“Los faros, dicen guían en la oscuridad. Pero no es del todo cierto, o al menos no es toda la verdad.
Los faros lucen soberbios eróticos alzados en las más altas lomas.
Cuando un haz de luz lame el horizonte acuoso una perla brilla en el fondo.
Cuando la luz en su giro se arrastra sobre la tierra varias luciérnagas se aman a ligeros intervalos”.
(Mar Gómez Yáñez).
Faro de Cabo de Gata a la puesta de sol
En Nuestra Memoria, hay guardada una imagen, que (desde la más tierna infancia) nos ha seducido a todos: la vista de la silueta de un faro, con su espigado contorno geométrico…
Su luz, en las oscuras noches, solitaria y silenciosa, tiene una atracción casi magnética, hipnótica: con su perfecta y matemática cadencia... barriendo los confines del horizonte marino... monótona... segura…
Vista del Faro de Cabo de Gata desde la Cala del Corralete
Cada edificio y cada torre son diferentes: en su altura y su situación respecto al mar; así como en la cadencia de la emisión de sus señales lumínicas (que las identifica, son como su “carnet de identidad marino”...).
Un dedo de luz se desliza sobre las olas del mar en señal de aviso… gracias a él, miles de vidas humanas, no fueron víctimas de la crueldad del mar.
Faro de Cabo de Gata. Silueta a la puesta de sol
“En el reino del mar hay dos guardas, San Cristóbal y Polifemo.
¡Tres ojos sobre el viajero errante!”.
(Federico García Lorca, poema “Guardias” de su obra inacabada “Cielo bajo. Suites”).
Faro de Cabo de Gata desde el mirador
Su ubicación, en puntos geográficos prominentes y destacados, los enlaza y vincula, en muchas ocasiones, con lugares de arcanos poderes o de cultos antiguos, otorgándoles un especial halo mágico...
La Real Academia Española, nos dice de la definición de “faro”: (Del lat. pharus, y este del gr. φάρος). 1. m. Torre alta en las costas, con luz en su parte superior, para que durante la noche sirva de señal a los navegantes. 2. m. Farol con potente reverbero.
“Mientras se navega, el paisaje terrestre cobra una dimensión dudosa, una lejanía incierta y todo puede llegar a ser inconstante, hipotético, insospechado... Algo nos tranquiliza si lo que divisamos es la parpadeante luz de un faro, que nos saluda con ese guiño tan característico... Sin ellos la navegación estaría expuesta a los peligros ciertos de la costa: escollos, islotes, arrecifes, bajíos y demás accidentes geográficos prácticamente ilocalizables de noche". (José Manuel Caballero Bonald (1.926 - 2.021), ”Mar adentro”(2.002).
"Hasta que la última luz de éste Faro se desvanezca...", foto de Paco Farero
A lo largo de la Historia, los faros han acompañado al hombre: ayudando a la navegación y contribuyendo al progreso de la Humanidad.
Ahora, en ésta época que nos ha tocado vivir, donde todas las cosas se suceden con demasiada rapidez, donde el vértigo de la tecnología hace que ella misma envejezca a ritmo galopante, la utilidad de estas estaciones de señales marítimas, de nuestros faros, ha sido llevada a debate, siendo tachados de ser unas antiguallas obsoletas, de su inutilidad en estos tiempos donde la navegación por señales de satélite se ha convertido en lo más cotidiano, de ser un “gasto público” que se debe eliminar...
Faro de Punta Sardina - Gran Canaria
Pero los faros son un icono, una referencia, un símbolo, un testigo mudo; son hitos en nuestro paisaje y parte de nuestro litoral marino, que se mantienen, como desde el inicio de “su tiempo”: erguidos y fuertes, inmutables, como orgullosos de su cotidiana labor y de su larga y provechosa historia.
Cuando una persona, se encuentra en alta mar, navegando a bordo de un barco, el divisar la luz de un faro en la noche, da una enorme sensación de tranquilidad, seguridad, de compañía y a la vez de alborozo...
Temporal en el Faro de la isla de Mouro - Santander
“FARO”
“Lentamente apareces: olorosa cristalina, sutil y transparente. Lentamente el azul, desde tu frente, reluce su cascada prodigiosa.
Lentamente me ofreces la gozosa presencia de tu cuerpo. Lentamente tejes manto de luz incandescente que me libra de ruta tenebrosa.
Y rehabilitado en tí navego el mar de la esperanza renacida y surco el litoral como un corsario.
Que eres viento de amor, bandera y fuego, que eres mi sola patria revivida, mi brújula, mi sol y calendario”.
(José Juan Berbel, de su libro “En paradero desconocido”).
Faro Torre de Hércules - La Coruña
Solo por disfrutar del privilegio de recibir su característica y desinteresada luz (que no sabe de ideologías, para la que no hay fronteras y que domina el idioma universal del mar...), se justifica plenamente la existencia de los faros, que como grandes y entrañables gigantes, como mitológicos “cíclopes”: inmóviles, pero aún “vivos”… mientras su imperturbable ojo, resplandeciente, alumbra en la oscura noche hacia la azul inmensidad... tratando de guiar, a los intrépidos navegantes que faenan o pasan por sus dominios costeros… barridos por su haz de luz parpadeante, proporcionando una señal, un punto orientador en el horizonte... que les ayude a corregir posibles errores de desviación (ocasionados por las corrientes marinas) y les lleve a buen puerto…
Faro de Mesa Roldán
Pero los faros existen, gracias a un numeroso grupo de personas... que los han proyectado, construido y mantenido… que han procurado, día a día, que su sempiterna luz nocturna, ilumine y guíe a los navegantes… Muchas gracias a todas esas personas, que a lo largo de la historia, han contribuido a que la vida de las gentes de la mar, haya sido y sea, más fiable y segura… en especial a los torreros, fareros, técnicos de señales marítimas y también a sus abnegadas familias, infatigables en su humanitario servicio.
Faro de Cabo de Gata
“Cómo llenarte, soledad, sino contigo misma… De niño, entre las pobres guaridas de la tierra, quieto en ángulo oscuro, buscaba en tí, encendida guirnalda, mis auroras futuras y furtivos nocturnos, y en tí los vislumbraba, naturales y exactos, también libres y fieles, a semejanza mía, a semejanza tuya, eterna soledad. … … Acodado al balcón miro insaciable el oleaje, oigo sus oscuras imprecaciones, contemplo sus blancas caricias; y ergido desde cuna vigilante soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres, por quienes vivo, aun cuando no los vea; y así, lejos de ellos, ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres, roncas y violentas como el mar, mi morada, puras ante la espera de una revolución ardiente o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista”.
Fragmento del poema “Soliloquio del farero”, de Luís Cernuda. “Invocaciones” (1.934 - 1.935)
Faro de la Polacra
En el entorno del Parque Natural “Cabo de Gata - Níjar”, hay tres (3) Faros:
"Desde la Sierra de Gata", foto de Rafael Ruiz Gómez
Para acceder a unas breves “Notas Históricas” sobre los Faros en España, pulsar aquí>>>
Para una información completa y detallada sobre los Faros de la provincia de Almería, recomiendo la lectura del libro “Faros de Almería. Mucho más que señales marítimas”, de Mario Sanz Cruz. Instituto de Estudios Almerienses. Diputación de Almería | 2.007.
Atardacer en el Faro de Cabo de Gata y el Arrecife de las Sirenas
“Para quien viene de África, esto es Europa; para quien llega de Europa, esto ya es África. Y de este modo los faros marítimos parecen confundirse aquí, y sólo aquí, con las antiguas torres de los vigías, lo que lanza al mar un haz de luz y lo que mete en tierra la voz de alarma. La hospitalaria luz, la inhóspita voz. La luz que guía a los cautivos, la voz que previene del corso a los que acaso no valorarán su libertad hasta que la pierdan”.
(Andrés Trapiello. “Cabo de Gata, Lugar de la Inminencia”, Prólogo para el libro “Al Fin y al Cabo”, de Pérez Siquier).