Salobreña (Granada), del viernes 8, al miércoles, 20 de Septiembre de 2.023.
Ahora, echo mano a mi memoria e intento recordar mi experiencia, la primera vez que acudí a la, nueva y recién construida, Biblioteca Pública Municipal de mi pueblo, allá por finales del Verano del año 1.970 (tenía yo 11 años), con la ilusión de encontrar y leer un libro:
Nota: A mi amigo Domingo Armada Morales, que es empleado municipal en el Ayuntamiento de Salobreña, le he pedido el favor de buscar información y fotos, sobre la construcción del edificio de la antigua Biblioteca Pública Municipal.
Yo, vivo con mi familia (mis padres: Pepe y Magdalena; y mis 5 hermanos: María Lourdes, José Alberto, Juan Carlos, Rosario María y Pablo Manuel), en La Cañada, una zona pedregosa situada en la cara Este del promontorio rocoso en el que se asienta la Villa de Salobreña, entonces en el extrarradio y sólo urbanizada por las casas sindicales de la Calle Nuestra Señora del Rosario (Patrona de la Villa), las casas del Cura Don Fausto Rodríguez Liñán de la Calle Juan XXIII y alguna casa aislada como la nuestra, construida (poco a poco) por mis padres, en el terreno“regalado” por el Ayuntamiento.
Es por la tarde y después de merendar (un trozo de pan con una onza de chocolate) le pido permiso a mi madre y subo desde mi casa hacia el pueblo.
Nota: el “pueblo” es la zona ocupada por la antigua Villa amurallada de Salobreña, aunque en 1.970, de la antigua cerca defensiva perimetral, sólo se conserva “El Torreón” (en el cercano Barrio del Brocal) y el “nombre” en la Calle Muralla (que lleva desde la Puerta de la Villa hacia el Paseo de las Flores).
Siempre subiendo, paso junto al Mercado Municipal, el kiosko verde de los churros, la casa de Gabriel Guirao Alonso (“Gabrielico el Municipal”), la puerta de la casa del médico Don Agapito y entro en el pueblo, ya en terreno llano, por el portillo de la Bóveda.
Si sigo a la derecha por la Bóveda, puedo llegar a la Plaza del Ayuntamiento o a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora la Virgen del Rosario… pero sigo a la izquierda, salgo de la Bóveda y entro en el Barrio del Albayzín.
Voy a la casa de mi abuela paterna Filomena y después de verla y darle un beso… la dejo, con sus tareas de costura… paso junto al Bar de Antonio Arnedo Arnedo (“El Pesetas”) y sigo andando hacia mi punto de destino, que ya está cerca…
… en el Barrio del Albayzín, junto a la casa de mi tío Antonio (único hermano de mi padre) y las Escuelas del Panteón (lugar donde estuvo ubicado en la antigüedad, el Cementerio de la Villa), había un mirador circular, rodeado por un poyete de piedra y cuyo centro estaba adornado por una cruz de madera, elevada sobre un pedestal. El lugar es conocido como “La Cruz del Albayzín” y hay una calle aledaña, a la que da nombre: “Laderas de la Cruz”.
Ése fue el lugar elegido por el Ayuntamiento para construir la nueva Biblioteca. Y el nuevo y moderno edificio, de una sola planta, amoldó su planta circular a la forma del antiguo mirador. Está pintado de blanco, como todas las casas del pueblo… antiguamente, encaladas con cal de piedra y azulete… y más recientemente, con pintura plástica. Nota: He buscado en la página web de la Sede Electrónica del Catastro, los datos del edificio. Su número de referencia catastral es 7565001VF4676F0001BI, localizado en la calle Laderas de la Cruz A, 1A. Su uso es Cultural. Tiene una superficie construida de 419 m2 y su superficie gráfica es de 446 m2. Año de construcción: 1.983 (éste dato, no es correcto).
Subo las cortas escaleras, adosadas al muro perimetral del edificio, que me llevan a un pequeño rellano, desde el que accedo, subiendo unos pocos peldaños más, al interior de la Biblioteca… la primera sensación que me da es de una luminosidad asombrosa, deslumbrante… ya que todo el perímetro circular del nuevo inmueble, lo que son las paredes exteriores, son de cristal… unos amplios e inmaculados ventanales invitan a acercarse a cualquier punto y disfrutar de las maravillosas vistas…
… vistas en las que predominan dos colores: el verde esmeralda de los campos plantados de caña de azúcar de la Vega; y el azul, del cielo y de las aguas del Mar Mediterráneo.
Tras esa primera impresión, veo que el interior del moderno edificio está repleto de libros, libros y más libros… colocados ordenadamente en bonitas estanterías… y el mobiliario se completa con mesas, sillas y cómodos sillones. En las instalaciones hay una pequeña oficina, almacén y cuarto de baño.
Me doy un paseo, sin ninguna bulla, ojeando las portadas de los libros, comic y revistas de las estanterías… me llaman la atención los bonitos lomos de los libros… todos están catalogados e identificados con una pegatina que incluye una“clave”, como un“lenguaje secreto”... que sólo conocen los iniciados… en éste caso la encargada de la Biblioteca, María Luisa Díaz Ruiz (conocida como “la tita Icha”).
Me acerco a ella y le pido que me aconseje un cómic para leer… se dirige a una estantería cercana… y, poco después, me trae el primer libro que voy a leer en la Biblioteca Pública Municipal:
Toma, éste te va a gustar…
El libro que me ha prestado María Luisa para leer, es un cómic de “Las aventuras de Tintín”, encuadernado con tapa dura, en concreto el titulado“Los cigarros del Faraón”, editado por Editorial Juventud el pasado año 1.964…
Muchas gracias, María Luisa…
Me acerco a una mesa, me siento en una silla… y, me pongo a leer y disfrutar…
Para leer el articulito que he escrito sobre el cómic de“Las aventuras de Tintín”: “Los cigarros del Faraón”,pulsar aquí>>>