El Padul (Granada), domingo, 15 de Septiembre de 2.019. “Dale limosna mujer…” es el primer verso (de arte menor), de un escueto, breve y bello poema…, que ya forma parte de “nuestra Cultura”... y que, hoy en día, se nos ha hecho tan cotidiano y habitual… que lo podemos ver escrito en todo tipo de artículos de los comercios de artesanía granadina (“Recuerdo de Granada”...), y hasta en los sobrecitos de los azucarillos de cualquier cafetería… y que, nuestros visitantes foráneos, han propagado por los rincones más alejados del Planeta… haciendo nuestra ciudad, mundialmente conocida… Ya el escritor, historiador y crítico literario Federico Carlos Sáinz de Robles Correa (1.898 - 1.983) decía: “No creo que jamás se haya hecho un elogio más impresionante de la ciudad de Boabdil. Un elogio de los que erizan el vello o ponen carne de gallina…”. ¿ Pero a quién le debemos esta preciosa “invención poética” ?. Para saberlo… y si nos apetece dar un grato paseo… hemos de subir hasta la Alhambra de Granada… y allí, adosada al muro exterior de la Torre de la Pólvora, en el extremo Oeste del Jardín de los Adarves, al Sur de la Alcazaba, encontraremos una placa de piedra con el texto completo del poema (técnicamente, una estrofa redondilla)… y su autor.: F. A. de Icaza es Francisco de Asís de Icaza y Beña (Ciudad de México, 2 de febrero de 1.863 - Madrid, 28 de mayo de 1.925), poeta, historiador y crítico literario mexicano, que vivió en México los primeros 23 años de su vida y en Europa lo demás. Para ver/leer sobre su vida y obra, pulsar aquí>>> Yo sólo voy a esbozar unas cortas notas biográficas: Icaza era autodidacta y con sólo 5 añitos, publicó sus primeros poemas en el periódico “Los Chiquitines”. De joven, se dedicó a la carrera diplomática. En 1.886 fue enviado a España como segundo secretario de la legación mexicana y ascendió a primer secretario en 1.895. Salvo breves y contados retornos a México y ocho años en Alemania (1.904 - 1.912), su vida la pasó en Madrid. Tuvo una buena amistad con el poeta nicaragüense, Rubén Darío (1.867 - 1.916) quien dijo de Icaza que quizás “es el poeta que América le prestó a España”. Fue miembro de varias Academias y Presidente de la sección de literatura del Ateneo de Madrid. Colaboró en “El Imparcial”, “El Sol”, “La Esfera”, “El Atene” y el Boletín de la Real Academia en España; en México en “Revista Azul”, “El Mundo Ilustrado” y “El Universal”. En 1.895, durante el suntuoso baile organizado en casa de la marquesa de Squilache: "una bella cubana se destacaba en primer término entre aquel conjunto de hermosuras (...) la señorita Beatriz de León atraía todas las miradas, no llevaba ni una flor, ni una joya, pero su espléndida belleza, de líneas clásicas, se destacaba de entre la seda y las gasas azules de su traje, como se destacan las figuras de los ángeles, entre fondos de nubes que circundan las concepciones de Murillo". El 21 de noviembre de aquel mismo año, Beatriz se casó con el diplomático Francisco de Icaza, secretario de la embajada de Méjico en España. Él tenía 32 y ella 17. Beatriz de León y Loynaz (1.878 - 1.971), “una mujer muy rica y muy guapa, que dicen que fue el amor de Alfonso XII”, había nacido en La Habana y era hija y nieta de una estirpe de oficiales de Caballería, maestrantes de Granada, y sobrina de la marquesa de Squilache, fundadora de la fábrica azucarera del Pilar de Motril. El matrimonio tuvo cinco hijos, Carmen, Ana María, Francisco, Sonsoles y Mari Luz. Ahora, regresemos junto a la placa en los jardines de los Adarves de la Alhambra... El jueves, 27 de junio de 1.957, durante la celebración en Granada, de las Fiestas del “Santísimo Corpus Christi” y del "VI Festival de Música y Danza", el director general de Bellas Artes, Antonio Gallego Burín (1.895 - 1.961), homenajeó a Francisco de Icaza con la colocación de esta placa con su famoso verso. En dicho acto, intervino, como ”invitada principal”, su hija Carmen (María Carmen de Icaza y de León, 1.899 - 1.979), escritora y periodista. Carmen, recordó emocionada, que para su padre (desde adolescente), el nombre de Granada tenía una “fabulosa resonancia de cuento y prodigio”... y que era como un “paraje mágico, un lugar de ensueño que un día iría a conocer”... Lo hizo por primera vez a la edad de veinte años y regresó durante el viaje de novios con su madre... ...paseaban por los bosques de la Alhambra, cuando un ciego les tendió la mano implorando caridad... el poeta, entusiasmado con la hermosura del lugar y apenado por la desgracia del infeliz..., le dijo a su esposa: ”Dale limosna, mujer…”. ... “el verso, brotó espontáneo, pero no improvisado”... como las aguas ocultas que lloran en los jardines de la Alhambra... Años más tarde… en su poemario “Cancionero de la vida honda y la canción fugitiva” (1.922), se publicó por primera vez, éste su ya mundialmente conocido poema, "Para el pobrecito ciego": "Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada". Sin embargo… ¿qué sabemos de ese ciego, que inspiró esos entrañables y emblemáticos versos ?... Casi nada… Pero puede… cabe la posibilidad… de que, al menos otra persona, conociera la identidad del ciego, … un “colega” (también diplomático y escritor) de Francisco A. de Icaza... nuestro paisano, Ganivet… Ángel Ganivet García (1.865 - 1.898), que en su poema “El Rey de la Alhambra”, publicado por el diario local, “El Defensor de Granada”, en su número del 7 de Julio de 1.897 y posteriormente recogido en el “Libro de Granada” (1.899), nos dice:
a la sombra de los arcos de la Puerta de Justicia?.
ni puede ver, porque es ciego, mas su mano tiene vista.
Pide el niño una moneda con la que al viejo socorre. Besa el mendigo la dádiva y en sus andrajos la esconde; y otra vez la mano extiende que implora con mudas voces. Esfinge de los deseos inacabables del hombre; estatua del infortunio deshecha en tristes jirones; imagen de la Injusticia de este mundo es ese pobre que, arrodillado, en la Puerta de la Justicia, se pone… El mendigo se levanta, que siente venir la noche, y hacia su retiro emprende la marcha con pasos torpes. Dejando a un lado el Alcázar cerca de una vieja torre llegó a una muralla en ruinas oculta entre zarzalones y por estrecha abertura que hay en ella, entró y perdióse. Sigue el padre con su niño hasta la Puerta de Hierro. Cuatro enterradores suben por la Cuesta de los Muertos; llevan al hombro un ataúd y, aunque les fatiga el peso, como se acerca la noche caminan con pie ligero… Padre, si el pobre que antes dejamos en su agujero se muere, y nadie lo sabe, ¿quién enterrará su cuerpo?. Hijo, si el pobre se muere y nadie sabe que ha muerto quedará allí hasta que en polvo se desmenucen sus huesos. Un alcázar será tumba de su mísero esqueleto; y el que fue rey del dolor tendrá al fin, un panteón regio”. Si Ganivet conocía al ciego del poema de Icaza… seguramente, se llevó con él su secreto… a las frías aguas del Dvina… y nunca podremos poner, nombre y apellidos a esa persona… sólo espero… que la mártir cristiana, Santa Lucía de Siracusa (283 - 304), patrona de los ciegos y abogada de problemas de la vista, lo haya amparado bajo su protección… y allá donde se encuentre… siga “viendo” a su Bella Granada… “con los ojos del corazón”...
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AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Mayo 2024
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