Sobre la Gaseosa
Las primeras bebidas carbónicas las encontramos en la época de los romanos, que ya conocen y aprecian las aguas efervescentes naturales y que incluso las envasan para destinarlas al consumo de las clases acomodadas. Creían que tenían propiedades curativas, en especial para los problemas digestivos, y a menudo les añadían miel o zumos azucarados.
El embotellado comercial de aguas minerales naturales se inicia en Europa a mediados del siglo XVI, con Spa - Bélgica, Vichy - Francia, Ferrarelle - Italia y Apollinaris - Alemania. En el siglo XVIII, los manantiales minerales y efervescentes naturales de Europa se convierten en populares retiros de salud y destinos curativos. Las bebidas carbonatadas, o refrescos, como solemos llamarlos, tienen como origen la humilde "Gaseosa", y ésta nace como un remedio medicinal para las dolencias de estómago. Hay que volver atrás en el tiempo, casi tres siglos, concretamente al año 1.741 en Inglaterra. Al doctor William Brownrigg (1.712 - 1.800) de Whitehaven (condado de Cumberland) se le ocurre la brillante idea de inyectar ácido carbónico en un envase con agua mineral… se sorprende, al ver que el líquido, burbujea… y decide hacer negocio: embotellándolo y vendiéndolo. Acaba de nacer, la versión primitiva de la Gaseosa. Parece que no es del agrado de los consumidores de entonces… y fue un fracaso comercial. Veinte y seis años después, en 1.767, el científico inglés Joseph Priestley (1.733 - 1.804) descubre por primera vez un método para mezclar agua con dióxido de carbono y producir agua carbonatada. Y, cuatro años más tarde, en 1.771, el químico sueco Torbern Olof Bergman (1.735 - 1.784) inventa un aparato que produce agua carbonatada a partir de tiza, mediante el uso de ácido sulfúrico. Cuando un compuesto de carbonato como tiza, bicarbonato de sodio, carbonato de sodio o carbonato de magnesio se mezcla con un ácido como el ácido tartárico, cítrico o málico y se introduce humedad, se produce una reacción química que libera gas carbono. Las bebidas gaseosas se denominan “refrescos” por este motivo. Nota: “Al hablar del primero a quien se le ocurrió añadir anhídrido carbónico al agua, es decir, fabricar soda, tenemos que referirnos a otro nombre mítico en la industria de las bebidas gaseosas, Schweppes, y más concretamente a su creador, Johann Jacob Schweppe (1.740 - 1.821) un empresario alemán que desarrolló un procedimiento para fabricarlas. La empresa inició sus trabajos en Ginebra, en 1.783. En 1.792 se trasladaría a Londres y, años después, empezaría a producir la famosa tónica; cuyo primer uso, por su contenido en quinina, sería medicinal. Los soldados del Imperio Británico la utilizaron, sola o mezclada con ginebra (cuyo origen, ¡cómo no!, también se atribuye a un médico, Franciscus Sylvius, 1.614 - 1.672), para combatir la malaria y otras fiebres. Recientemente, la relación entre la tónica Schweppes y la medicina se reactivó -si se me permite la digresión- al ponerle cara a la publicidad de la compañía el actor Hugh Laurie (Oxford, Inglaterra, 1,959), conocido internacionalmente por su interpretación del “Dr. House” (“El Dr. Philip S. Physick y la gaseosa” - Canal Medicina, Historia y Arte). Nueva York, 1.807. El doctor Philip Syng Physick (1.768 - 1.837) considerado el “Padre de la Cirugía Americana”, utiliza el mismo sistema para crear, junto a un químico amigo suyo (el farmacéutico de Filadelfia, Townsend Speakman), un agua carbonatada para tratar los problemas de estómago, a la que llamó “Nephite Julep”… por sus características químicas (es agua que contiene ácido carbónico, el cual, al descomponerse, produce burbujas cuando la bebida se despresuriza), se empleaba tanto para calmar la sed, como con fines medicinales. El ingrediente que abre las puertas al consumo masivo, es añadirle un edulcorante (jarabe de frutas), para hacerle el sabor más agradable. El doctor Syng, tiene entre sus pacientes a nombres tan distinguidos como Benjamin Rush (1.746 - 1.813), uno de los “Padres Fundadores” de los Estados Unidos; las hijas de los presidentes John Adams y James Monroe; el presidente Andrew Jackson (1.767 - 1.845); el general Winfield Scott (1.786 - 1.866) y John Marshall (1.755 - 1.835), el célebre jurista, presidente de la Corte Suprema americana durante más de tres décadas. El brebaje del doctor Syng no deja de ser un "medicamento" de la época, por lo que las personas sanas… no tenían ninguna razón para beberlo… El impulso final, viene en 1.832, cuando John Matthews (1.808 - 1.870), conocido como "El Rey de las Fuentes de Soda", inventa un sistema para saturar el agua con gas carbónico de forma industrial y establece su planta de fabricación de gaseosa, en el número 55 de la Calle Gold, en la ciudad de Nueva York. Nota: el polvo de mármol que utilizaba en el proceso para saturar el agua, lo consiguió al comprar el material sobrante de la construcción de la Catedral de San Patricio de Nueva York, situada en el Lado Este de la Quinta Avenida, entre las calles 50 y 51, frente al Rockefeller Center. “En la tienda de un perfumista de Pensilvania en 1.838. El francés Eugene Roussel, estaba vendiendo agua con gas en su perfumería en Filadelfia. Con el ingenio que caracteriza a los franceses al tratar con el sexo opuesto, Roussel decidió agregar sabores a las bebidas de sus clientes. ¡Voilá! A pesar del enorme interés y competencia por el negocio del agua con gas, nadie había pensado en agua con gas aromatizada hasta entonces, y así de fácil la industria de las gaseosas experimentó su propia Revolución Francesa!” (“John Matthews Father of the Soda Fountain”, de Donald Yates - “Bottles and Extras” - Verano 2.006). Las primeras gaseosas se envasan en botellas de vidrio que se cierran con un corcho y una cuerda. Con el paso del tiempo, se van perfeccionando los sistemas de cierre para ir adaptándose a las necesidades de los consumidores y del sistema de distribución. Nota sobre el Vidrio: Una leyenda, transmitida oralmente dice que unos mercaderes fenicios que se dirigían hacia Egipto para vender un preciado mineral conocido como natrón (carbonato de sodio, utilizado en la momificación de los cadáveres, así como en la fabricación de fayenza); se detuvieron a hacer noche a orillas del río Belus (hoy conocido como Naaman ó Queiq y cuya desembocadura se encuentra junto a la ciudad costera de Acre). Como no tenían piedras para calentar su comida, decidieron utilizar trozos de natrón… y, a la mañana siguiente, vieron asombrados, que las piedras de natrón se habían fundido con la arena de la playa, creando un material duro y brillante: ¡el Vidrio!. La fabricación del vidrio florece en Egipto y Mesopotamia hacia los años 1.200 A.C., produciendo un preciado vidrio claro con sílice pura, que es coloreado con azul y verde, y que presionado sobre moldes, forma envases como vasijas y platos. En 1.872, el ingeniero inglés Hiram Codd (1.838 - 1.887) patenta la botella “Codd”, popularmente llamada “gaseosa de pito”, puesto que en su interior hay una bolita de cristal, similar a una canica, que hace de tapón, e impide la salida del líquido por efecto del gas. Las botellas eran llenadas boca abajo y para servir la bebida, la bola era empujada hacia una cámara para no obstruir el líquido. Esta botella se convirtió en un estándar en Europa y el Imperio Británico. En la Exposición del Centenario de la Independencia de los Estados Unidos, celebrada en Filadelfia en 1.876, se exhiben los últimos inventos, “gadgets” y maquinaria. Y, en ella, James Walker Tufts (1.835 - 1.902) y Charles Lippincott, se asocian y pagan 50.000 dólares por los derechos exclusivos para vender refrescos, hielo y helados de crema, instalando unas ornamentadas fuentes de refrescos, de diez metros de altura, fabricadas con mármol de diferentes colores, con grifos elaborados y unas colgantes lámparas de araña adornadas con helechos. El éxito fue espectacular. William Painter (1.838 - 1.906), operador de un taller mecánico de Baltimore, revoluciona la industria de los refrescos cuando en 1.892, inventa el tapón de corona (la popular “chapa”). Se inspiró en la creciente popularidad de las bebidas carbonatadas, que estaban ampliamente disponibles en farmacias y pubs en la década de 1.880, pero que planteaban un desafío en cuanto a su envasado. De diseño pequeño, el "tapón de corona” ó “sello de botella de corcho de corona" utilizaba una tapa de metal revestida con un disco de corcho delgado para mejorar el sellado y proteger la bebida de la toxicidad del metal e impedía el escape del dióxido de carbono, que crea las burbujas, de las bebidas embotelladas. Los anteriores tapones que se habían utilizado en las botellas de vidrio eran generalmente de corcho, metal o porcelana, que tenía el inconveniente de hacer que la bebida fuera tóxica y, por tanto, imbebible, en caso de contacto con el contenido de las botellas. Fueron diseñados para un solo uso, eran económicos y completamente a prueba de fugas. A fines del siglo XIX, el éxito de la Gaseosa fue imparable, con distintos productos, de todos los sabores y colores: grosella, fresa, mora, granada... Ya en el siglo XX, se popularizaría la típica botella de gaseosa con el conocido cierre de porcelana y alambre. Más tarde, vendrían las botellas con tapón de rosca y, ya en el último cuarto del siglo XX, se empezaron a comercializar los refrescos en otros materiales distintos del vidrio, como el acero y el aluminio de las latas, o el PET de las botellas de plástico.
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AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Mayo 2024
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