Hace meses, mi amigo, Luís Díaz González, me propuso hacer juntos ésta experiencia: el "Desafío Patanegra", y yo, acepté inmediatamente. Luís contactó telefónicamente con Juan Antonio Jara, el promotor del "Desafío", y, desde el principio, todo fueron facilidades por su parte… Por temas laborales (que pudimos resolver favorablemente, entre los meses de marzo y abril), anotamos una fecha en el calendario. Y, por fín, la fecha ha llegado: hoy, lunes, 7 de mayo de 2018.
Un largo y "tormentoso" viaje nos ha traído, desde el Poniente Granadino y el Valle de Lecrín, hasta la zona Sur del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
En el trayecto, tan sólo hemos hecho un par de paradas. La primera en el Restaurante Venta "Los Cazaores", en el punto kilométrico 55´5 de la Autovía A-92, término municipal de Marchena (Sevilla), para tomarnos un café con hielo y descansar un poco, estirando los pies... La segunda parada ha sido ya en el Parque Natural: en la bella ciudad serrana onubense de Aracena, donde, además de darnos un gratificante paseo por la zona de la Gruta de las Maravillas, nos hemos tomado un par de cervezas fresquitas…
El tramo final, hacia nuestro destino, ha sido verdaderamente alucinante: la sinuosa carretera va abrigada, arropada, por una espesa y frondosa vegetación, que la cubre, cual resplandeciente cúpula, mostrando un abanico de toda la variedad de tonos verdes... realzados por la humedad de la tormenta que ha pasado por la zona hace una rato…
Gran Quejigo junto a la Casita del Correcaminos.
Poco después de las 7 de la tarde, hemos llegado a La Presa.
A nuestra llegada, el primero en recibirnos ha sido un portentoso ejemplar de la Naturaleza: un precioso y enorme Quejigo, con algunos cientos de años vividos y que con su gran tronco, cubierto casi por completo de musgo, y sus fornidas ramas... hace el ademán de darnos un afectuoso abrazo de bienvenida... Muchas gracias, hermano Quejigo…
Juan Antonio nos avisó que iba a estar de viaje en Huelva y que volvería tarde. Indicándonos que en cuanto llegáramos, le avisáramos a Victoria Rodríguez, creadora junto a Juan Antonio, del "Desafío Patanegra", además de empresaria, gestora, deportista y compañera.
Para avisar a Victoria (por la cobertura de Movistar en la zona...) hemos tenido que subir a la explanada que hay junto a la carretera y al gran Quejigo. Instantes después, Victoria, subía calle arriba... Muy amablemente, nos ha enseñado el apartamento, la Casa del Correcaminos, explicándonos todo con detalle... Tiene sólo tres (3) habitaciones: un gran salón-cocina, un dormitorio y un cuarto de baño. El dormitorio tiene una gran cama de matrimonio y un pequeño aseo. El gran salón-cocina tiene un sofá-cama muy cómodo. Primera tarea: sorteo de la cama. Lo hacemos a cara o cruz... y a Luís le toca el dormitorio y a mí el sofá-cama…
Fuente de los Tres Caños, Santa Ana la Real.
Decidimos dar un paseo hasta Santa Ana la Real, y, en cuanto echamos a andar, lo primero que me llama la atención es el bonito empedrado de sus calles. Para llevar a cabo ésta ancestral tarea artesana, herencia de griegos y romanos, que embellece las calles, utilizan ripios de caliza de la zona, en dos tonos: blanco y oscuro. En la aldea de la Presa el empedrado, va en forma de damero y al llegar a una zona redondeada donde se ensancha la calle, la forma de damero cambia por la de círculos concéntricos que tienen como origen una tapa metálica redonda (del registro de una arqueta).
Pronto dejamos el minúsculo casco urbano de La Presa y atravesamos las cristalinas aguas del arroyo del Barranco de la Presa por un pequeño puente de madera.
Inmediatamente, nos encontramos con otra grata sorpresa: a la sombra de un gran ejemplar de alcornoque, hay un banco de madera, y sobre el tronco del árbol un escrito. El escrito nos dice que estamos en "El bosque de las letras", y éste primero que vemos se titula "Meditación del vampiro", obra del escritor Hipólito González Navarro. Un código QR nos lleva a conocer más información sobre el escritor.
Este bonito proyecto, lo puso en marcha el Ayuntamiento de Santa Ana la Real, el pasado año 2015, con la colaboración del Patronato de Turismo de Huelva y fue desarrollado por la Empresa local "Diavolo Gestión Cultural", con la feliz idea de aunar cultura y deporte. A lo largo de su recorrido, de algo más de 5 kilómetros, se encuentran zonas de descanso, con textos de autores vinculados a ésta zona, como María Alcantarilla, Alonso Conde, Juan de Mata, Ignacio Garzón, Hipólito González, Amelia Martín, Manuel Moya, Juan Antonio Muñiz y Mario Rodríguez, entre otros. Textos que tratan de llevar al caminante a un viaje de gratas sensaciones…
Seguimos nuestro paseo y pasamos junto a otro hito cultural santanero: es un horno de cal. El horno de Cosme. En las laderas del Cerro Castillejo (720 m.s.n.m.), guardián de Santa Ana la Real, hubo en su día más de quince hornos de cal prieta, con merecida fama en toda la Comarca. Popularmente se llama cal a los productos derivados artificialmente de la piedra caliza, como la cal viva, la cal apagada o hidratada, el mortero de cal y la cal hidráulica. La piedra caliza se introducía en hornos que alcanzaban una temperatura de entre los 900 y los 1.200ºC, calcinando la piedra, desprendiendo anhídrido carbónico y mermando su peso sobre un 44%. Hasta finales de la década de 1960, el humo de los hornos de cal inundaba toda la zona del agradable olor a la jara y el acarreo de material combustible mantenía limpio el monte, evitando incendios forestales. La llegada del cemento portland dió lugar a que dejaran de utilizarse los hornos de cal, porque ya no eran rentables. El oficio de calero ya es un oficio para el recuerdo y parte del patrimonio cultural santanero. Un sendero señalizado recorre los restos de estos antiguos hornos de cal.
Seguimos, subiendo suavemente, y vemos una señal colgada de la rama de un árbol que nos indica: “Sendero Nocturno. Recorrido circular de 5 kilómetros practicable en ambos sentidos señalizado en su totalidad”. Este sendero recorre los mismos parajes que “El bosque de las letras”.
Entramos en el casco urbano de Santa Ana la Real por la Calle Constitución y lo primero que encontramos, a la derecha, junto a un gran nogal, es la Fuente de los Tres Caños: un pilar circular que tiene en su centro un cuerpo hexagonal (con azulejos vidriados decorados con motivos geométricos y vegetales, en colores como el blanco, azul, rojo y verde) coronado por un remate de cerámica de color azul y tres caños de bronce. El agua del pilar pasa a un abrevadero de ganado y después a un lavadero comunal con catorce pilas y sus fregaderos de cemento. La Fuente fue construida en los inicios del siglo XX y fue remodelada en 1927. A morro, probamos la calidad del agua: está fresca y muy agradable al paladar…
A la izquierda, vemos un dibujo llamativo, pintado sobre una chapa metálica que oculta la visión de un contenedor de basura. Es la bella imagen de un abejaruco. La pintura es de un joven grafitero local, Isaac García Núñez. En 2016, y de modo experimental, el joven Isaac pintó unos dibujos directamente sobre los contenedores de basura, pero al poco tiempo, por el uso diario de los contenedores, acabaron deteriorándose. Tras esa primera experiencia, a principios de éste año, se han colocado chapas metálicas pintadas por Isaac, en los lugares donde se ubican los contenedores de basura. Esta ha sido una bella iniciativa de la Asociación Cultural Valle de Santa Ana que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento santanero, con un objetivo estético: embellecer la ubicación de los contenedores de basura del pueblo y hacerlos arte urbano.
Grafiti de Isaac García Núñez
Subimos por la Calle Constitución y nos desviamos a la izquierda, por la Calle Antonio Díaz. En la encrucijada con la Calle La Fuente (al frente) y las Calles Molinos y Carnicería (a los lados), hay dibujado en el empedrado una Rosa de los Vientos que señala los puntos cardinales.
Por la Calle La Fuente, llegamos al destino final de nuestro paseo: la Plaza de España, lugar donde se encuentra el Ayuntamiento (a la derecha) y la Iglesia parroquial de Nuestra Señora Santa Ana (a la izquierda). El empedrado de la Plaza, tiene forma solar. El centro lo ocupa el círculo del Kilómetro Cero del “Desafío Patanegra” y desde él parten radios en todas las direcciones.