Dice el Diccionario de la Real Academia Española, de la palabra “paisano/a”: “Del fr. paysan, der. de pays 'territorio rural', 'país'. 1. adj. Dicho de una persona: Natural del mismo país, provincia o lugar que otra”.
Antonio Luís Gallardo Medina (Salobreña, 1.955)
Pues bien, Antonio Luís Gallardo Medina y yo, somos paisanos. Y además, tenemos otras coincidencias vitales: ambos estudiamos en los “frailes”, en el “Colegio San Agustín” de Motril y en la Universidad de Granada. Él, nació y vivió su infancia y juventud, en la calle Cristo (en el número 64, junto a la casa de María la Estanquera y la parada de taxis); yo, en la Cañada, en la calle Nuestra Señora del Rosario (nuestra Patrona). Él tiene 3 años más que yo (1.955) y, posiblemente, ya no se acuerde de mí, porque, entonces, los mayores, a los chicos, no le echaban cuentas, ni contaban con ellos para sus juegos, entretenimientos y travesuras… pero, los pequeños, si nos fijábamos más en los mayores, y yo, si me acuerdo, perfectamente de él… ¡¡ah!! y, como a él, a mí me encanta el puchero de coles y la fuente de pringue para el mojeteo que viene después… y los recortes del jamón… y los calamares fritos de Andrés Palomares…
… en ésa época, por circunstancias de la vida, cada uno siguió su camino… no conozco a su mujer, Julia; a sus hijas, Laura y Marga; ni a sus nietos, Ramón, Marcos, Leo, Hugo y Julio y no hemos vuelto a coincidir en persona… hasta que la escritura, su escritura, nos ha vuelto a reunir hace poco…
Antonio Luís Gallardo Medina (Salobreña, 1.955)
… a finales del año pasado, 2.022, Antonio Luís (“Jubiloso Jubilado”) ha recopilado algunas de las “Cartas al Director”, de las 1.700 que ha escrito a los distintos Diarios Periódicos desde que se jubiló, anticipadamente, por Invalidez Total y Absoluta, en el año 2.011, en el libro “RELATOS DE MIS ENTRETELAS, CON SALOBREÑA Y GRANADA AL FONDO”, publicado por la editorial granadina SG y cuyo precio de venta al público, es de 12 € (4 cervezas, como dice él), importe dedicado, íntegramente, a los Hermanos Obreros de María y a la Residencia “Huerta del Rasillo”... el libro, está disponible en las librerías “1616 Books” de Salobreña y Papelería“Don Bosco”(Melchor Almagro) de Granada y la presentación oficial (con un lleno absoluto) tuvo lugar, el viernes 14 de Octubre, en la Biblioteca Pública Municipal de Salobreña, a las 8 de la tarde… con la asistencia de María Eugenia Rufino Morales, Alcaldesa de Salobreña; Carlos Rodríguez Trujillo, Director de la Editorial SG (Empresa que vio la luz a finales de 2.019, fruto de la colaboración entre “Grupo Suministros Granada”y la revista de cultura “Lenguas de Fuego”) y de Antonio Arenas Maestre (que según dice Antonio Luís, es el “alma” de éste libro)… acto en el que se hizo un especial recuerdo de Antonio Jiménez Pedrosa, Director de la Editorial Alhulia, fallecido ese mismo día… y de “Spirimán” (alias en las redes sociales del médico de familia y defensor de la Sanidad Pública, Jesús Candel Fábregas, fallecido el día anterior en Albolote, a los 46 años de edad)...
… el “Prólogo” de su libro, está escrito por Antonio Arenas Maestre, Maestro y Periodista (Director del suplemento semanal “Ideal en clase”), natural del Cortijo de la Peña de Alhama, al que conoce, personalmente, desde los primeros días del mes de Enero del año 2.015, en que Antonio le hizo una entrevista para el Periódico“IDEAL” que se publicó en la sección“El prestigio de leer” el sábado, 10 de Enero…
… Antonio Arenas, dice de Antonio Luís en su “Prólogo”: “Como dice el refrán popular “Quien guarda, halla”, y eso es lo que se ha encontrado Antonio Luís, sin darse apenas cuenta. Su constancia durante más de dos años (acaba de superar los 300 relatos, o sea, seis años), su enorme capacidad para rememorar vivencias pasadas y su habilidad literaria para componer estos textos de poco más de un folio, hacen que ahora tenga la posibilidad de contar con una pequeña joya etnográfica, valiosa no sólo para su familia sino también para cualquier persona que quiera conocer cómo era y cómo se vivía en éste pueblo en la segunda mitad del siglo XX, ya que en las páginas que siguen se suceden sus recuerdos infantiles, aquellos juegos en la calle, los días de playa cuando todavía no había llegado el “boom” turístico, las costumbres y tradiciones que tanto han cambiado en tan corto tiempo, etc.”.
MERIENDAS DE ANTES
“Un reciente estudio dice que, en España, la merienda de los escolares se compone mayoritariamente de bollería (50 por ciento), yogur y fruta (20 por ciento) y bocadillo (30 por ciento); siendo el 81 por ciento de los niños quienes consumen habitualmente algún tipo de merienda.
Hoy día, cuesta sudor y lágrimas hacer que un niño encuentre atractiva la merienda y hace 50 años era nuestra comida favorita y difícilmente nos la saltábamos. Era salir del colegio y llegar lo más rápido posible a nuestra casa para disfrutar del preciado manjar.
Básicamente, una buena merienda debe incluir leche o derivados, fruta y cereales. Esta ingesta a media tarde puede ser una buena oportunidad de completar las raciones diarias recomendadas de fruta, cereales y lácteos. La merienda debe incluir alimentos variados y ricos en nutrientes. Es recomendable moderar el consumo de alimentos excesivamente calóricos o ricos en grasas saturadas y azúcares refinados, que pueden resultar perjudiciales si se toman en exceso y pueden ocasionar sobrepeso y obesidad, así como otras patologías.
Pues bien, nada de esto se llevaba a cabo antes y a fecha de hoy puedo presumir que no me ha pasado nada catastrófico por no llevar esa dieta a rajatabla. Y entre mis amigos no recuerdo ningún obeso. Antes se comía lo que se podía y, a decir verdad, casi todo sabía a gloria bendita.
Recuerdo con gusto ese pan con chocolate duro, que costaba trabajo hasta dar el primer mordisco pero que sabía a chocolate del que trajo Colón de las Indias, ese pan con aceite que mi madre sabía realizar cual obra de arte, sacaba el migajón y lo rellenaba de aceite, espolvoreaba con azúcar y volvía a tapar el agujero con él. Algún día iba a casa de mi abuela Laura y, de la mantequilla Lorenzana de las tostadas de la mañana, me preparaba un bocadillo para chuparse los dedos.
En días señalados, había salchichón o chorizo en rodajas, así como la famosa mortadela en barra que venía en una lata y que había que soplar por los dos agujeros de la base para que saliera al corte, esa mortadela la trajo a Salobreña por primera vez Pepe Hernández.
Cuando ya éramos un poquito más grandes, casi nada vamos, nos la preparábamos nosotros mismos, con las galletas María, mucho más gordas, más crujientes y ricas que ahora, las rellenábamos de lo que podíamos, mantequilla, mermelada, leche condensada y más que galletas Príncipe eran de Reyes.
A propósito de leche condensada, que gula y atracción no despertaba en los niños de antes que mi madre la ponía en alto, pues no teníamos frigorífico y cada vez que se despistaba, me subía en una silla y me empinaba la lata hasta saciarme. Aún creo que el problema de mis dientes con caries viene desde entonces.
Ahora que tengo el paladar con un sabor de antaño, quiero recordar con sumo gusto cómo rebañaba el plato, cuchara y cacharro donde hacía mi madre la papilla de plátano, galletas, limón y azúcar, que preparaba para mi hermano Javier, cosa más deliciosa, aun ahora me la sigo tomando.
Tal vez el problema de hoy sea el exceso que tienen nuestros hijos, pues recuerdo que alguien dijo una vez… “la sociedad está dividida en dos grandes clases: la de los que tienen más comida que apetito y la de los que tienen más apetito que comida”.
Colofón
¡¡Al pan, pan y al vino, vino!!: Antonio Luís, muchas gracias por el gran regalo que nos has hecho a todos, salobreñeros y forasteros… de tus recuerdos compartidos, que son nuestras raíces… primero en tu Blog “El niño de Laurica” y ahora, con éste estupendo libro… escrito con todo tu cariño, ternura y amor hacia nuestro pueblo, Salobreña… en el que leyendo sus páginas, se perciben los olores y los sabores de antaño… para que tus nietos conozcan las propiedades benefactoras (lo digo, por tu encarnadura) de las aguas del Gambullón… lo dicho, Muchas Gracias, Antonio Luís, "el Tío del Cartón”, el de“Salobreña, con eñe de coño”.
Para acceder al Blog "El niño de Laurica", pulsar aquí>>>