Hoy hemos finalizado en la Ermita Nueva de Dílar, la III Ruta Integral de las 4 Ermitas de Sierra Nevada, cuando mañana se cumple el 303 aniversario de la aparición de la Virgen de las Nieves al beneficiado de Válor, Martín de Mérida y a su asistente Martín de Soto, en el puerto de la Carihuela o collado del Veleta.
Para acceder a la descripción de ésta III Ruta Integral, recomiendo la lectura del Blog de mi amigo, Luís Díaz González. Pulsar aquí>>>
Luís Díaz, Aurelio Moreno, José Manuel Navarro y yo - Ermita Nueva de Dílar
Yo, por mi parte, quiero ayudar (un poco) al conocimiento de Sierra Nevada, escribiendo este articulito, para la sección “Madre Natura”, sobre un precioso “endemismo nevadense” que puebla la zona de los borreguiles de alta montaña: la Estrella de las Nieves. Y sobre su descubridor para la Ciencia, el explorador, matemático y botánico suizo Edmond Boissier (miembro de la Sociedad de Física y de Historia Natural de Ginebra).
BIODIVERSIDAD VEGETAL DE SIERRA NEVADA
Sierra Nevada es el centro de biodiversidad vegetal más importante del Mediterráneo Occidental.
En cuanto al número de especies endémicas (exclusivas) que acoge… si sumamos las especies de Austria, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Polonia, Reino Unido y Suecia… no llegan al número de Sierra Nevada.
Las plantas vasculares (con flores, gimnospermas y helechos) catalogadas en Sierra Nevada, representan más del 50% de la flora andaluza, casi el 30% de la flora de la España peninsular y el 7% de la flora mediterránea.
He leído en un artículo del biólogo, Ignacio Henares Civantos (Conservador del Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada) que: “Se dice que Sierra Nevada es un “punto caliente” de biodiversidad vegetal ya que alberga más de 2.100 plantas vasculares, a los que hay que sumar cerca de 400 briófitos, (grupo que incluye a los musgos y hepáticas). …"
"… Pero además de la importancia cuantitativa, hay que destacar el elevado número de especies que son exclusivas del macizo nevadense -los denominados “endemismos nevadenses”-, plantas que no se encuentran en ningún otro lugar del Planeta; alrededor de 100 taxones vegetales".
"En la zona de cumbres, entre el 30 - 40 % de la flora que encontramos es exclusiva de Sierra Nevada".
"En algunos de los nichos ecológicos de las altas cumbres, como los cascajares (pedregales relativamente móviles situados en pendientes muy fuertes) y los tajos de los roquedos, el porcentaje se eleva hasta un 80%".
"Entre ellas podemos destacar la amapola de Sierra Nevada (“Papaver lapeyrousianum”), la romperrocas (“Saxifraga nevadensis”), la manzanilla real (“Artemisia granatensis”) … o bien especies como la tiraña (“Pinguicula nevadensis”) o la estrella de las nieves en las zonas de borreguiles".
"En las zonas de media montaña, en las calizas y dolomías de los Alayos y el Trevenque, también son abundantes las especies endémicas, especialmente adaptadas a las condiciones hostiles del clima y a los suelos tan exigentes para el desarrollo de la vida vegetal. Entre ellas podemos citar los alfilerillos (“Erodium rupicola”), la perdiguera del Trevenque (“Helianthemun pannosum”) o el piorno blanco (“Astragalus nevadensis Boiss. subsp. nevadensis”)”.
LA ESTRELLA DE LAS NIEVES
La Estrella de las Nieves o “Plantago Nivalis Boiss” es una planta endémica de Sierra Nevada (auténtico símbolo de este macizo montañoso); es perenne, crece a ras de suelo, exclusivamente por encima de los 2.000 metros de altitud (en las zonas de los borreguiles o pastizales nevadenses de alta montaña), su diámetro máximo es de unos 10 centímetros, y de momento, no está amenazada.
Esta pequeña plantita es un referente indicador de los pisos bioclimáticos oromediterráneo (desde los 1.900 metros de altura y hasta 2.900 metros) y crioromediterráneo (más de 2.900 metros de altura).
Sobre la etimología de su denominación científica: Plantago, es un nombre genérico que deriva de la palabra latina “planta, -ae” = "planta del pie". El botánico italiano y catedrático de la Universidad de Bolonia, Giacinto Ambrosini (1.605 - 1.672) especifica: “Es llamada “Plantago” por los autores latinos, vocablo que toman de la planta del pie (a causa de la anchura de sus hojas, las que recuerdan la planta del pie; y asimismo porque las hojas tienen líneas como hechas con arado, semejantes a las que vemos en la planta del pie)”.Nivalis, es un epíteto latino que significa "de la nieve".Boiss, es la abreviatura botánica que identifica a su descubridor.
De su misma Familia ("Plantaginaceae"), es el llantén: planta herbácea silvestre conocida también como la planta de las 7 venas, la hierba “cúralo-todo”, la medicina de la vida o la huella del hombre. Es muy pequeña y hermafrodita, que crece al ras del suelo; de hojas anchas y ovaladas; con flores, pequeñas, agrupadas en largas espigas; y, fruto y semillas en cápsula. Existen algunos indicios de que ya era conocida y usada en la Edad de Piedra. En el antiguo Egipto se elaboraban con ella ungüentos. Los romanos, después de largas caminatas, las ponían en sus sandalias para curar heridas de sus pies.
La perrita Muesli sobre los borreguiles de los Lagunillos de la Ermita
La bióloga, Merche S. Calle y el periodista, Juan Enrique Gómez, nos dicen sobre la Estrella de las Nieves: “Es una de las joyas biológicas de Sierra Nevada, una de las especies (en su mayoría endémicas) que tapizan el paisaje glaciar de verdes, azules, blancos y amarillos, donde el marrón y ocre de las rocas metamórficas de la cordillera alpina, las primeras en emerger de Alborán, deja paso a un sustrato blando de sedimentos que forman prados en los que crece esta especie de rosetas estrelladas de hojas carnosas y blancas cubiertas de pilosidades con las que acumulan el agua del rocío, y que dejan crecer un tímido ramillete de flores pequeñísimas amarillas. … Crecen de forma muy numerosa para generar una orla alrededor del centro del humedal, ... llega a colonizar pequeños reductos entre pedregales donde se acumule agua del deshielo y la erosión haya creado un mínimo sustrato ... se mantiene desde el inicio del deshielo hasta que vuelven las bajas temperaturas pasado el verano. Solo se puede ver en floración durante unos días, ya que sus flores son muy efímeras; crecen sobre largos tallos que parten del interior de la roseta carnosa con forma estrellada; son ramilletes de minúsculas flores amarillas, con la forma habitual en el género plantago”.
Nota: Los postes de señalización del Sendero de Gran Recorrido "Sulayr" GR-240 (homologado y señalizado en 2.008) tienen grabada la imagen de la Estrella de las Nieves, símbolo del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada.
SU DESCUBRIDOR PARA LA CIENCIA
Edmond Boissier (1.810-1.885) desde muy joven, mostró una clara vocación por las ciencias y la botánica en particular.
En Ginebra, estudió con Augustin Pyrame de Candolle (1.778-1.841), uno de los principales botánicos del siglo XIX.
Era sociable, simpático, risueño, abierto y de gran fortaleza física y moral. Era modesto, amable y servicial.
Con 27 años, ya tenía suficiente experiencia en la montaña y era un buen conocedor de la flora de los Alpes.
Con los consejos de Philip Barker Webb (1.793-1.854), que había recorrido Andalucía en 1.827 y el apoyo de De Candolle, preparó concienzudamente, una expedición con un claro objetivo: explorar la flora de las montañas de Andalucía.
Un invierno muy frío le hizo retrasar su salida de Suiza hasta los últimos días de Marzo de 1.837, tiempo que aprovechó para aprender a hablar castellano.
La tarde del 1 de Abril, embarcó en Marsella en el vapor "Le Phocéen" con destino a Valencia.
Durante el resto de la Primavera, el Verano y parte del Otoño de 1.837 (apenas 5 meses) visitó y estudió la zona occidental del Reino de Granada.
“Voyage botanique dans le midi de l’Espagne pendant l’année 1.837”, publicado por Gide et Cie, Paris. 2 vols: 248 p. + 752 p. + 181 láminas, es el resultado de este viaje y se editó en fascículos a lo largo de seis años (1.839 - 1.845).
La obra está dividida en dos volúmenes. En el primero ("Narratión") aparece un relato bastante detallado del viaje, con las vicisitudes, vivencias, pueblos, ciudades, monumentos y, sobre todo, la geografía del territorio y sus gentes, pero sin perder nunca de vista las plantas y el paisaje vegetal. En el segundo ("Énumération"), ya estrictamente taxonómico, describe 2.015 vegetales, mas de 200 nuevos para la ciencia de su tiempo (incluye también musgos y líquenes) "du Royaume de Grenade", la actual Andalucía. Todo acompañado con 208 láminas de plantas hechas sobre planchas de cobre y pintadas parcialmente a mano, por el pintor Jean-Christophe Kumpfer, alias “Heyland” (1.792 - 1.866).
El relato del viaje, es más o menos cronológico: describe sus itinerarios (tanto en las ciudades como por el campo), y las peripecias que va encontrando en su camino. Sus reseñas del paisaje (tanto desde el punto de vista geográfico como del vegetal) demuestran una gran capacidad de observación. También demuestra una considerable empatía con las personas con las que se relaciona, tanto si son los personajes ilustrados (a quienes recurre y que le ayudan generosamente y aquí cabe resaltar a Félix Haenseler (1.766-1.841) y Pablo Prolongo (1.806-1.885 ) en Málaga y Pedro del Campo (1.800-1.880) en Granada), como si son los pastores y campesinos con los que trata y convive (a veces).
Es una obra fundamental, desde el punto de vista botánico, por lo que representa de conocimiento de la flora de las montañas de Andalucía, ricas en endemismos y que muy pocos botánicos antes de él habían explorado, y siempre de una forma muy superficial.
Siguiendo la línea del médico, poeta y naturalista suizo, Albrecht von Haller (1.708-1.777), que ya había indicado los patrones de distribución altitudinal de las plantas en los Alpes (y que Alexander von Humboldt (1.769- 1.859) había detallado y dibujado magistralmente para el Chimborazo), lo aplica en las montañas de Andalucía, en el que es el primer estudio de este tipo en la Península (aunque en los manuscritos inéditos del botánico valenciano, Simón de Rojas Clemente y Rubio (1.777 - 1.827) sobre Andalucía ya se establecía una zonación altitudinal del paisaje andaluz).
En la mañana del 2 de julio, Edmond Boissier, acompañado por su guía (Pedro) y su criado, (David Ravey), inician su primera expedición a Sierra Nevada; en julio, aún se disfruta de la “Primavera de la Sierra” y la flora de las altas cumbres luce sus mejores galas.
Salen de Granada por el cauce del Genil, atraviesan Pinos Genil y Güéjar Sierra, donde pernoctan en casa de un vendedor de vinos; el 3 de Julio, se internan en el valle del Monachil y duermen en el Cortijo de la Víbora.
El 4 de Julio, ascienden hasta el Cortijo de San Gerónimo, un antiguo convento de la Orden Jerónima, en el que se instalan, a modo de campo base y en sus proximidades recolecta muestras (herborizar) y desde aquí, realizan cortas excursiones a los valles de Monachil y Dílar, barranco de Benalcázar y El Dornajo.
Edmond Boissier - Busto en bronce del escultor suizo Hugues Bovy (1.841 - 1.903) - Ginebra (Suiza) Parc des Bastions - 1.886
El 12 de julio, ascienden al picacho del Veleta, tras instalar un campamento base en el Prado de las Yeguas; en una excursión de tres días recorrerán el Corral del Veleta, bajarán por el barranco del Guarnón, entre bosques de melojos; retornarán por el barranco de San Juan y alcanzarán los Peñones de San Francisco, desde donde bajarán al campamento establecido en el Prado de las Yeguas y, desde allí, regresan a Granada.
Otras dos excursiones realizó Boissier a Sierra Nevada. A finales de Julio, ascendió al Mulhacén y bajó a las Alpujarras, recorriendo la Sierra de Gádor y la costa almeriense. Y a principios de Septiembre continuó con la tarea de recolectar muestras.
Edmond Boissier - Busto en bronce del escultor suizo Hugues Bovy (1.841 - 1.903) - Ginebra (Suiza) Parc des Bastions - 1.886
La recolección de Boissier en su primer viaje peninsular fue de unas 1.800 especies y unos 100.000 ejemplares. A lo largo de su vida se dedicó a estudiar la flora de todo el Mediterráneo y Oriente próximo. Según uno de sus primeros biógrafos, Konrad Hermann Heinrich Christ (1.833-1.933), llegó a describir cerca de 6.000 especies nuevas. Sus fuertes convicciones religiosas siempre le impidieron aceptar la teoría de la evolución y hasta el final de sus días consideró las especies como creación divina, pero a pesar de ello la mayoría de las especies que describió se continúan aceptando actualmente. La botánica española también le ha de agradecer que rescatara del olvido y probable destrucción el herbario del botánico José Antonio Pavón Jiménez (1.754-1.844), encontrado en un ático en Madrid bajo un montón de escombros.
En Ronda tiene Boissier un paseo en su nombre, en la Alameda del Tajo (antigua Alameda de San Carlos).