Cuando el mundo reaccionaba atónito ante el asesinato del Senador norteamericano Robert Kennedy, a manos de Sirhan Bishara Sirhan (un inmigrante palestino de 24 años) en un pasillo del hotel Ambassador de Los Ángeles. (Robert Francis "Bobby" Kennedy - Brookline, Massachusetts, 20-11-1925 / Los Ángeles, California, 06-06-1968 - era hermano del también asesinado, John F. Kennedy (35º Presidente de los Estados Unidos de América) y firme candidato a convertirse en Presidente de los EE.UU).
En España tuvo lugar otro grave y sangriento suceso:
Javier "Txabi" Etxebarrieta e Iñaki Sarasketa, militantes de la organización terrorista nacionalista vasca E.T.A. viajaban desde San Sebastián (Donostia) en un coche robado, un Seat 850 coupé, de color blanco y con matrícula falsa, a una cita que habían concertado en Beasain, en el monumento a San Martín de Loinaz, con Jokin Gorostidi, quien a su vez se desplazaba desde Éibar. El objeto del contacto era que Gorostidi les entregara cierta cantidad de explosivo para ser utilizado en algunas acciones en Guipúzcoa. Recogido el cargamento de dinamita debían reunirse después con el cabecilla Eustaquio Mendizábal "Txikia".
José Antonio Pardines Arcay, agente de la Guardia Civil de Tráfico, se encontraba de servicio en la carretera N-I (Madrid - Irún), entre Aduna y Villabona (Guipúzcoa), junto a su compañero Félix de Diego Martínez (burgalés, casado y ya padre) encargados del control del tráfico en una zona en obras de la carretera, situados uno en cada extremo y a una distancia de unos 2 kilómetros.
Su jornada transcurría con normalidad hasta que a José Antonio Pardines, situado en el punto kilométrico 446,700, le llamó la atención el paso del Seat 850 Coupé blanco con matrícula Z-73956. Le vino a la memoria que sus características coincidiían con las de un vehículo robado, por lo que decidió interceptarlo.
El guardia les siguió en su motocicleta y les hizo señas para que se detuvieran a la altura del kilómetro 446,5, en Aduna, junto a la yesería de nombre Izagirre.
En el interior del coche robado viajaban los miembros de E.T.A., Txabi Etxebarrieta e Iñaki Sarasketa. El guardia civil les pidió el permiso de circulación. Eran las 5:30 de la tarde.
Mientras rodeaba el vehículo y se agachaba para comprobar que los datos de la documentación se correspondían con los del automóvil, expresó en voz alta su extrañeza porque no coincidía con el número de bastidor. Esas fueron sus últimas palabras. Salieron del coche los dos ocupantes, sacando uno de ellos una pistola.
Mientras José Antonio Pardines se encontraba agachado y de espaldas, Txabi le disparó un tiro en la cabeza a quemarropa.
En esos instantes pasaba por el lugar un camionero que detuvo su camión al oír el ruido del disparo, pensando que había pinchado una rueda. Al bajar del vehículo y ver lo acontecido, trató de reducir al autor de los disparos, pero el compañero del asesino le encañonó.
Inmediatamente, Txabi e Iñaki dispararon contra José Antonio Pardines cuatro veces más en el pecho.
Acto seguido montaron en el coche y se dieron a la fuga, pasando, poco después, a gran velocidad ante el otro guardia de servicio, que no se había percatado de nada.
El camionero que presenció el tiroteo, persiguió a los dos fugados e informó por teléfono de lo sucedido. Rápidamente, se puso en marcha un operativo de búsqueda de los pistoleros.
El suceso es considerado el primer asesinato cometido por E.T.A. y con esos cincos disparos, ETA abría el capítulo más cruento de su historia.
Con el asesinato de José Antonio Pardines, E.T.A. emprendió un camino que no cerró hasta 15.258 días después. Hasta el 16 de marzo de 2010. Aquella jornada, ETA se cobró a su última víctima. Acabó con la vida de Jean-Serge Nérin, un policía francés de 53 años. Los terroristas tirotearon a este padre de cuatro hijos después de que éste, que había recibido el aviso de robo de un BMW, interceptase el coche donde viajaban, a 50 kilómetros al sur de París.
NOTA: El Guardia Civil Félix de Diego Martínez también fue asesinado por ETA. El 4 de julio de 1974 cayó por un desnivel de sesenta metros de profundidad en el Alto de Echegárate y se le dio de baja del servicio. Entonces pasó a trabajar en el bar Herrería, propiedad de la familia de su mujer en Irún. Además, sufría un cáncer de riñón. El 31 de enero de 1979 dos etarras, Fernando Arburúa y Manuel María Ostolaza, entraron en el bar y le dispararon en presencia de su mujer. De Diego recibió tres disparos de bala y falleció. Tenía 47 años de edad y dejó cinco hijos de entre cinco y once años. Sus asesinos fueron detenidos y condenados.