Yo, el planeta Vulcano que conozco (por la serie de televisión norteamericana “Star Trek”, 1.966 - 1.969) es el ancestral hogar familiar del señor Spock; oficial científico y primer oficial de la nave estelar USS “Enterprise” (NCC-1701).
Pero Gene Roddenberry (1.921 - 1.991), creador de la serie, no se sacó ese nombre de la manga o de la chistera. El planeta existía. O al menos existía, en la “imaginación” de los astrónomos del siglo XIX. Entre los científicos de los siglos XVII y XVIII, ya se “especulaba” con la existencia de un planeta situado entre Mercurio y el Sol, el noveno del sistema solar. Así, astrónomos como Christoph Scheiner (1.575 - 1.650), Capel Lofft (1.751 - 1.824) y Franz von Gruithuisen (1.774 - 1.852), observaron, en distintos momentos, cuerpos opacos pasando por delante del sol. Nota: Hoy sabemos que lo que estaban viendo eran manchas solares, regiones de la superficie solar con una temperatura más baja y una intensa actividad magnética, y reconocibles a simple vista. Creían que había un planeta “escondido” más allá de Mercurio, uno que habría pasado inadvertido a los antiguos. Incluso le pusieron nombre. Por su cercanía al Sol, al astrónomo británico Thomas Dick (1.774 - 1.857) se le ocurrió llamarlo “Vulcano”, como el Dios Romano del Fuego, el herrero divino. Nota: Tenía sentido, pues, por la luz que desprende el Sol, un cuerpo tan pegado a él sería imperceptible, a no ser que pasara por delante. La búsqueda del planeta Vulcano, se convirtió en una obsesión científica. A modo de muestra: el astrónomo alemán Heinrich Schwabe (1.789 - 1.875), estuvo observando el cielo todos los días claros entre los años 1.826 y 1.843, sin ningún éxito. Y, de repente, en Diciembre de 1.859, Edmond Modeste Lescarbault (1.814 - 1.894) ve pasar un objeto, que sin duda tiene que ser Vulcano. Nota: Edmond es un médico francés, residente en Orgères-en-Beauce, sin formación en astronomía, que desde el año 1.853 viene observando el espacio con un telescopio refractario que se ha fabricado él mismo. Ayudado de un viejo reloj y del metrónomo con el que toma el pulso a sus pacientes, y observando su ubicación y dirección, calcula que ha tardado 1 hora, 17 minutos y 9 segundos en pasar por delante del Sol. Y calcula las características de “Vulcano”: Está a 21 millones de kilómetros del Sol, y su período orbital (el tiempo que tarda en dar la vuelta al Sol) es de 19 días y 17 horas. Eufórico, el médico escribe al matemático Urbain Le Verrier (1.811 - 1.877), director del Observatorio de París y el estudioso del espacio más respetado de Francia, porque pocos años antes (1.846), había descubierto el planeta Neptuno. Notas:
Tras recibir la carta, Le Verrier coge el primer tren hacia Orgères-en-Beauce. Como no existe ninguna prueba directa del avistamiento (la fotografía aún está en sus inicios), el científico tiene que dar por buena la palabra de Lescarbault y sus cálculos rudimentarios. Al cabo de unas semanas, a principios de 1.860, ya está anunciando la noticia en la Academia de Ciencias de Francia, Lescarbault recibe la Legión de Honor y periódicos de todo el mundo anuncian que se ha descubierto un nuevo planeta: “Vulcano”. Sólo faltaba encontrarlo. Sin embargo, pasan los años y no sucede como con Neptuno. Basándose en las predicciones de Le Verrier, astrónomos de todo el mundo buscan “Vulcano”, pero ninguno lo encuentra. Y los que dicen hacerlo, a menudo se contradicen entre ellos. Todo el asunto se convierte en una controversia, en la cual algunos astrónomos insisten que Vulcano existe y otros lo niegan. Le Verrier no vive para verlo, pero en 1.915, el físico Albert Einstein (1.879 - 1.955) en la Academia Prusiana de las Ciencias, da a conocer su “Teoría de la Relatividad General”, que cambia para siempre el modo de comprender la fuerza de la gravedad, hasta ese momento basado en la mecánica clásica. Einstein demuestra que las desviaciones en la órbita de Mercurio se deben a la curvatura del espacio - tiempo causada por la masa del Sol, y no a un “intruso”. Esto afecta a todos los planetas del sistema solar: todos presentan diferencias en su órbita con respecto a lo establecido por Newton. Lo que sucede es que Mercurio está más cerca de la masa solar, y por tanto su desviación es más acentuada que la de los demás. "Vulcano fue expulsado del cielo astronómico para siempre", escribió el escritor Isaac Asimov (1.920 - 1.992) en su ensayo científico "El planeta que no fue" de 1.975. Nota Final: Ilusión Infantil
Me encantaría imaginar… que quizás Asimov debió especificar que fue expulsado de nuestro Sistema Solar… y, que en un momento futuro, el hombre al "alcanzar lugares (del espacio) donde nadie ha podido llegar", siguiendo las cartas de navegación estelar (televisivas) del USS “ENTERPRISE”... encuentre a “Vulcano” y al señor Spock.
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AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Abril 2024
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