Tal día como hoy, hace 300 años (sábado, 1.724), nace en Königsberg (Prusia Oriental, a orillas del mar Báltico), el filósofo Immanuel Kant, uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la Filosofía Universal. Nota: Tras la Segunda Guerra Mundial, Königsberg pasa a formar parte de la Unión Soviética con el nombre de Kaliningrado; hoy es un enclave de Rusia entre Polonia y Lituania. Breves notas biográficas Su padre, Johann Georg Kant (1.682 - 1.746), es un artesano. Su madre, Anna Regina Reuter (1.697 - 1.737), es hija de un fabricante de sillas de montar. Immanuel es el 4º de 9 hermanos. Su salud es delicada, desde pequeño. Crece en un hogar “pietista”, en el que se fomentan: una intensa y profunda devoción religiosa, la humildad personal y una interpretación literal de la Biblia. Y en el que recibe una educación severa, que favorece la enseñanza del Latín y la Religión, por encima de las Matemáticas y las Ciencias. Y, a pesar de que su pensamiento lo llevará en dirección opuesta, siempre conservará un gran cariño por su familia. Con 16 años ingresa en la Universidad Albertina de Königsberg para estudiar Filosofía y Ciencias; pero, el infarto y posterior muerte de su padre. lo llevan a abandonar la Universidad 7 años más tarde, aunque no los estudios, que prosigue por su cuenta. Comienza a trabajar como profesor privado, gozando de una notable popularidad. Suele decir que no enseña filosofía, sino el arte de pensar: le molesta que sus estudiantes tomen apuntes de forma mecánica en vez de intentar entender lo que explica y debatir sobre ello. Se dice que su vida es tan estricta y regular que sus vecinos ajustan sus relojes al verlo salir para su paseo de las tres y media de la tarde, siempre puntual (haga el tiempo que haga). En 1.770 le ofrecen una cátedra de Lógica y Metafísica en la Universidad Albertina, la única en la que acepta enseñar. Con ocasión de este hito (largamente esperado) escribe su “Disertación inaugural”, que supone un punto de inflexión inesperado: Por su carácter profundamente metódico y abierto a la crítica constante, después de que le planteen varias carencias… Kant está 10 años sin publicar, para dedicarlos a la reflexión y regresar con la primera de sus obras plenamente maduras, la “Crítica de la razón pura” (1.781), la primera parte de una serie de obras, a la que seguirán “Crítica de la razón práctica” (1.788) y “Crítica del juicio” (1.790). Abel G.M., “Immanuel Kant: la razón sin ataduras”: “La inclinación de Kant a cuestionarlo todo le valió enemistades importantes: el rey prusiano Federico Guillermo II le instó a moderar el contenido de sus obras, especialmente tras la Revolución Francesa. Incluso después de su muerte, el papa Pío VIII prohibió la lectura de Crítica de la razón pura bajo amenaza de excomunión. A pesar de vivir en el apogeo de la Ilustración, Kant veía con pesimismo que esa época de mayor conocimiento no conducía a un mundo mejor, sino que las viejas estructuras de poder eran reemplazadas por otras nuevas: por pocos meses no llegaría a ver a Napoleón proclamarse emperador”. En 1.785, con la publicación de su obra “La fundamentación de la metafísica de las costumbres”, se difunde su idea fundamental de su pensamiento moral, el “imperativo categórico”: “Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como principio de una legislación universal”. Entrado en la vejez, su salud física y mental empeora notablemente a causa de una arterioesclerosis cerebral, posiblemente agravada por el exceso de trabajo y el sueño escaso que caracterizan su rutina. Kant busca comprender la Naturaleza del Mundo y del Hombre y trata de enseñar a sus discípulos a pensar por sí mismos y a rechazar los dogmas preestablecidos, que destruyen la razón y someten el libre pensamiento a ideas fijas. Colofón Kant apenas salió de su ciudad natal, Königsberg, pero sus escritos cambiaron el modo de pensar de la gente de todo el mundo.
Muchos de los pensamientos de Kant siguen siendo tan relevantes como siempre, como su frase más famosa: “Ten el valor de servirte de tu propia razón”. El filósofo y experto en Kant, Marcus Willaschek, de la Universidad de Fráncfort, considera que esta convicción es lo más importante que dejó Kant. Significa darse cuenta “de que somos responsables y no podemos renunciar a la responsabilidad”. Con motivo del 300 aniversario de su nacimiento, el Museo Estatal de Prusia Oriental de Luneburgo organiza su primera exposición permanente sobre “probablemente el pensador más importante de los tiempos modernos”. El número 515 (Abril 2.024) de “La Revista de Occidente” dedicado a la conmemoración del 300 aniversario del nacimiento de Immanuel Kant (“En torno a Kant, 1.724 - 2.024”), reproduce las reflexiones que el filósofo José Ortega y Gasset publicó en sus páginas hace un siglo.
0 Comentarios
Dejar una respuesta. |
AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Mayo 2024
Categorías |