacio (65 a.C. - 8 a.C.). Nota: El "monstruoso hircocervo" es una criatura mitológica que aparece en algunas obras literarias y el folclore europeo. Se describe como una extraña combinación de un ciervo y una cabra, con cuernos y pezuñas afiladas. Esta criatura, a menudo simboliza la dualidad, la ambigüedad moral y la naturaleza híbrida. Sus últimos días Madrid, calle Francos. El viernes, 24 de Agosto, día de San Bartolomé, Félix se levanta muy temprano, dice misa, cuida de su jardín (como hace cada día) y se encierra en su estudio, a trabajar. Al mediodía, se nota los primeros síntomas. Por la tarde, sale de casa, para asistir en el Seminario de los Escoceses, a unas conclusiones de Medicina y Filosofía, y durante la ceremonia sufre un desmayo. Un médico amigo (Sebastián Francisco de Medrano) le atiende y se ocupa de que le lleven en una silla a su casa, donde, por la alta fiebre, se le purga y practica una sangría. Al día siguiente, sábado 25 de Agosto, todavía puede escribir un poema y un soneto, y recibe la visita del doctor Juan de Negrete, médico de cámara de Su Majestad, quien recomienda que le den el Santísimo Sacramento. El domingo, 26 de Agosto, otorga y firma Testamento, con gran esfuerzo, ante el escribano Francisco de Morales y Barrionuevo y cinco testigos (Felipe de Vergara, médico; Juan de Prado, platero de oro; José Ortiz de Villena, presbítero; Juan de Solía y Diego de Logroño), en el que nombra heredera a su hija, Feliciana. En el Testamento que dicta Lope, precisa: “Lo primero encomiendo mi alma a Dios nuestro Señor, que la crió y hiço a su ymagen y semexança y la rredimió por su preciosa sangre, al qual suplico la perdone y lleve a su santa gloria; para lo qual pongo por mi yntercesora a la Sacratísima Virgen María conceuida sin pecado original, y a todos los santos y santas de la corte del cielo; y difunto mi cuerpo, sea restituido a la tierra de que fue formado. Difunto mi cuerpo sea bestido con las ynsignias de la dha rrelixión de San Juan, y sea depositado en la yglesia, lugar que hordenare el Exmmo. Señor Duque de Sesa, mi Señor, y páguese los derechos. El día de mi muerte, si fuera ora, y si no otro siguiente, se diga por mi alma misa cantada de cuerpo presente, en la forma que se acostumbra con los demás relixiosos. Y en quanto al acompañamiento de mi entierro, onrras, novenario y demás osequias y misas de alma y rreçadas que por mi alma se an de decir, lo dexo al parecer de mis albaceas o de la persona que lixítimamente le tocare esta disposición.” Esa noche del domingo, recibe el viático y la extremaunción. El lunes 27 de Agosto, a las cinco y cuarto de la tarde, fallece sin haber articulado una sola palabra. El certificado de defunción constata; “Frey Lope Félix de Vega Carpio, presbítero de la Sagrada Religión de San Juan, calle de Francos, casa propia, murió en veinte y siete de agosto de 1.635. Deja como albacea al Sr. Duque de Sessa y a su voluntad, su funeral y misas.” Funeral y entierro El VI duque de Sessa (Luís Fernández de Córdoba y Aragón, 1.582 - 1.642) organiza y paga las honras fúnebres, que duran 9 días y sus restos son depositados, el martes 28, en la Iglesia de San Sebastián (en el barrio de las Letras) situada en el número 8 de la Calle Príncipe, en pleno centro de Madrid. Nota: Iglesia dedicada a Santiago el Mayor, también conocido como San Sebastián, construida entre los siglos XV y XVI, en el lugar donde, en el año 1.412, se ubicaba una antigua capilla. Martes, 28 de Agosto, 11 A.M. El cortejo fúnebre, por expresa petición de la hija de Lope, Sor Marcela de San Félix (1.605 - 1.688), pasa frente a las celosías Convento de las Trinitarias Descalzas y sigue calle arriba (por Cantarranas) hasta la calle León, calle Atocha o calle Huertas, para finalmente salir a la Iglesia de San Sebastián. Del inmenso fervor popular, da testimonio Francisco Ximénez de Urrea (1.589 - 1.647): "hubo muchas mujeres. Acabaron [el entierro] a las dos de la tarde, y a las cinco de la mañana no se podía entrar en la iglesia". Mientras que Juan Pérez de Montalbán (1.602 - 1.638) nos ofrece un relato detallado del entierro y de las honras fúnebres celebradas en los días posteriores: "Tratose de su entierro, de que se encargó el señor Duque de Sessa, como su dueño y albacea, y como tan magnánimo príncipe, y determinose para el martes siguiente a las once. Repartiéronse muchas limosnas de misas, que es la más importante honra para el que yace. Convocose todo el pueblo sin convidar a ninguno; vinieron cofradías, luces, religiosos y clérigos en cantidad, la Orden de los Caballeros del hábito de San Juan, la de los Terceros de San Francisco, la Congregación de los Familiares [del Santo Oficio] y la de los Sacerdotes de Madrid, compitiendo piadosamente sobre quién había de honrar sus hombros con llevar su cuerpo, y consiguiolo la Venerable Congregación de los Sacerdotes. Empezose el entierro según estaba prevenido, y fue tan dilatado, que estaba la cruz de la parroquia en San Sebastián y no había salido el cuerpo de su casa, con ser tanto el distrito y haber rodeado una calle a petición de Soror Marcela de Jesús, religiosa de la Trinidad descalza y muy cercana deuda del difunto, que gustó de verle. Las calles estaban tan pobladas de gente, que casi se embarazaba el paso al entierro, sin haber balcón ocioso, ventana desocupada ni coche vacío. Y así, viendo una mujer tanta grandeza, dijo con mucho donaire: «Sin duda este entierro es de Lope, pues es tan bueno.» Iban con luto al remate del acompañamiento don Luis de Usátigui, yerno de Lope, y un sobrino suyo en medio del señor Duque de Sessa y de otros grandes señores, títulos y caballeros. Llegaron a la iglesia, recibioles la Capilla Real con música. Díjose la misa con mucha solemnidad, y al último responso, viéndole quitar del túmulo para llevarle a la bóveda, clamó la gente con gemidos afectuosos. Depositose en el tercero nicho por orden del señor Duque de Sessa, con permisión del doctor Baltasar Carrillo de Aguilera, cura propio de la parroquia de San Sebastián, y con declaración de la justicia por el secretario Juan de Piña. Vaciole en cera la cabeza Antonio de Herrera, excelentísimo escultor de Su Majestad, y despidiéronse los amigos, llorando la soledad que les hacía Lope, como quien echa menos una joya que le han hurtado". Colofón El duque de Sessa, que ha costeado las honras fúnebres, incumple en cambio su promesa de edificarle un mausoleo y sólo paga la primera anualidad del depósito, que asciende a 400 reales… sin que él, ni los familiares de Lope paguen nunca más. Pasados 5 años, los monjes amenazan con que “se sacarán los huesos del susodicho y se pondrán en la bóveda con los demás que generalmente se echan en ella”... Y, en 1.660, los restos de Lope son sacados de su nicho y arrojados, definitivamente, al osario común. Sin embargo, Ramón Mesonero Romanos (1.803 - 1.882), menciona que Lope fue arrojado al osario hacia 1.805, pero no al del templo, bajo el coro o en las mismas criptas, sino en el que había en el pequeño cementerio en las afueras de la parroquia, en la calle Huerta, hoy convertido en vivero de plantas y flores, bajo el nombre de “El Jardín del Ángel”. Finalmente, en alguna de las muchas revueltas del tumultuoso siglo XIX, sus restos desaparecen, mezclados con otros en el osario de la parroquia de San Sebastián. Tal día como mañana, domingo, 20 de Agosto, Festividad de San Bernardo, trigésimo tercera semana de 2.023, hace 87 años (1.936), en la madrugada, es asesinado, fusilado, Federico García Lorca, a los 38 años de edad. El trágico Verano de 1.936, Federico piensa pasarlo en el campo. Se traslada de Madrid a Granada en Julio y allí le sorprende el inicio de la Guerra Civil. Sobre Federico Mi fuente, para escribir éste articulito, en Memoria y Recuerdo de Federico, ha sido el libro “Los últimos días de García Lorca”, de Eduardo Molina Fajardo, 1.914 - 1.979 (Plaza & Janés Editores, Enero 1.983), un libro inacabado y que la familia de Eduardo publicó, tras su fallecimiento. En la “Introducción”, Ángeles González (viuda de Eduardo), nos dice: “Eduardo Molina empezó a investigar en los temas lorquianos allá por la década de 1.960. Le unieron a Lorca sentires comunes. Sobre todo un amor inmenso a la patria chica, a la Granada sensorial y atractiva. A esto unió todo su afán investigador, que fija la mirada en el pequeño detalle y va elaborando minuciosamente un tapiz de realidades históricas, escondidas a los ojos de muchos”... y fue tan grande, el afán que Eduardo puso en su cometido… que la familia, pienso que, muy acertadamente, dá inicio al libro con éste sentido poema de Eduardo: “Tú sólo, ensangrentado, Tú solo, frío, profeta, enterrado bajo la arena, bajo la noche fría. Tú sólo, en la llanura… ¡todo tan mezquino, tan repulsivo!, que he tenido, ahora -son las cuatro treinta de la madrugada-, he tenido que levantarme y empezar a escribir para quedarme más tranquilo”. Y, en el Prólogo, titulado “El juego de la muerte en Lorca”, me han gustado éstas palabras de Juan Ramón Jiménez Mantecón (1.881 - 1.958): “... es la muerte que por su obra y su vida le esperaba, la muerte que él, niño, no sé cómo ni por qué, se fabricó, la muerte que él estilizó como un romance”. Me ha llamado mucho la atención una información recopilada por Eduardo en el Archivo del Ayuntamiento de Granada (Libro compresivo. Campillo, 1.919. Legajo 2.208) que textualmente, dice así: “Federico García Lorca, hijo de Federico y de Vicenta, natural de Fuente Vaqueros,… fue incluido en el alistamiento del año 1.919, en la sección de recluta 3ª, distrito municipal de Campillo, perteneciente a la Caja de recluta de Motril, habiendo obtenido en el sorteo el número 63. Nació el 5 de Junio de 1.898, de profesión u oficio, estudiante, sí sabe leer y escribir, su religión C.A.R., su estado soltero, estatura 1,702 milímetros, su perímetro torácico 86 centímetros. Sus señas: pelo negro, cejas al pelo, ojos melados, nariz regular, barba poblada, boca regular, color sano, frente regular, aire marcial, producción buena; señas particulares no… Granada, 17 de Marzo de 1.919”. En la hoja de reconocimiento médico, el mozo “alega padecer de las piernas y del pecho”, y en el reconocimiento presenta “síntomas leves de esclerosis espinal”, por todo lo cual, es considerado “inútil total” para el servicio militar. Ana María Dalí y Doménech (1,908 - 1.989), en su libro “Salvador Dalí, visto por su hermana” (Editorial Juventud, 1.953), nos deja sus impresiones personales sobre Federico: “... Fuera de su ambiente, que era recitar, tocar la guitarra o el piano y hablar de cosas que le interesaban, su rostro, duro y preocupado, tenía una expresión inteligente, rebosante de vitalidad, pero no eran muy atractivos ni su figura, poco esbelta y cuadrada, ni sus movimientos, más bien pesados. Sin embargo, apenas se encontraba en su ambiente, adquiría movimiento y todo él parecía de una elegancia perfecta. La boca y los ojos armonizados de modo tan admirable que no se podía permanecer insensible al gran atractivo que se desprendía de su persona. Las palabras fluían, entonces, agudas y penetrantes, y la entonación de su voz, más bien ronca, era de una belleza única. Todo quedaba transformado a su alrededor. Efectivamente, su presencia embellecía cuanto le rodeaba, como el cisne embellece el lago en que, al deslizarse, se refleja” Y Miguel Cerón Rubio (1.874 - 1.970), amigo personal de Federico, nos dice sobre él: “Era moreno, cetrino, campechano, casi campesino algunas veces. De estatura mediana, con aires de gitano intelectual. Con el pecho abombado y las piernas inseguras. Casi siempre estrepitosamente alegre, algunas veces taciturno, siempre con ganas de bromas, que unas veces caían bien y otras no tanto. No demasiado culto, pero de una intuición que dejaba asombrado. El pelo algo revuelto y unos ojos profundos”. Sobre su muerte Federico reside en Madrid en la calle Alcalá, 102. Y el lunes, 13 de Julio de 1.936, en un ferrocarril que viaja de noche, parte hacia Granada. El periódico granadino “El Defensor de Granada”, recoge en la portada del diario, correspondiente al miércoles, 15 de Julio, la noticia: “Se encuentra en Granada, desde ayer, el poeta granadino don Federico García Lorca. El ilustre autor de “Bodas de sangre” se propone pasar una breve temporada con sus familiares”. Y Federico escribe en una carta a Melchor Fernández Almagro: “Estoy en la Huerta de San Vicente, una preciosidad de árboles y agua clara, con Granada enfrente de mi balcón, tendida a lo lejos con una hermosura jamás igualada”. Ha vuelto (tras su indecisión…) a Granada, a la tranquilidad de su casa, al amparo de su familia, por la que siempre se ha sentido mimado y protegido. Hace una vida normal, alternando con sus amigos y visitando los cafés y tertulias granadinas. Su amigo personal, Miguel Cerón Rubio, dice en una entrevista a Eduardo: “En el último viaje de Federico lo ví en la plataforma del “Imperial”. Al verme saltó y me dió un abrazo y me dijo muy contento que don Fernando (de los Ríos) le había proporcionado una beca para ir a Rusia. Al poco, comenzó el Alzamiento. Federico sentía enorme simpatía por Rusia, pero no políticamente, sino por su música y por su literatura. Era en aquel tiempo cuando algunas muchachas salían pidiendo por las calles y las terrazas de los cafés para el Socorro Rojo”. El domingo, 9 de Agosto, intentando esconderse, llega a la Huerta de San Vicente, Alfredo Rodríguez Orgaz (1.907 - 1.994), joven arquitecto madrileño, de ideas políticas radical socialistas, que estuvo en tiempos de la República, entre 1.931 y 1.934, prestando servicios en el Ayuntamiento de Granada. Ante la alarmante presencia, de un grupo armado de voluntarios que se dirige hacia la Huerta, Alfredo le pide a Federico que escape con él, campo a través, hacia Alhama de Granada… pero Federico, no abandona la Huerta… los voluntarios buscan al encargado de la finca, el casero Gabriel Perea Ruiz, que vive allí con su madre (Isabel Ruíz Ibáñez) y sus hermanas (Ana y Carmen), con objeto de conocer el paradero de sus hermanos (Andrés, Antonio y José), acusados de haber dado muerte a José y Daniel Linares, en Asquerosa. Y Federico, recibe también los malos tratos de los voluntarios, que lo empujan, lo tiran al suelo y lo golpean con la culata de los fusiles. Federico, abandona la Huerta de San Vicente, apremiado por la necesidad de una seguridad, que ya no tiene en su casa… y le pide al poeta Luís Rosales Camacho (1.910 - 1.992), al que conoce desde 1.930, que le dé alojamiento en su casa, donde se marcha, con la misma ropa que lleva puesta y una maleta, en un taxi (“Nash”, de 7 plazas, azúl marino, matrícula 1.345 de Sevilla) conducido por Francisco Murillo Gamiz (“El niño de Loja”), a las 11 y pico de una noche de Agosto, posiblemente del día 10… llega a la calle Angulo, número 1. La casa familiar de los Rosales es prácticamente la sede de la Falange en Granada, ya que los hermanos militan en ella, y algunos, con importantes cargos. La familia Rosales Camacho aloja a Federico en el segundo piso, donde vive la tía Luisa (hermana mayor de Esperanza, la madre de Luís), y ocupa el dormitorio que fue antiguo cuarto de solteras de las hermanas, Caridad y Maravillas. Federico pasa el tiempo tocando el piano, leyendo y escribiendo,,, y se integra perfectamente en la familia que le ha dado acogida… Domingo, 16 de Agosto, primeras horas de la tarde. Un “Oakland” matrícula GR 2.185 se detiene cerca del nº 1 de la calle Angulo. Ramón Ruiz Alonso (1.903 - 1.982, ex diputado de la CEDA, Confederación Española de Derechas Autónomas), Juan Luís Trescastro Medina (1.877 - 1.954, terrateniente de Santa Fe y abogado derechista) y Federico Martín Lagos (falangista) van a detener a Federico. Un poco antes, se han acercado al Cuartel de San Jerónimo, para que Miguel Rosales Camacho ( - 1.976) les acompañe. “Sé que tenéis a Federico García Lorca en vuestra casa y tengo orden de detención para llevarlo al Gobierno Civil. No he querido acercarme a tu casa sin avisarte, y, por tanto, acompáñame”. “Federico estaba en el patio, en pijama. Mi madre nos dió un vaso grande de café con leche a Ruíz Alonso y a mí. Trescastro y los otros dos se quedaron en la puerta sin entrar. Trescastro era familiar lejano nuestro… “ (Miguel Rosales). Ramón Ruiz Alonso dice: “Tiene que acompañarme al Gobierno Civil, pero es sólo para que haga unas declaraciones”. Federico se despide de la familia que tan cariñosamente le ha acogido y, junto a Miguel Rosales, se dirige al coche que le lleva al Gobierno Civil. Al llegar allí, Miguel Rosales habla con el teniente coronel de la Guardia Civil, Nicolás Velasco Simarro (que asume la representación del Gobernador Civil, José Valdés Guzmán, en ausencia de éste): “Tengo interés en que a éste hombre, no se le maltrate”. De allí, caída la noche, es trasladado en coche, a La Colonia de Víznar, un viejo molino que funciona como centro de detención y corredor de la muerte para quienes van a ser fusilados, sin juicio ni procedimiento penal. El “modus operandi” para fusilar, comenzaba con una llamada telefónica del Gobierno Civil, a través de la línea 61, donde anunciaban que iban para arriba X trajes o X mantas, para que los arreglasen. Esa era la contraseña. Colofón Un informe (plagado de errores) redactado por la 3ª Brigada Regional de Investigación Social de la Jefatura Superior de Policía de Granada y fechado en 1.965, casi 30 años después del fallecimiento de Federico, detalla su detención y posterior ejecución. El documento lleva por asunto “Antecedentes del poeta Federico García Lorca”. El documento, de dos folios, afirma que Lorca era “un masón perteneciente a la Logia Alhambra, en la que adoptó el nombre simbólico de Homero, desconociéndose el grado que alcanzó en la misma”. Además explica que “estaba tildado de prácticas de homosexualismo, aberración que llegó a ser vox populi, pero lo cierto es que no hay antecedentes de ningún caso concreto”. También fue “conceptuado como socialista” por su vinculación a Fernando de los Ríos y otros “gerifaltes de igual signo político”, intercedieron por él ante el comandante de Intervenciones Militares, que era también Gobernador Civil de Granada. El informe fue publicado el 23 de Abril de 2.015 y éste documento es el primero en el que el régimen de Franco reconoce que Federico fue "pasado por las armas", ya que, antes, sólo figuraba como "desaparecido". Laura García Lorca, sobrina de Federico, dijo tras la publicación : “Desde el punto de vista histórico es importante que exista un documento interno del régimen de Franco reconociendo que fue un crimen político. La difusión de la documentación interna de la dictadura sobre el crimen de Víznar entierra definitivamente versiones “peregrinas” que circularon sobre el fusilamiento como que obedecía a “rencillas familiares” o “pasiones homosexuales”. La policía reconoce lo que ya sabíamos: que fue un crimen político, motivado porque le consideraban, y por ese orden, socialista, amigo de Fernando de los Ríos, masón y homosexual”. El escritor e investigador Gabriel Pozo Felguera (Villamanrique, Ciudad Real, 1.959), autor del libro “Lorca, el último paseo” (2.009), asegura que 3 falangistas y 1 policía de la guardia del comandante Valdés, dejaron escritas, unas coordenadas exactas y un croquis de la ubicación de la fosa de Federico… situada en el extremo occidental del campo de instrucción de la tropa, a escasos metros del olivar y en perpendicular al cortijo de Las Pepinas. Este sitio se ubica en la curva frente al cortijo, entre el campo de fútbol abandonado y el olivar, bajo una capa de escombros de dos metros que fue vertida allí hace ahora quince años. Nota Final En el bulevar de la granadina Avenida de la Constitución, se encuentra, desde el año 2.010, la Estatua de Federico García Lorca, sentado sobre un banco, obra en bronce del escultor cordobés Juan Antonio Corredor Martínez (Bujalance, 1.949 - 2.023), profesor de Dibujo en Enseñanza Media, de Modelado en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Granada y de Escultura en la Facultad de Bellas Artes de Granada, Académico Numerario de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, correspondiente de la de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada... una escultura, a tamaño natural, que me gusta... y, cada vez que, paseando, llego junto a ella... veo a Federico, tan solo..., que, me siento a su lado y le recito su poema a Granada: "Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas. Una vestida de verde, otra de malva, y la otra, un corselete escocés con cintas hasta la cola. Las que van delante, garzas la que va detrás, paloma, abren por las alamedas muselinas misteriosas. ¡Ay, qué oscura está la Alhambra! ¿Adónde irán las manolas mientras sufren en la umbría el surtidor y la rosa? ¿Qué galanes las esperan? ¿Bajo qué mirto reposan? ¿Qué manos roban perfumes a sus dos flores redondas? Nadie va con ellas, nadie; dos garzas y una paloma. Pero en el mundo hay galanes que se tapan con las hojas. La catedral ha dejado bronces que la brisa toma; El Genil duerme a sus bueyes y el Dauro a sus mariposas. La noche viene cargada con sus colinas de sombra; una enseña los zapatos entre volantes de blonda; la mayor abre sus ojos y la menor los entorna. ¿Quién serán aquellas tres de alto pecho y larga cola? ¿Por qué agitan los pañuelos? ¿Adónde irán a estas horas? Granada, calle de Elvira, donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas".
Hoy, jueves, 17 de Agosto, festividad de San Jacinto, trigésimo tercera semana del año 2.023, cumple 82 años, JOSÉ RAMÓN PARDO BUSTILLO (Gijón, Asturias, 1.941), que es, según sus palabras “periodista por encima de todo” y para mí, personalmente, es el mejor cronista musical en España, desde la década de 1.950 hasta nuestros días… “UN MAESTRO” (CON LETRAS MAYÚSCULAS).
Sobre José Ramón, he leído, tomado nota y escrito estas breves “Notas Biográficas” :
Colofón
Para terminar éste pequeño articulito sobre mi admirado JOSÉ RAMÓN PARDO BUSTILLO, quiero compartir, algunas de sus “reflexiones personales”:
“Una de las ventajas de esta profesión, es que conoces de cerca a cantantes y autores a los que siempre has admirado. Soy poco pesado para los artistas. No me gusta ‘pegarme’ a ellos y atosigarles. Pero he tenido muy buenos contactos, e incluso amistad, desde sus comienzos con gente que luego ha sido muy grande. Léase Patxi Andión, Joan Manuel Serrat, Brincos, Julio Iglesias, María Dolores Pradera, Víctor Manuel, Mari Trini. Y en los años en que creé y dirigí Radiolé, con artistas de la copla como el gran Juan Valderrama, Lola Flores o Manolo Escobar. De los internacionales, aunque he conocido a muchos, mis ídolos siguen siendo Elvis Presley, Ray Charles y Buddy Holly”. “Es difícil sobrevivir en estos momentos en el mundo del periodismo musical. Han desaparecido casi todas las publicaciones de papel. Las que sobreviven suelen estar ligadas a otros medios como radios y televisiones y están mediatizadas por los intereses de éstos. Pero siempre queda el mundo digital donde sobreviven algunas muy importantes, como Efe Eme, y luego están los blogs donde se encuentran verdaderas perlas”. Para él, la clave de su éxito profesional se encuentra en la honradez y en la sinceridad. “Nunca me he dejado llevar por otro criterio que mi gusto personal. Tanto cuando he escrito críticas sobre los discos que se iban lanzando o los conciertos que he visto en muchos países, como en mi actividad programando canciones en aquellos años en que he dirigido cadenas musicales de Radio”.
¡¡¡MAESTRO PARDO, FELIZ CUMPLEAÑOS!!!
Hoy, domingo, 13 de Agosto, Festividad de San Hipólito, trigésimo segunda semana de 2.023, se cumplen 197 años (domingo, 1.826), del fallecimiento por tuberculosis, a la edad de 45 años, del médico francés René Laennec, Profesor del Colegio de Francia, miembro de la Academia de Medicina e inventor del estetoscopio. René Laennec (1.781 - 1.826) es reconocido como el padre de la Neumología moderna y muchos historiadores lo consideran como uno de los médicos clínicos más importantes de todos los tiempos. Datos biográficos René Théophile Hyacinthe nace en Quimper, Bretaña (donde se unen los ríos Odet y Steir), el sábado, 17 de Febrero de 1.781. Es el primogénito de su familia y tras él, nacen su hermano Michaud (Michel Bonaventure, 1.782 - 1.810) y su hermana Marie - Anne (1.785 - 1.863). Su padre, Théophile Marie Laennec (1.747 - 1.836), es abogado y escritor de poesías y su madre, Michelle Guesdon, fallece (1.787, también de tuberculosis) cuando René sólo tiene 6 años de edad. Su padre, viudo, con tres hijos y un trabajo que atender, no tiene más remedio que entregarlos a su hermano Michel Jean Laennec (1.750 - / ), un abad, con quien los niños permanecen un año y que les enseña latín y griego. Pasa la adolescencia en Nantes, en casa de su tío, Guillaume Francois Laennec (1.748 - 1.822), médico, humanista, rector de la Universidad y fundador de la Escuela de Medicina de Nantes. René y su hermano Michaud viven con su tío desde el 15 de Mayo de 1.788. Laennec vive la época de la Revolución y Contrarrevolución Francesa, al quedar su casa al frente de la “Place du Bouffay”, donde a diario se realizan las ejecuciones. Junto a su tío, René, se apasiona por la medicina. Se convierte en un gran estudiante, que pronto domina el griego y el latín y habla fluidamente el inglés y el alemán. A los 14 años, ya está en el Hospital local, ayudando a atender pacientes y especialmente a los heridos, que acuden a solicitar ayuda. Esta labor le permite adquirir una magnífica experiencia, tanto que, en 1.799, a los 18 años de edad, es nombrado Cirujano de tercera clase en el Hospital militar de Nantes… evitando el Servicio Militar obligatorio. Después de estudiar en Nantes, a los 19 años de edad, becado, viaja a París, a la “École Spéciale de Santé”, para iniciar los estudios de Medicina, en los que pronto se distingue. Es alumno de Jean Nicolás Corvisart (1.755 - 1.821), médico personal de Napoleón y de Guillaume Dupuytren (1.777 - 1.835), famoso por la descripción de la contractura que lleva su nombre y en cuyo laboratorio de Cirugía Patológica, aprende a correlacionar la clínica con los hallazgos anatómico - patológicos. Obtiene el Gran Premio de Medicina y Cirugía en 1.802 y comienza a ejercer en París. La tuberculosis, constituye entonces un verdadero azote. Laennec, una vez graduado (en 1.804, con 23 años de edad), trabaja en el Hospital Necker de París (donde va a ser nombrado Médico Jefe en 1.816, a los 35 años de edad) enseña Anatomía Patológica y se interesa particularmente por el estudio de ésta enfermedad. Nota: Su tesis de grado, versa sobre la doctrina de Hipócrates relativa a la práctica médica. Según los cronistas de la época, “Laennec era un hombre pequeño y enjuto, de aspecto tan enfermizo como sus pacientes”. Como hombre, fue descrito como “increíblemente polifacético, era buen filólogo, músico, cazador, dibujante, grabador y administrador, además de ser un genio médico y un hombre bueno”. Él sabe, como sus colegas, que la tuberculosis afecta a los pulmones, pero, como ellos, choca con la barrera de que los huesos y los músculos oponen a la auscultación. La historia cuenta que en 1.816, al examinar a una joven enferma, de 16 años, cuya obesidad hace difícil oír los latidos del corazón y recordando un juego de niños que había visto, Laennec enrolla la hoja de papel de un cuaderno en forma de cilindro, aplica uno de los extremos sobre el pecho de la paciente y el otro a su propio oído y puede oír el corazón “de una manera más clara y más distinta de lo que jamás había escuchado mediante la aplicación del oído desnudo”. La auscultación, según la describe Laennec, es un método de examen físico que consiste en escuchar los sonidos que se producen en el interior del organismo, especialmente en el corazón, vasos y aparato respiratorio: “Realizada mediante la aplicación directa del oído en la zona que se quiere explorar o con el estetoscopio es indispensable para establecer muchos diagnósticos”. Laennec repite la experiencia y perfecciona su aparato, que primero denomina, “le cylendre” y, después, “estetoscopio” (del griego stethos = pecho, corazón y skopeu = observar). “No había creído necesario dar un nombre a un instrumento tan simple; otros han juzgado otra cosa, y le he oído designar bajo diferentes nombres, todos impropios y a veces bárbaros, entre otros los de sonómetro, pectoriloco, pectoriloquio, toraciloquio, corneta médica, etc. Pienso que si hubiera que darle un nombre, el más conveniente sería estetoscopio.” (Vol. 1, p. 11 nota “a”). Durante los 3 años siguientes, se dedica a buscar nuevos materiales y formas que darles, para mejorar el instrumento que ha descubierto. Laennec multiplica las observaciones y publica el 15 de Agosto de 1.819, “De l'auscultation médiate ou traité de diagnostic des maladies des poumons et du coeur fondé principalement sur ce nouveau moyen d'exploration" ("De la auscultación mediada o tratado sobre diagnóstico de enfermedades de los pulmones y el corazón basado principalmente a partir de este nuevo medio de exploración", en 2 voluminosos tomos) que modifica el estudio de la tuberculosis y en el que describe el estetoscopio como un cilindro de madera, cedro o ébano, de 3’5 centímetros de diámetro y 25 de largo, perforado por un agujero de 6 milímetros de anchura y con un tapón, en forma de embudo, en uno de sus extremos. Se puede desenroscar, para facilitar su transporte. Nota: Ésta obra de René Laennec, fue traducida en 1.821 al inglés por el médico escocés Sir John Forbes (1.787 - 1.861), quien desde 1.841 hasta su muerte, fue el médico de la reina Victoria del Reino Unido (1.819 - 1.901). Dicha obra, que causa gran sensación en París, describe los sonidos que oye con el estetoscopio, crea nuevos términos como “pectoriloquia”, “egofonía”, “crepitación”, “estertor” y detalla enfermedades no conocidas hasta entonces. En ella pone un especial énfasis en mencionar que “la parte más importante de un arte, es el saber observar adecuadamente”. En 1.822, dicta la cátedra de Medicina en el Colegio de Francia sucediendo a Corvisart. En Octubre de 1.822, Laennec contrata como ama de llaves a una viuda, Madame Argou, devota católica y un par de años mayor que él, pariente lejana y amiga suya que había conocido en 1.805, cuyo nombre de soltera es Jaquette Guichard… Y ya fuera para acallar los rumores, por el surgimiento de una genuina atracción o por ambas causas, René contrae matrimonio con Jaquette el 16 de Diciembre de 1.824. Desafortunadamente, los Laennec no pueden tener hijos. Jaquette queda embarazada en 1.825, pero sufre un aborto espontáneo. En 1.824, se le nombra “Caballero de la Legión de Honor”. En 1.826, el año de su muerte, aparece la segunda edición de su obra con el simple título de “Traité d’auscultation médiate”. En esta edición, Laennec cuenta que se había cortado, por lo menos en 7 ocasiones, al trabajar con cadáveres de tuberculosos e hizo más énfasis en una ocasión, cuando al examinar unas vértebras tuberculosas, la sierra le cortó el dedo índice de la mano izquierda y se inoculó el bacilo; refiere con detalle el desarrolló de la lesión que aparece tras el accidente. Al parecer, el contagio ocurrió en 1.802, año en el que fallece de meningitis tuberculosa, Xavier Marie Francois Bichat (1.771 - 1.802), predecesor de Laennec en la Patología. Relatando su propia condición médica, Laennec escribe: “vigor disminuido a la mitad desde París, visible pérdida de peso, sensaciones más o menos perceptibles de fiebre”. Su enfermedad, paradójicamente, no fue diagnosticada hasta que se encontró en estado avanzado. Laennec es un católico practicante, caritativo, respetado por su bondad y muy querido por sus alumnos y colegas. Se dice inclusive que, ya enfermo de gravedad, trata de no incomodar a los demás. Durante los meses de Junio y Julio de 1.826, René experimenta una mejoría transitoria, que le permite recibir muchos visitantes que desean manifestarle su afecto. Pero en Agosto, su enfermedad empeora… y entra en un estado de delirio. El 13 de Agosto recupera la conciencia y comienza a quitarse los anillos, ante la mirada interrogativa de su preocupada esposa. La explicación que le da a Jaquette son también sus últimas palabras: “Alguien pronto va a tener que hacer esto por mí; deseo ahorrarle la dolorosa tarea”. Un par de horas después, René fallece. Es sepultado en una simple tumba del Cementerio de Ploaré, al pié de la cruz que se erige a la vista de la Bahía de Douarnenez. Hoy, en su lápida se lee: “Aquí reposa René Théophile Hyacinthe LAENNEC, Médico de Su Alteza Real, Madame Duquesa de Berry, Conferencista y Profesor Regio del Collége de France, Profesor de Clínica de la Facultad de París de la Academia Real de Medicina, Caballero de la Legión de Honor. Nacido en Quimper en 1.781. Fallecido en Kerlouarnec el 13 de Agosto de 1.826. Y La Señora Jaquette Guichard, Su esposa, nacida en Brest en 1.779, fallecida en Kerlouarnec el 2 de Agosto de 1.847. Ore por ellos.” Colofón La invención del estetoscopio constituye un notable avance, pero también genera inquietud en la época, por cuanto algunos pacientes consideran que podría tratarse de un método quirúrgico, en tanto que los médicos consideran incómodo su transporte. Se puede decir que Laennec, al inventar un instrumento que se interpone entre el paciente y el médico, inicia los métodos diagnósticos y transforma la práctica de la Medicina. Complementa el método tradicional, de hacer preguntas a los pacientes e interpretar sus respuestas con la interpretación de lo hallado con un instrumento, del cual, puede decirse, el estetoscopio fue el primero.
Una concepción equivocada de Laennec fue pensar que la tuberculosis no era contagiosa y consideraba que la enfermedad era resultado de la vida en las ciudades, a causa de la miseria, y no por contagio o infección. En 1.851, el médico irlandés Arthur Leared (1.822 - 1.879) inventó el estetoscopio binaural, y el estetoscopio, tal y como se conoce hoy, fue perfeccionado para su producción comercial, en 1.852, por el médico neoyorquino George Philip Cammann (1.804 - 1.863). 56 años después del fallecimiento de René Laennec, en 1.882, el médico y microbiólogo alemán Robert Koch (Clausthal, Reino de Hannover, 1.843 - Baden-Baden, Imperio alemán, 1.910), descubre el bacilo tuberculoso.
El Padul (Granada), jueves, 3 de Agosto de 2.023.
Ayer quedé con mi amigo Pepe Melguizo Serrano, en pasarme ésta mañana por su taller (BICIAVENTURA - Plaza Soto, 5 - Dúrcal - En servicio desde 1.995), para charlar un rato… así que hoy, he cogido mi bici de montaña “MARÍN” (“Pine Mountain” - un “clásico” del siglo pasado… ) y me he dado un paseo (atravesando por el “Puente de Lata” el cauce del río Dúrcal) hasta la cercana población durqueña…
Ya en el local de su taller, y metidos en la conversación, me ha comentado que, hace ya años, escribió el relato del único viaje que ha hecho en bicicleta… y eso que su trabajo, desde que lo conozco… es mecánico (de todo tipo de bicicletas… ) y le he pedido que me lo mande… … Al regresar a casa… ya había recibido el fichero con su texto… lo he leído… me ha encantando… y le he pedido permiso para publicarlo en el Blog del Adarve… y, él, muy amablemente, me lo ha dado… Éste es el relato de mi amigo Pepe, que él tituló, cuando lo escribió hace 17 años (en 2.006):
“UN TROCITO DE NUESTRAS VIDAS”
“Este es mi relato particular, sobre un viaje maravilloso que hemos realizado cinco amigos en bicicleta. Unos, ya éramos conocidos de antes… y ya, todos nos podemos considerar como tales.
Los actores principales son (por orden alfabético, “pa” que nadie se mosquee): FERNANDO (chico para todo, “superapañao”) GERMAN ‘ERE’ (guia en funciones) GONZALO ‘EL NIÑO ERÉ’ (showman y unidad móvil de fotografía) GUILLERMO ‘PIPA’ (nómada experto en todo tipo de escapadas) PEPE ‘PEPIQUES’ (mecánico y bocina) Las actrices secundarias son: SUNN TOX CROMOLY STX 21 VELOCIDADES - (MEJORADA) SPECIALIZED ROCKHOPPER ALUMINIO STX 21 VELOCIDADES – (REMIX) TREK 4500 ALUMINIO DEORE 27 VELOCIDADES – (DE SERIE) KONA CROMOLY 24 VELOCIDADES – (MUTANTE) GIANT ALUMINIO 24 VELOCIDADES – (CLÓNICA) DATOS DEL VIAJE
Hemos hecho un total de 315 kilómetros sobre la bicicleta, en los que hemos invertido 18 horas de pedaleo, lo que arroja una velocidad media de crucero de 17,5 kilómetros por hora…”¡cargados hasta la cepa!”.
El viaje ha tenido 4 etapas, que coinciden con los 2 últimos días del mes de Abril y los 2 primeros de Mayo del 2.006, en los que hemos disfrutado de la Primavera en todo su apogeo, con un clima agradable, pero fresco, debido a su inestabilidad. A pesar de haber pasado por la zona con mayor índice de pluviosidad de la Península (Grazalema), sólo nos hemos mojado… gracias a las toallitas higiénicas que llevábamos… a efectos de aseo íntimo y personal. PRIMERA JORNADA: SÁBADO 29 DE ABRIL (RONDA - EL BOSQUE)
Iniciamos el viaje saliendo puntualmente de Dúrcal, a las seis de la mañana, con la compañía de Ignacio que nos llevará en el “PatroNizan” con remolque, hasta la Estación de Renfe en Granada, con la excepción de Gonzalo que se une a la expedición por sus propios medios en su flamante “Trek”, con un sorprendente y liviano equipaje (“éste está acostumbrao a viajar” pienso yo).
Ambiente viajero en la Estación. En dos horas y media, el tren nos sumerge en la provincia de Málaga y nos deja en la localidad de Ronda sobre las diez de la mañana. Recorrido por el centro, para encontrarnos con Dulce (Dulcinea), amiga de Guillermo, compramos víveres y agua en un Super y nos vamos al famoso Tajo de Ronda, a engullir… … Allí nos hartamos de comer y de reír… con la reacción de las confiadas palomas que, siguiendo un engañoso reguero de migajas, saltaron como muelles… al toparse de bruces con la brutal realidad de la bocina de mi bici. Nos dejamos caer por la carretera hacia Puerto Serrano y escuchamos los sones militares del Campamento de la Legión, situado en las inmediaciones de Ronda. Fernando se adelanta para tomarnos unas instantáneas. Tomamos el cruce para la carretera local del Parque de Grazalema, poco antes de coronar Puerto Serrano, y descubrimos una carretera estrecha y sinuosa, franqueada por sorprendentes plantaciones de habas. De pronto, sorprendemos a una yegua agachándose para hacer sus necesidades, y al acabar la faena, y ante la peluda visión de Germán, nos hace señas con los labios. “¡La prima Vera ha llegado para todos!”. Dehesas y alcornocales privados de su corteza, dan una visión de un paisaje verdoso al que no estamos acostumbrados. Estamos en la zona con mayor índice de pluviometría peninsular, no es de extrañar. Hemos podido disfrutar también… de la visión del catálogo de motocicletas BMW, dada la cantidad de moteros que nos han esquivado por la zona, y a las cuáles Guillermo y yo rendimos pleitesía: “algún día tendré una”, “si me compro una moto, será seguro una BMW”, en fin… En las primeras horas de pedaleo, llegamos a la bifurcación Grazalema - Ubrique, paramos bajo un árbol y repostamos un rato. Allí, entre BMW y BMW, soltamos y tragamos agua, frutos secos, galletas… mientras tiene lugar una discusión científica, sobre los principios que rigen el funcionamiento de la bolsa de agua de Germán y su correcta ubicación en el “maremagnum” de alforjas y bultos en la bici. Tras dejar de lado el pueblo de Grazalema, nos dirigimos hacia Ubrique, comenzando una estupenda bajada por el valle poblado de pastos y animales (caballos, vacas, ovejas, cerdos, y los que nos vieron a nosotros y nosotros no vimos). Paramos en Villaluenga del Rosario, bonito paraje con una antigua Iglesia y Ermita en su parte superior, y donde visitamos un bonito paraje rocoso con paso de agua en la base del valle al que conduce una vereda con baranda de madera. Aquí está todo cercado y delimitado, parece que, la tierra aquí es oro. Seguimos bajando, nueva parada en un Mirador apostado sobre una amplia curva que da una buena panorámica de las montañas que circundan esta zona. Nuevo y breve refrigerio, conversaciones y risas, antes de reemprender nuestra marcha para, acto seguido, llegar a un nuevo desvío: Benaocaz. Nuestros estómagos nos dicen que es hora de comer algo de cuchara y tenedor, y subimos al pueblo, que tiene una vistas magníficas que nos permiten ver la continuación de nuestro trayecto. En la bajada hacia la localidad de Ubrique, ya con los estómagos satisfechos, vemos a un lado de la carretera un Simca 1.200, que parece salido de fábrica, con un cartel de ‘se vende’. Paramos en la gasolinera que hay a la salida de Ubrique. Pasamos de entrar en el pueblo y cogemos la carretera nacional que nos conducirá a nuestra última visita de hoy. Una vez en la localidad de El Bosque, encontramos el Albergue Juvenil completo, buscamos inútilmente sitio para acampar en la ribera del río. Muchas cercas y control por parte de las Autoridades. Deambulamos por el pueblo, se comieron chucherías (debilidad de Guillermo), nos sentamos finalmente en la terraza de un bar donde perdí la noción del tiempo, y luego nos mudamos a otra terraza donde atendía un jóven recién evadido de Cuba. Sentí el anonimato del turista cuando comí platos engañosamente abundantes y cuando trajeron la cuenta. Pasé página y nos fuimos a buscar sitio para dormir, ya de noche. Tras volver, incomprensiblemente, al primer lugar donde anteriormente buscamos sitio, fuimos a la deriva por los campos y nos asentamos con la ayuda de las linternas en un campo de hierba alta, al lado de un árbol. Montamos las tiendas, nos dimos una ducha de toallitas higiénicas, hicimos unas llamadas, y nos tumbamos, Fernando y yo en una tienda, Germán, Gonzalo y Guillermo en la otra. Habíamos pedaleado 70 kilómetros, desde las 11:20 hasta aproximadamente las 19:00 horas, visitando Ronda, Grazalema, Villaluenga del Rosario, Benaocaz, Ubrique (no entramos) y El Bosque. SEGUNDA JORNADA: DOMINGO 30 DE ABRIL (EL BOSQUE - CHICLANA)
A pesar de la humedad que empapaba el interior de nuestra tienda, Fernando y yo nos sentimos descansados como marmotas.
Guillemo inaugura una “zona de defecación”, que posteriomente yo visitaré y finalmente también, a regañadientes, Fernando. Germán se buscó la vida y se puso más apartado… cuando, en plena faena, escuchamos el contundente sonido de vehículos que se acercaban: eran unos quads, cuyo paso obstaculizaban Germán y sus atributos en medio del camino: el resultado fue la carcajada general y la imposibilidad de ayudarle en tan embarazosa situación, la cual resolvió él mismo: maniobrando con soltura, reculando con gracia, sin levantarse y sonriendo educadamente a los motoristas. Corrimos un tupido velo y nos pusimos pacíficamente a comer. Desayuno bajo el árbol, que compartimos gentilmente con unas garrapatas vecinas. A punto estuvo de indigestarse Fernando cuando, acercándose un camión del INFOCA, nos indicaron que debíamos abandonar el lugar. Nos los quitamos de encima, y seguimos con nuestros quehaceres matutinos. Después de dejar el campamento abonado… en agradecimiento a la “Madre Natura”, que nos había acogido… partimos hacia Arcos de la Frontera, y a los 2 minutos, paramos para apañar las alforjas de Guillermo. El recorrido es bastante llano y bonito, acompañados de numerosas rapaces. Hasta un total de 8, sobrevolaban nuestras cabezas a un tiempo… se ve, que alguno de nosotros olvidó cambiarse de calzoncillos. Por no hablar de los conejos que continuamente Fernando avista por doquier. Yo no he conseguido ver ni uno. Se ve que el conejo es su especialidad. El dúo artístico Germán y Gonzalo amenizan también hoy la jornada con los cantes de “chirigotas de Cai”. Hay un momento en que vamos paralelos a una carreta tirada por bestias que lleva a unos romeros, seguida por un todoterreno. Guillermo comenta que les desea provecho en el viaje hacia El Rocío, pues puede ser el último año que disfruten de la compañía de Rocío Jurado. Tras una bajada, llegamos a Arcos de la Frontera. Mucha gente pescando a la entrada, en el río. Entramos en una tienda, curiosamente abierta en domingo, cargamos de vituallas y nos vamos a un parque céntrico a comer. Allí, de pronto, Guillermo me pide herramientas y se pone a arreglar la bicicleta de Manuel, un simpático niño de unos 8 años, y de su primo, un poco más mayor. Después de lo cuál, coge la bicicleta y hace una demostración de sus habilidades que deja a los niños con la boca abierta. Gonzalo también se anima y demuestra sus facultades para hacer trial. Tenemos un espectáculo en el parque. Tras preguntar por ‘Nómadas’, nos dicen que está en un Centro Comercial, e iniciamos una “monumental visita monumental” por Arcos de la Frontera: es precioso e increíble este pueblo. Abunda la piedra como materia prima, plazas grandes, pequeñas, calles adoquinadas, calles estrechas y sinuosas, arcos, pasos estrechos, miradores… todo irregular y encantador. El río que pasa por el pueblo se expande hasta convertirse en un gran charco tras su paso bajo el tajo. “Afotos” por un tubo, podríamos pasar por japoneses. Reemprendemos la marcha dirección Chiclana, donde pasaremos la noche. Merendamos en Paterna, pueblo de paso más bien soso, y continuamos nuestro próximo objetivo: Medina Sidonia, ubicado en alto y con antecedentes romanos en su casco urbano, precioso también, desde donde se puede avistar la costa, en días claros. Desde aquella perspectiva, sabemos que solo nos queda descenso hacia Chiclana. Por una carretera peligrosa por su mal estado y falta de arcén, serpenteamos al atardecer en busca de un merecido descanso. Hoy el cuentakilómetros parcial marcará 100 km. justos. Gonzalo, con la mejor intención, engancha un pulpo de goma a mi bici para remolcarme, pues sabe que voy bastante tocado, pero me niego… pues me parece muy peligroso; además me veo capaz de recuperarme… me he visto en peores situaciones. Muchas gracias, Gonzalo, eso se llama ‘espíritu deportivo’. Gonzalo viaja sin usar prácticamente las manos para dirigir la bicicleta, pues las usa para hacer fotos y para ponerse o quitarse ropa en marcha, entra y sale de las cunetas mientras yo contengo la respiración. Cerca ya de Chiclana, vemos venir un ave zancuda de grandes dimensiones que iba a cruzar sobre la carretera un trecho más adelante; nuestro cámara móvil Gonzalo sale disparado a su encuentro, cámara en mano, suelto el manillar de la bici, y siguiendo al pájaro a través del visor de la cámara. Ahí he tocado fondo en mi instinto protector de padre, y me he dicho ¡qué puñeta, él también está volando!. Tras esta dura y larga etapa, podremos descansar sobre camas de verdad en el piso de Mila (prima de Guillermo). Nos relajamos con una ducha sin toallitas (para Guillermo, lo mejor del día), cenamos pasta, salimos a una bodega a tomar un vino dulce, y a dormir, mañana será otro día. Total recorrido: 100 km., salida a las 11:00 y llegada a Chiclana a las 20:30 horas. Nota: Hoy, domingo 28 de Mayo, a casi un mes de nuestro “biciviaje”, reanudo el relato con una perspectiva más lejana y relajada, y quizá con una memoria algo escasa en cuanto a pequeños detalles, pero aún fresca en cuanto a vivencias personales. Mientras escribo, Germán y Guillermo, deambulan por tierras griegas de nuevo sobre sus cabalgaduras, cuales personajes mitológicos guiados por su destino errante. TERCERA JORNADA: LUNES 1 DE MAYO (CHICLANA - TARIFA)
Ésta fue para mi, la jornada más divertida del viaje, a la vez que la más dura… por el viento constante y la distancia que cubrimos.
Comenzando por el recorrido matutino paralelo a la costa por Sancti Petri con su ambiente deportivo y su “mercaíllo”; un ciclista nos acompañó un trecho y nos indicó el camino para subir al Faro de Conil, donde pudimos admirar lo último en material de cicloturismo y alforjas de viaje. El simpático almuerzo en el bar “El Granaíno”, en el pueblo de Conil de la Frontera, con tapas incluidas y el saludo del dueño, paisano nuestro. Debería incluirse en la Guia del Trotamundos. Después continuamos dirección Caños de Meca, localidad singular por su ambiente “hippy”, que pudimos experimentar en la zona del Faro de Trafalgar, justo antes de Caños de Meca, al cuál ascendimos con una buena sesión de fotos. Antes de llegar al Faro, nos cruzamos con dos simpáticas rubitas holandesas o alemanas que pedaleaban en sentido contrario al nuestro, y que respondieron con efusivos saludos a los nuestros. Se notaba que tenían experiencia sobre la bici, pues soltaron efusivamente el manillar para corresponder a los saludos emprendidos por Germán. Rondaban los ochenta tacos cada una. Mientras Germán y Gonzalo después se bañaban como chiquillos en la playa bajo el faro, nosotros continuamos hasta el pueblo, para esperarlos sentados en una terraza reponiendo líquidos. Hacía calor. Entre Caños de Meca y Barbate, atravesamos unos enormes pinares de tres pares de cojones (por el desnivel), que constituían un curioso Parque Natural Mediterráneo, a pie de costa. Precioso. Luego rodamos por pintorescas carreteras secundarias, vigiladas por miles de enormes, gigantescos, molinos generadores de energía eléctrica, que me transportaron a una Castilla - La Mancha, un poco menos llana que de costumbre. Luchamos contra el viento y contra nosotros mismos, en un largo recorrido que nos haría aterrizar, ya puesto el sol, en la ‘mullida y confortable’ localidad de Tarifa, tras habernos beneficiado de la marcha de una excavadora tras la cual nos parapetamos contra el viento durante unos kilómetros, lo que se convirtió en una fiesta… al son de la música que salía de la cabina y del ‘calorcito’ que desprendía el motor (ya hacía fresco); se convirtió en una auténtica jauría cuando el maquinista se desvió de nuestra ruta y fue despedido entre gritos y ovaciones. Adiós amigo maquinista, nunca te olvidaremos. Como seguramente tampoco nos olvidará una chica que hacía autostop, al borde de la carretera, y a la que todos ofrecimos nuestros servicios de “transporte gratuito” al pasar. No entiendo por qué sonreía… si no tenía intención alguna, de subirse a nuestras alforjas. Ya en Tarifa, buscamos alojamiento comparando locales y precios: al final elegimos sitio barato con cucarachas. Nos acompañarían incluso en nuestros sueños (por la mañana, Fernando se levanta del colchón sobresaltado creyendo que había compartido lecho con una de ellas al notar un objeto oscuro debajo de él: era una de las pasas que habían volado por la habitación cuando apagamos las luces, de lo cuál yo no me enteré, pues me pilló en fase ROQUE). Habíamos salido de Chiclana a las 11.30 y llegábamos a nuestro destino sobre las 21.30, ya de noche. El resultado de la etapa fueron 120 kilómetros (no está nada mal, teniendo en cuenta que: viajábamos de culo, cuesta abajo, sin frenos y con el viento a favor). CUARTA JORNADA: MARTES 2 MAYO (TARIFA - ALGECIRAS - GRANADA)
La conclusión del viaje fue el martes 2, laborable. Pedalada hasta Algeciras para coger el tren con destino a Granada.
Desayuno casero en la habitación de la pensión, y puesta en marcha a las 9.00. No podemos perder tiempo si queremos coger a tiempo el tren que sale a las doce. Nos esperan cinco horas de tren, que aprovecharemos para descansar… … No sabíamos lo necesario que sería ese descanso, después de atravesar el parque eólico de Tarifa, situado en plena montaña y azotado por fuertes vientos marítimos. Yo pedaleaba, estimulado por el deseo de hacer un desayuno más serio en cualquier restaurante, pero ese momento no llegaría hasta después de adquirir los billetes en la estación de RENFE en Algeciras, a 25 km de nuestro punto de partida. Mientras los demás entraron en un SuperSol para comprar comida para el camino y Guillermo esperaba a la puerta vigilando las bicis, me introduje en la cafetería de enfrente a tomar un desayuno: local lleno de moros, que desde fuera no lo parecían, y que observaban a la camarera. Cuando los demás salen de hacer la compra, me entero que ya no quedaba dinero del bote común y cada uno había comprado por su cuenta. Menos mal que me esperaron a que comprara algo apresuradamente. Mortadela con aceitunas, pan, agua y galletas. ¡gracias, Señor!. Ya en la Estación, el tren sale puntualmente; vuelta al vagón habilitado para bicicletas, que esta vez compartimos con un jóven con aspecto de venir de un Congreso, por su ropa elegante. Llamadas por teléfono para confirmar nuestro regreso. Después del refrigerio… van cayendo como moscas, incluido el vecino del traje, que ya ha aligerado ropa. Hace calorcillo en el compartimento. Fernando me ayuda a hacer un pequeño balance del viaje y me ayuda a anotar datos que me serán necesarios para luego escribir estas ‘crónicas marranas’. Damos alguna cabezada, contemplamos el paisaje, árido en comparación con el que hemos disfrutado estos días, y finalmente llegamos a nuestra querida Granada. Fernando tiene una nueva sobrina de su hermano Ignacio y Mariché, por lo que nos pasaremos por el Hospital Clínico para hacerles una “visita relámpago”, antes de coger el autobús para Dúrcal. Lo cogemos por los pelos, Guillermo y yo en el Salón, Germán y Fernando en la última parada. De nuevo juntos, tras una precipitada cabalgada por el casco granadino para coger a tiempo el autobús de las seis. A Guillermo incluso le dio tiempo de besar a su novia que nos esperaba en un semáforo. En Dúrcal nos despedimos, con un
¿¡¡Hogar, dulce Hogar!!?
CONCLUSIONES:
Éste ha sido un auténtico viaje, en todos los sentidos. Hemos disfrutado de la visión de hermosos paisajes verdes cuajados de flores, de los olores característicos del campo en Primavera, del frescor y el zumbido del viento en nuestros oídos al bajar los valles, del especial sabor de los alimentos después del esfuerzo continuado del pedaleo, y en fin, de un montón de sensaciones agradables y primitivas que me ha recordado el niño que fuí y que jugaba en un mundo sin preocupaciones. La libertad de formar parte de un grupo de amigos que van en busca de aventura.
He vuelto a sentir el instinto de supervivencia empujándome a buscar un lugar seguro para pasar la noche, he vuelto a apreciar la calidad de la luz solar y sus matices a lo largo del día, y nuestros estómagos han dictado el momento más propicio para comer. “¡Aprobeye, muyayos!”. Y ha sido también un viaje interior, un viaje hacia nuestra capacidad de comprender y comunicar las necesidades de los demás compañeros de viaje; un viaje hacia el descubrimiento de distintas formas de ser, enriqueciéndonos mutuamente y siendo capaces de llegar a acuerdos que nos permitiesen disfrutar de cada momento. Así, hemos gozado con la juventud, la simpatía, la vitalidad y la energía desbordante de Gonzalo (“Yosimiro Hagofoto”), que nos ha tenido en vilo todo el viaje con sus equilibrios sobre la bici mientras hacía fotos en todas las posiciones posibles; con la experiencia y capacidad de liderazgo de Germán, que conducía el grupo en los momentos de duda y desasosiego; la fortaleza física y mental de Guillermo también nos ha ayudado a los más débiles a continuar pedaleando con solo contemplar su tranquila silueta sobre la bici, así como su espíritu rompedor y su capacidad para divertirse y divertir a los demás; Fernando ha sido una pieza nueva en este puzzle que ha sabido encajar y colaborar renunciando para ello a sus previsiones y objetivos personales, demostrando así ser capaz de someter su espíritu luchador y combativo a favor del bien común; y por último, de Pepe sólo puedo decir que, como un mal necesario, se le ha aguantado como se ha podido y se han sobrellevado sus pequeñas manías perfeccionistas (“deberías de llevar los cuernos un poco más arriba”, “todo el mundo a engrasar la cadena”, “para un poco, ¿por qué llevas el equipaje torcido?”, “me duele escuchar cómo suena tu cambio”, “míralo, ha estado a punto de caer por un barranco por enderezar la bocina en marcha”…, por no hablar de las manías para organizar el contenido de las alforjas “cada cosa en su sitio”, “la ropa sucia aparte, en bolsas”, o la mala gestión del agua : “¿te queda agua en el bidón?, es que se me ha gastado”, luego te la devuelvo cuando lleguemos, ja,ja,ja…) Gracias a la firme decisión tomada por Germán y Pepe la mañana de un sábado, en cuestión de minutos, esta excursión se ha hecho realidad, y gracias a la chirigota de nuestro amigo gaditano Gonzalo, compartida en todo momento por Germán, ha habido cante para todas las ocasiones: “¡cariño…!” Os agradezco a todos, compañeros de viaje, vuestra paciencia en general, y conmigo en particular, aguantando a veces algunos toques de bocina de más (me sentía como un niño con una espada de madera en las manos ante aquel artefacto lleno de posibilidades comunicativas (“esto es acohonante, ¡mirad eso!, aparta que voy, cuidao que viene un iho puta echando mierda”, etc…”)
¡Gracias por esta experiencia irrepetible!
“Solo con mi bici” (Fiesta Pitufa) Voy correteando por las calles, estoy muy contento, pues la acabo de estrenar. Es azul y sé que mola mucho, me siento el mejor, todo un campeón. Ay, qué bien, pasearé, y no lo hago tan mal, ¡mira qué bien gira! Solo con mi bici, voy pedaleando, y a mi alrededor pasan los coches, gastando gasolina. Solo con mi bici, llego a todas partes, solo con mi bicicleta, ¡yo llegaré a la Luna! Solo… pedaleo Solo… giro luego Solo… por aquella cuesta abajo ¡yo llegaré a la Luna! Sigo paseando por las calles, si me despeina el viento, disfruto mogollón. Los pitufos en fila me siguen, todos en sus bicis ¡molan un montón! No es igual, lo paso guay, y no lo hacemos mal ¡mira cómo gira! Solo con mi bici…” El Padul (Granada), jueves, 10 de Agosto de 2.023. He retomado, para finalizarlo, un articulito que comencé a escribir hace más de 12 años (en Noviembre de 2.010) y que titulé “COMERCIO EN LA FRONTERA CASTELLANO NAZARÍ - LOS ALMAYARES”. Prólogo El escritor, humanista y economista, José Luís Sampedro Sáez (1.917 - 2.013), lee el 2 de Junio de 1.991, en su discurso de entrada en la Real Academia Española, titulado “Desde la Frontera”: “... mi dios siempre ha sido Jano, el de un rostro a cada lado, el dios de las puertas y las arcadas, invocado en la antigua Roma antes que ningún otro numen, como supremo iniciador. Mis fronteras son todas trascendibles, como lo es la membrana de la célula, sin cuya permeabilidad no sería posible la vida, que es dar y recibir, intercambio, cruce de barreras. Y más aún que trascendible la frontera es provocadora, alzándose como un reto, amorosa invitación a ser franqueada, a ser poseída, a entregarse para darnos con su vencimiento nuestra superación; ese es el encanto profundo del vivir fronterizo. Encanto compuesto de ambivalencia, de ambigüedad —no son lo mismo—, de interpenetración, de vivir a la vez aquí y allá sin borrar diferencias. Más allá nos tienta lo otro, lo que no tenemos: nos lo canta y nos lo promete la frontera”. Sobre el término Frontera Para el Derecho Internacional Público, la frontera es la línea que marca el límite exterior del territorio de un Estado, entendido como el espacio terrestre, marítimo y aéreo sobre el que ejerce su soberanía… por lo que se habla de fronteras terrestres, marítimas y aéreas… en función de la naturaleza física del espacio delimitado. El término frontera o fronterizo, sugieren un límite o un más allá. Todo puede entenderse, bajo el prisma de su primera concepción: un foso insalvable, hermético y rígido, que impide el paso; o bien, un umbral que representa contacto, puerta o filtración. Pero, nada más lejos del inmovilismo, que el desarrollo natural de las relaciones humanas. La Frontera Castellano Nazarí Durante los siglos XIII, XIV y XV, desde los primeros años del reinado de Alfonso X el Sabio (1.252 - 1.284) hasta la conquista de la ciudad de Granada en 1.492 por los Reyes Católicos, éstas tierras del Sur de la Península Ibérica, son el escenario singular y extraordinario de una Frontera. Dos civilizaciones diferentes, dos modelos de Estado, de Cultura, de Religión, de vida cotidiana y mentalidades, se asomaron y contemplaron por aquella ventana, siempre abierta, que fue la Frontera Castellano - Nazarí. La pervivencia del Reino de Granada se debe, en buena parte, a su carácter de Estado Vasallo, sometido al Rey de Castilla. Vasallaje que tiene su origen en el Pacto de Jaén de 1.246, firmado por el Rey Fernando III y Al-Ahmar, primer monarca nazarí de Granada. Pacto que es renovado por los monarcas que les sucedieron. El límite entre ambos reinos se extendía desde el Océano Atlántico, en el Sudoeste, hasta el Mar Mediterráneo, en el Nordeste, a lo largo de unos 648 kilómetros. Iniciándose en el Océano Atlántico, en los límites municipales del término de Algeciras; a partir del río Guadalmesí (wadi l-nisa), desde donde se remontaba por los actuales municipios de Los Barrios, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera, límite Oeste del de Cortes de la Frontera, bordeando el macizo de Grazalema hasta penetrar por el Reino de Sevilla. A través de las cordilleras subbéticas penetraba en el antiguo Reino de Córdoba, por Benamejí, río Anzur, castillo de Zambra y Carcabuey, y se internaba en el Santo Reino de Jaén por Alcaudete, Los Villares, Cambil y Alhabar, Torres, Albanchez, Bedmar, Belmez de la Moraleda y Solera. Hacia el Norte, entraba en contacto con el Adelantamiento de Cazorla, hasta Quesada y el puerto de Tiscar, a través del cual, penetraba en la provincia de Granada. Por el río Castril y Guardal, continuaba hacia Huéscar y, a través de la vertiente meridional de las Sierras de María, por el término de Vélez Blanco, entrando en el Reino de Murcia, bordeando la Sierra del Gigante hasta Tibieza y el castillo de Xiquena, y de aquí a la costa del Mar Mediterráneo, por el municipio de Águilas. La Frontera no es una línea, sino una franja o espacio amplio adyacente, situado a uno y otro lado y directamente relacionada con la actividad y la vida en la Frontera. Y, en muchos tramos de ella, hay una tierra de nadie indeterminada. La paz, entre limítrofes, necesita buenas relaciones… que llevan pareja, una permeabilidad humana en ambos sentidos. Los protagonistas de éste singular escenario de Frontera son nobles, caballeros, alfaqueques, oficiales y funcionarios varios, comerciantes, buhoneros y contrabandistas, ganaderos, “homicianos”, cautivos, renegados y aventureros, ladrones y almogávares, hombres casi siempre anónimos para la Historia, seres que, desde su quehacer diario, en las villas y ciudades de ambos lados, forjaron los rasgos más identificativos que han caracterizado a estas tierras del Sur de Europa hasta el presente. Existieron dos niveles de relaciones: las Particulares (concretas, individuales y localizadas) y las de Política Exterior (entre ambas Naciones y sus respectivos hombres de Estado). En la Frontera se dio una fuerte conciencia de vecindad, siendo normales y habituales las relaciones vecinales de coexistencia y tolerancia. Posiblemente, la necesidad, obligara a ello. El Comercio en la Frontera fue constante y floreciente, y los contactos y la convivencia, estaban reglados por la Costumbre y los Acuerdos pactados (“Tratados de tregua”, “Ordenamiento de Sacas”, “Cartas de Seguro”). El pulso de la actividad comercial lo facilitan los datos numéricos del cobro de la “Renta del diezmo y medio diezmo de lo morisco”. Abundaron los mercaderes, merchantes y almayares cristianos, judíos y musulmanes, de ambas partes, y los ejeas (entregados al comercio de semovientes ó como intermediarios de múltiples actividades de intercambio). También estuvieron presentes en la Frontera comerciantes genoveses y catalanes. Los puertos secos, cúspides y confluencias de vertientes opuestas, desempeñaron múltiples funciones: paso obligado de caminantes, control del comercio, lugar de negociación de paces ó de convergencia de tropas. Granada, es deficitaria en cereal, aceite de oliva y ganado vacuno, ovino y caprino; mientras que produce frutos secos, azúcar, artículos textiles de seda, sardinas y otros pescados. El fomento del comercio de frontera, propiciado por los Señores de la Frontera, tiene un afán principalmente recaudatorio. Los ingresos percibidos por los diezmos aduaneros son bastante elevados (percibían más, por los diezmos aduaneros, que por las rentas de las que eran propietarios). En el Reino de Sevilla, de Córdoba, de Jaén y de Murcia, el arzobispado de Sevilla, el obispado de Córdoba, el obispado de Jaén y el obispado de Cartagena, perciben las alcabalas, almonaymas, tercias, servicio y montazgo, almojarifazgo, diezmo y medio diezmo de lo morisco, diezmos y aduanas y la cuenta de mercaderes. En la extensa “tierra de nadie”, despoblada, que separa castellanos y nazaríes, los contactos directos sólo están permitidos a alfaqueques, mensajeros y almayares. Los Almayares El almayar o almayal es un mercader, recogido en diversas treguas como los únicos autorizados a comerciar a ambos lados de la frontera. Se le relacionaba con el transporte y la comercialización de mercancías, funciones que se deducen de su etimología, pues el contenido básico de éste vocablo es el de transportar, por eso los arabistas al traducir la voz “al-mayyar”, dan los equivalentes castellanos de “harriero”, “recuero”, “trajinero” ó vinatero que trata vino. El término “harriero”, proviene de la voz “hárre” (del árabe “harri” = anda ligero). El término “recuero” es derivado de la palabra “recua”, del árabe “recuba” = montura, cabalgadura. El término “trajinero”, procede de “trajín”, y éste del árabe “tarhim” = tener servido de … proveer constantemente… COLOFÓN A finales del siglo XV y principios del XVI, la Frontera del Islam peninsular era ya sólo un vago recuerdo, fundamentado en la toponimia de algunos de sus viejos enclaves fortificados, desprovistos de su función militar, cargados de añoranzas y leyendas heróicas de la caballería en los viejos romances fronterizos.
Nostalgias de un tiempo de frontera, de unas formas de vida, definitivamente clausuradas en 1.492, tras la toma de Granada, que se traducen casi un siglo después en un texto de fray Alonso de Cabrera, predicador y confesor del rey Felipe II: “Nuestros abuelos, señores, se lamentaban de que Granada se hubiese ganado a los moros, porque ese día se mancaron los caballos y se enmudecieron las corazas y lanzas, y se pudrieron las adargas, y se acabó la caballería tan señalada de Andalucía y mancó la juventud y sus gentilezas tan valerosas y conocidas”. Tal día como hoy, domingo, 6 de Agosto, Festividad de la Transfiguración del Señor, trigésimo primera semana del 2.023, hace 97 años (viernes, 1.926), los hermanos Warner presentan a un público de invitados, en el “Warners Theatre” de Nueva York, el primer film sonoro: un programa completo, compuesto por un discurso de William H. Hays, una pieza interpretada por la “New York Philarmonic Orchestra”, una pieza de violín tocada por Mischa Elman, una audición de la cantante Anna Case y la película “Don Juan”, dirigida por Alan Crosland y protagonizada por John Barrymore y Mary Astor, a la que se ha añadido una partitura interpretada por la misma Orquesta. La “Warner Bros” se funda en 1.923, por los hijos de un zapatero remendón nacido en Polonia. Los hermanos Warner, Harry (1.881 - 1.958), Albert (1.884 - 1.967), Sam (1.887 - 1.927) y Jack (1.892 - 1.978), son los primeros en apoyar las películas sonoras. En 1.903, Harry, se inicia en el negocio del cine, abriendo una pequeña sala de proyección para exhibir las películas en los pueblos mineros de Pensilvania y Ohio. Sus hermanos pronto se le unen en este negocio y abren su primera sala llamada “The Cascade”, en New Castle, Pensilvania. En 1.904, fundan la “Warners Pittsburgh” para la distribución de películas. En 1.918, los hermanos Warner, empiezan con la producción de películas, fundando su propio Estudio en Sunset Boulevard - Hollywood. Sam y Jack producen las películas, mientras que Harry y Albert gestionan las finanzas y la distribución en Nueva York. El cine sonoro plantea el problema de la insonorización de los platós. El primer plató para sonido de la Warner (en los antiguos Estudios Vitaphone de Nueva York) es una especie de gigantesca caja, de unos 14 metros cuadrados y 8,5 metros de altura, con gruesas cortinas colgando por todos lados, para intentar ahogar los sonidos no deseados. El éxito de “Don Juan”, anima a la Warner a continuar con su sistema “Vitaphone” (de grabación en disco) y a producir a continuación, las películas, “El cantor de jazz” (“The Jazz Singer”) estrenada el 6 de Octubre de 1.927) y luego, su continuación, “Singing Fool” (1.928), que consagra el sistema, situándose entre las más taquilleras de su época y haciendo que sus canciones batan récords de ventas discográficas… lo que provoca una carrera entre las otras grandes productoras de Hollywood. La Fox, en cooperación con la poderosa “American Telephone and Telegraph”, desarrolla su propio sistema y la RCA funda la productora RKO para, con la alianza de un estudio cinematográfico propiedad de Joseph Kennedy, explotar su sistema de sonido. El sistema “Vitaphone”, tiene problemas de sincronización durante la proyección y es sustituido en 1.931 por el de grabación sobre la propia película. En muy poco tiempo, se trata de reciclar las películas ya rodadas, incluyéndoles sonido, para atender la nueva e imparable demanda. Las consecuencias del rápido proceso se manifiestan en aspectos como: la readaptación de las salas para dotarlas de los nuevos equipos; el despido masivo de los músicos que, en directo, ambientaban el visionado de las películas mudas; la necesidad de rodar (casi íntegramente) en Estudio, para evitar problemas de sonido; la incorporación de guionistas y actores que sepan trabajar con el diálogo; el cambio de ritmo narrativo (al ser innecesarios los carteles que interrumpen la acción para insertar palabras); o la relativa pérdida del valor de la pura imagen, que se ha perfeccionado con el sonido. Antecedentes En las primeras filmaciones cortas, aparecen actores y actrices bailando… el espectador no oye la música, pero puede observar sus movimientos. Por otra parte, desde los inicios del cine, sólo en raras ocasiones se exhiben películas en silencio. Los hermanos Lumiére, en 1.897, contratan un cuarteto de saxofones para que acompañe a sus sesiones de cinematógrafo en su local de París y hay compositores, como Camille Saint-Saëns que componen partituras para acompañar la proyección de una película. Músicos y compositores tienen en el negocio del cine mudo una fuente de ingresos. No sólo la música, también los ruidos y otros sonidos tienen cabida en el cine mudo, por lo que algunos exhibidores disponen en las salas de cine de máquinas especiales para producirlos…, Todos los instrumentos son válidos para hacer música en las salas de cine, pero el piano (y la pianola) son los más habituales.. En 1.893, el físico francés Georges Démenÿ inventa lo que se llama “fotografía parlante”. Charles Pathé, uno de los pioneros del cine, combina fonógrafo y cinematógrafo, llegando a fabricar unas 1.900 películas cantadas. Y también en la misma época, Léon Gaumont desarrolla un sistema de sonorización de films parecido, que presenta en la Exposición Universal de París de 1.900. Otros inventos posteriores, el de Eugène Lauste y el de Oscar Messter y Ernst Ruhmer, en la segunda década del siglo XX, son importantes como primeros experimentos, pero no llegan a buen término, a causa de la mala calidad del sonido resultante o problemas con la sincronización. Así, en 1.918, es patentado el sistema sonoro llamado "Tri-Ergon", que permitía la grabación directa en el celuloide. Pero no es hasta el año 1.922 que los alemanes Josef Engel (1.893 - 1.942), Hans Vogt (1.890 - 1.979) y Joseph Massole (1.889 - 1.957) presentan el primer film, "Der branstifer". El sistema que usan, va a dar lugar al llamado “Movietone”, que va a ser utilizado por la Fox antes de la estandarización y al llamado “Tobis Klangfilm”. En 1.923, el ingeniero norteamericano Lee de Forest presenta su invento, el "Phonofilm”, pero, falto de medios, no lo ha podido desarrollar y las cortas películas sonoras que ha presentado en el número 363 Fulton Street (“Tivoli Theater”) de Nueva York, no han tenido ningún éxito… pero va a establecer las bases del sistema que finalmente se va a imponer... que resuelve los problemas de sincronización y amplificación del sonido, porque lo graba encima de la misma película. A pesar del éxito logrado con la proyección de una secuencia de “The Covered Wagon” la falta de financiación posterga la implantación del invento hasta el año 1.925. Los empresarios que dominan el sector no creen en él en aquel momento, porque la adopción del sonoro implica una fuerte inversión, ya que hay que adaptar los estudios y todas las salas de proyección. En 1.925, la compañía Western Electric decide apostar por Lee de Forest y, en el año 1.926, se inicia la producción bajo la tutela de la Warner Brothers que, con esta apuesta, pretende superar una mala situación económica. Y así, ese año presentan 5 películas en que la imagen convive con el sonido, gracias al sistema “Vitaphone” de sincronización disco - imagen. En 1.926, el cine, todavía es mudo. Cierto es que desde hace algunos años, en Francia, Alemania y Suecia los ingenieros tratan de darle la palabra, intentando conseguir un sincronismo perfecto entre el desarrollo de la película y la grabación de un disco del diálogo, pero los fracasos se suceden, uno tras otro. Por eso, los productores han sacado la conclusión, un poco precipitadamente, de que el público está satisfecho con el cine mudo. La “Western Electric” reemprende los trabajos del doctor Lee de Forest y propone un nuevo aparato a los productores, pero éstos lo rechazan. Sam Warner, gracias a un ingeniero que instala una emisora de radio en sus Estudios de Hollywood… tiene noticias de la patente de la “Western Electric”. Un buen día, desembarca en Nueva York, se hace enseñar las pruebas y, sin dudar un segundo, firma un acuerdo de cooperación en la “Western”. La noticia desata la hilaridad en los medios del cine, donde se habla abiertamente de “la locura de los Warner” y de su próxima bancarrota… con el sistema llamado “Vitaphone”, de grabación de sonido sincronizado para cines. Colofón El sonido es un problema en los primeros tiempos del cine sonoro. Una amenaza mayor para la libertad de la imagen consiste en la necesidad de que el actor hable cerca de los micrófonos. Los equipos de sonido de la época exigen que la persona que habla se dirija al micrófono y a corta distancia. Los micrófonos se esconden en los floreros, tras las cortinas o en la peluca de los actores. En muchas películas de aquellos tiempos se puede apreciar el envaramiento de los actores y su cercanía extraña, hablando con los objetos más diversos. El conocido “León de la Metro”, tiene que ponerse también delante del micrófono. Hacia 1.928 se han superado la mayoría de los problemas técnicos con los que se inició el cine sonoro, se inventa la “jirafa”, el micrófono que se coloca en lo alto de la escena y se evitan así las cámaras insonorizadas, pesadas y aparatosas, que impeden la movilidad en las escenas. Hacia 1.930 el sonoro es un hecho, y el cine mudo ha sido definitivamente vencido. La llegada del cine sonoro supuso un duro golpe para Charles Chaplin quien, en principio, se negó a aceptarlo, negándole validez artística. Evitó hablar en dos películas ya sonoras: “Luces de la ciudad” (1.931) y “Tiempos modernos” (1.936), que no eran en realidad sino películas mudas con músicas y efectos ingeniosamente sincronizados. Todo hacía pensar que Chaplin, el gran mimo, sería una más de aquellas estrellas que no supieron adaptarse a la llegada del cine sonoro. Chaplin no habló en la pantalla hasta “El gran dictador” (1.940), pero cuando lo hizo, volvió a tener los éxitos de siempre. |
AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Mayo 2024
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