Dice el Diccionario de la Real Academia Española de ésta palabra: "Del lat. “adolescentia”, que deriva del verbo latino “adolescere”: “empezar a crecer” y que significa "cualidad del que es mayor que un niño, pero menor que un adulto". Sus componentes léxicos son: el prefijo ad- (hacia), alere (nutrir, criar, hacer crecer), -nt- (agente, el que hace la acción), más el sufijo -ia (cualidad). 1. Periodo de la vida humana que sigue a la niñez y precede a la juventud". 2. f. Edad que sucede a la niñez y que transcurre desde que aparecen los primeros indicios de la pubertad hasta el completo desarrollo del cuerpo”. En éste periodo, se producen en la persona, intensos cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales. La adolescencia es una etapa necesaria e importante para hacernos adultos. Pero esencialmente es una etapa con valor y riqueza en sí misma, que brinda infinitas posibilidades para el aprendizaje y el desarrollo de fortalezas. Es una etapa desafiante, de muchos cambios e interrogantes para los adolescentes, pero también para sus padres y adultos cercanos. La Organización Mundial de la Salud define a la adolescencia como el período de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años. Independientemente de la dificultad para establecer un rango exacto de edad es importante el valor adaptativo, funcional y decisivo que tiene esta etapa. La adolescencia es una etapa de florecimiento, de proyectos, de descubrimiento de sí mismos y del entorno. Nuestro rol como adultos es justamente el de colaborar para que esto fluya y habilitar a que pase, sin bloquearlo o retardarlo. Por eso, es fundamental que los padres y educadores de los adolescentes tengan presente que el gran objetivo al transitar la adolescencia es que puedan aprender a tomar decisiones, aprender de sus errores, hacerse cargo de sus actos, responder con libertad, funcionar con responsabilidad y crecer en autonomía, para poder llegar a ser adultos saludables. Empatía, comprensión y conocimiento de lo que ocurre en el cerebro de los jóvenes son básicos para sobrellevar la adolescencia. “Cuando aceptamos esto, comprendemos que abordarla como una posibilidad de mejora nos permitirá enfocarnos de modo positivo en nuestro hijo o hija y así ayudarle a encontrar su camino” (Javier Quintero Gutiérrez del Álamo, doctor psiquiatra y autor del libro “El cerebro adolescente: Una mente en construcción” , 2.020). Hasta hace relativamente poco, la ciencia no había prestado demasiada atención a la evolución del cerebro en la adolescencia. Sin embargo, las últimas investigaciones de la neurociencia permiten entender los cambios que los más jóvenes experimentan en este órgano y en su comportamiento. Si durante los primeros años de vida la principal característica del cerebro es el crecimiento, en la adolescencia son la organización y la maduración. “Estudios recientes han descubierto que durante la adolescencia, la producción de mielina es constante, siendo esta la clave en la maduración del cerebro. Podríamos decir que nos hacemos adultos cuando ha madurado de manera suficiente, lo que no siempre ocurre a los 18 años”. Desde el punto de vista biológico es el periodo más sano de la vida y la mayoría de los jóvenes se sienten con buena salud. Sin embargo, es una etapa de grandes riesgos, ya que la mayoría de los problemas y necesidades de salud del adolescente se extenderán a la edad adulta: uso de drogas, conductas sexuales arriesgadas, obesidad, embarazos, violencia, problemas nutricionales, de salud mental… y tendrán una repercusión en su estilo de vida y salud futura. Los adolescentes no forman un grupo homogéneo y cada uno responde a las situaciones de la vida de forma personal y única, influido por diferentes factores de riesgo y protección (resiliencia). “Se mueven por el aquí y el ahora y se dejan llevar por las emociones. Se ven suficientemente mayores para tomar decisiones o emprender acciones, pero no son conscientes de sus limitaciones. Se sienten poco vulnerables, creen que todo lo pueden conseguir y que nada les puede ir mal” (Javier Quintero Gutiérrez del Álamo). El comportamiento de los jóvenes ha cambiado. Son consumidores de moda y tecnología, la cultura del ocio ha sustituido al esfuerzo personal, hay una tendencia al aislamiento social y al uso de redes sociales. Los adolescentes de hoy en día no son mejores ni peores que en otras épocas, sino que su comportamiento es el reflejo de la sociedad que les ha tocado vivir. La familia es un pilar básico en los jóvenes que también ha cambiado. Se ha reducido su tamaño, hay nuevas formas familiares, han aumentado las separaciones, los padres son más permisivos… Por tanto, ya que los adolescentes son el reflejo del entorno y la familia que le rodea, será importante: A nivel familiar: dedicarles tiempo de calidad y hacerles sentir queridos, premiar sus logros y favorecer el desarrollo de amistades. Hay que procurar desarrollar un equilibrio entre apoyo, tolerancia y límites adecuados… o cómo dice el médico psiquiatra Javier Quintero Gutiérrez del Álamo: “Quizás la clave la podríamos encontrar en el punto de equilibrio, que lo vamos a encontrar en un espacio intermedio, entre lo que los padres piensan y lo que el adolescente cree”. A nivel comunidad: promover actividades recreativas, educacionales, deportivas y sociales para adolescentes, dar apoyo a las familias y ofrecer servicios integrales de salud y educación para adolescentes. La adolescencia se suele dividir en tres etapas:
En la adolescencia se logra el 25% de la talla adulta y el 25-50% del peso ideal del adulto. Los cambios más llamativos tienen lugar en la esfera sexual, ya que en esta etapa se adquiere la fertilidad. En las chicas, el primer signo de desarrollo puberal es el aumento del botón mamario que se inicia a los 8 años. El pico máximo de velocidad en altura ocurre pronto, mientras que la primera menstruación es un evento tardío (12,8 años) y señala la disminución del crecimiento (media 7 cm). En los chicos, la pubertad puede suceder 2 años más tarde. El primer signo de desarrollo puberal es el aumento del volumen testicular, que puede aparecer alrededor de los 9 años. El pico de máxima velocidad en altura es tardío. La adolescencia constituye una etapa puente, en la que se abandonan comportamientos y actitudes infantiles para encaminarse a formar la identidad de un individuo joven. Las emociones son clave en nuestro aprendizaje, es la energía que nos impulsa a ello. Además, facilitan la consolidación de lo adquirido. Cuanto más motivado esté un adolescente, más fácil será que lo haga, más fácil será que se esfuerce y se supere a sí mismo. Aunque el aprendizaje es algo de lo que disfruta el cerebro en formación de un adolescente, no ocurre lo mismo con el esfuerzo. Por ello, cuando no consigue sus objetivos aparece la frustración, una emoción negativa que intentará evitar en el futuro, esforzándose menos. Adolescencia temprana: 10-13 años Los adolescentes tienen menos interés por los padres (los cuestionan y se alejan de ellos) y cambian su comportamiento y su humor. Se produce un vacío emocional que en ocasiones se manifiesta por la disminución del rendimiento. Sienten preocupación por su cuerpo y los cambios. Se hacen preguntas como “¿soy normal?”. Los padres tienen que saber dar respuesta y tener cuidado con los comentarios para mantener su autoestima y su seguridad. Tienen un gran interés por amigos del mismo sexo, cuyas opiniones adquieren gran importancia. Por eso es importante procurar que sean relaciones que aporten valores positivos: deporte, música… Existe una gran presión del grupo en la toma de decisiones. En esta etapa mejoran las capacidades cognitivas, aparecen objetivos vocacionales idealistas e irreales como convertirse en modelos, estrellas de rock…, y tienen una necesidad de intimidad (diaria). Además, empiezan con la falta de control de impulsos, desafiando a la autoridad y dando lugar a conductas arriesgadas o peligrosas. Aparecen los primeros noviazgos. Consejos para padres:
Decálogo de buenas prácticas con el uso de la tecnología:
Adolescencia media: 14-17 años Es la época de máximo conflicto con los padres, ya que tienen afán de contradicción. Se vuelven más independientes, con personalidad e intereses propios, aunque los padres todavía son muy importantes. Comienza la aceptación de sus cuerpos y tienen interés por hacerlos más atractivos. Hay que extremar la precaución porque son muy sensibles a los mensajes publicitarios y a las modas. Esta es la etapa de máxima interacción con los amigos y sus valores, las diferentes formas de vestir… y se separan más de la familia. Empiezan, también, las relaciones heterosexuales. Aumenta su capacidad intelectual y creativa. Los objetivos no son tan idealistas y van notando sus limitaciones. Es importante tener mucho cuidado con la autoestima. También aparecen los sentimientos de omnipotencia e inmortalidad que conducen a comportamientos de riesgo: accidentes, drogadicción, embarazos… Consejos para padres:
Adolescencia tardía: 18-21 años En esta época los adolescentes reaceptan los valores y consejos paternos. Siguen dependiendo de los padres, ya que tienen dificultades para conseguir la independencia económica. Se completan el crecimiento y el desarrollo puberal, los cambios son aceptados, pero la imagen preocupa si hay alguna anomalía. Los amigos y el grupo son menos importantes. Empiezan las relaciones íntimas y se establecen las parejas. Durante esta fase, los adolescentes desarrollan sus propias opiniones y su personalidad. Se muestran más preocupados por sus estudios, planes y trabajo futuros. Hay una delimitación de valores religiosos, morales y sexuales y se establece la capacidad de comprometerse y fijar límites. Hay que saber conocer todos estos cambios e intervenir cuando se generen conflictos que puedan repercutir en su salud y en la familia. FRASES Y DICHOS POPULARES SOBRE LA ADOLESCENCIA
2 Comentarios
Ana Belen Guerrero Moreno
6/6/2023 11:24:56 pm
Gracias Antonio buen trabajo
Responder
PACO P.M.
7/6/2023 07:45:07 am
He leído tu articulito con interés, pues siempre trabajé con adolescentes, y me alegro de que hoy la psicología evolutiva se preocupe de esta importantísima y difícil etapa en la vida de los seres humanos y ponga conocimientos verdaderamente científicos al servicio de la pedagogía y la educación. Ya es hora de dejar atrás una pedagogía que no se apoyaba en la psicología evolutiva del niño, púber, adolescente, sino que utilizaba mandamientos y reglas de urbanidad estrictas como base en que apoyar la educación, una educación alejada de la forma en que los adolescentes tienen de sentir, percibir y construir el mundo.
Responder
Dejar una respuesta. |
AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Mayo 2024
Categorías |