Prólogo
El lunes, 10 Mayo 1.869, con la famosa ceremonia “Golden Spike” (Clavo de Oro), el Primer Ferrocarril Transcontinental de Estados Unidos comienza a enviar trenes que atraviesan el país, de Este a Oeste, y el miércoles, 17 Noviembre del mismo año, es inaugurado el Canal de Suez, conectando el Mediterráneo con el mar Rojo y el océano Índico.
Tres años después, literariamente y de la mano del escritor francés Julio Verne (Nantes, 8 Febrero 1.828 - Amiens, 24 Marzo 1.905), entre Noviembre y Diciembre de 1.872, Phileas Fogg y su ayudante, Jean Passepartout (“Picaporte”, en castellano) completan su hazaña de dar la Vuelta al Mundo en 80 días (para fastidio de los flemáticos caballeros del londinense “Reform-Club” que han apostado en su contra). Fogg ha apostado veinte mil libras que tiene depositadas en casa de Baring hermanos (la mitad de su fortuna) a que era capaz y se sale con la suya… “Cuando Julio Verne publicó su novela “La vuelta al mundo en 80 días”, se desató una fiebre planetaria por descubrir si alguien sería capaz de lograr semejante proeza. La que lo consiguió no fue un adinerado caballero al estilo de Phileas Fogg, sino una mujer intrépida, y el motivo para hacerlo no fue una apuesta en un club, sino un trabajo periodístico. La aventura de Nellie Bly parecía una historia de Julio Verne en el mundo real” (Raquel Piñeiro, “Nellie Bly, la intrépida periodista que consiguió dar la vuelta al mundo en 72 días”, ELLE, 9 Marzo 2.022). Década y media después, Nellie Bly (joven periodista de 25 años) también quiere “realmente”, salirse con la suya… emulando en la realidad la ficción escrita por el maestro de las aventuras y la ciencia ficción. Aunque muchos también apuestan en su contra: “una mujer nunca podrá hacer un viaje así, sin la protección de un hombre…”. Está claro que no conocen bien a Nellie Bly… “Nellie Bly”
Pero ¿Quién es Nellie Bly?.
Su nombre real es Elizabeth Jane Cochran y ha nacido el jueves, 5 Mayo 1.864, en un pequeño pueblo de Pensilvania (Cochran´s Mills, situado a 16 km de Pittsburgh) que lleva el nombre de su padre, el juez Michael Cochran. Su madre se llama Mary Jane. Es su decimotercera hija. Tiene los ojos verdes y es conocida como “Pink”, porque a menudo se viste de color rosa. Cuando crece, quiere distanciarse de ese estereotipo femenino y se hace llamar “Cochrane” (en referencia a su apellido). Después de la muerte de su padre cuando ella tiene sólo 6 años, la familia pasa tiempos difíciles (al fallecer su padre sin hacer testamento y tener tantos hijos… la casa familiar, acabó subastada). Su madre se vuelve a casar (con un hombre llamado Jack) pero la relación se deteriora (debido a la crueldad del marido y su adicción al alcohol) y termina en divorcio (1.879). Elizabeth Jane tiene que abandonar la escuela y sus ambiciones de ser maestra. En 1.880, la familia se muda a Pittsburgh, donde acogen a huéspedes para poder sobrevivir. En 1.885, Elizabeth Jane lee un artículo sexista en el periódico “The Pittsburgh Dispatch” que va a cambiar su vida. El artículo, titulado "Para qué son buenas las chicas", critica a las mujeres por intentar obtener una educación, forjar una carrera o alejarse demasiado de su hogar. El escritor incluso expresa un apoyo (supuestamente irónico) a la práctica del infanticidio de niñas. En respuesta a ése artículo y bajo el seudónimo de “Solitaria Chica de Orfanato”, Elizabeth Jane envía una “Carta al Director” que impresiona tanto al editor (George A. Madden), que éste publica la carta… y le envía una invitación, a través de un anuncio en el periófico, para que su autora revele su identidad y se pase por su oficina. Elizabeth Jane va a la Redacción del periódico… y Madden le sugiere que escriba una respuesta completa al artículo ofensivo… y el texto resultante (“El rompecabezas de la chica”), le asegura un trabajo a tiempo completo. Elizabeth Jane se va a convertir en una pionera, forjando una carrera en la vanguardia del periodismo con un nuevo nombre: “Nellie Bly”. Es Madden quien le sugiere el seudónimo, “Nelly Bly” (nombre del personaje afroamericano de una canción popular del cantautor Stephen Foster, 1.826 - 1.864)... que finalmente, se convierte en “Nellie Bly”. Nellie aborda delicadas cuestiones sociales de la clase obrera y sus duras condiciones de trabajo (sobre todo de las mujeres). Las críticas y amenazas de los anunciantes hacen que le impidan hacer ese tipo de trabajo… Nellie es reasignada a las “páginas femeninas”, donde debe escribir sobre jardinería, moda y sociedad… lo que provoca su indignación, renuncia a su puesto y se marcha. Con 20 años recién cumplidos, viaja a México, en compañía de su madre, donde trabaja como corresponsal extranjera independiente, hasta que sus escritos, que critican duramente al presidente Porfirio Díaz (Oaxaca de Juárez, Oaxaca; 15 Septiembre 1.830 - París, Francia; 2 Julio 1.915), llaman la atención del Gobierno: es amenazada con meterla en la cárcel y se ve obligada a marcharse. Nota: De sus experiencias periodísticas en México, “Nellie Bly” escribe el libro “Seis meses en México”, que dedica al Editor del periódico “Pittsburg Dispatch”, George A. Madden y publica en Nueva York (“American Publishers Corporation”), en 1.888. Para leerlo, pulsar aquí>>> De vuelta en EE.UU. y tras pasar un tiempo en Pittsburgh, en 1.887, con 23 años de edad, “Nellie Bly” se marcha a Nueva York. Cuando lleva allí 4 meses y ya no le queda dinero, obtiene su primera primicia tras aceptar un encargo de investigación periodística encubierta para el periódico “New York World” del prestigioso periodista Joseph Pulitzer (Makó, Hungría, 10 Abril 1.847 - Charleston, EE.UU., 29 Octubre 1.911), el gran transformador de la prensa en el siglo XIX. “Nellie Bly” lleva poco más de 2 años trabajando en el “New York World” (un periódico publicado desde 1.860 y popular por su estilo sensacionalista). La periodista ya se ha hecho un nombre en la Redacción, gracias a su célebre artículo de investigación sobre un asilo psiquiátrico para mujeres: “Nellie” finge estar enferma, ser una paciente con problemas mentales que vive en una pensión para mujeres y se hace ingresar en un hospital psiquiátrico, el siniestro manicomio de “Blackwell's Island” (hoy “Roosevelt Island”), de Nueva York. Al salir, publica un libro titulado “Diez días en un manicomio”, en el que, las personas a las que de forma habitual se trata de forma despectiva como “locas”, aparecen descritas de forma humana y compasiva, y se denuncian las lamentables, terribles y pésimas condiciones y abusos que sufren en la institución… que empeoran a las personas, en vez de curarlas… y describe al manicomio como una trampa para ratas humanas, donde es fácil entrar, pero imposible salir. El éxito del libro es inmediato y causa un enorme escándalo. Consecuencia: una investigación oficial que se salda con una reforma estatal de la forma de trabajar de los trabajadores con los enfermos y el considerable aumento del presupuesto del Hospital Psiquiátrico en 1 millón de dólares. Nellie ya se ha establecido como pionera en el peligroso campo del periodismo de investigación inmersivo o encubierto, que sigue siendo su especialidad. Continúa criticando varias injusticias, incluidas las condiciones laborales extremas para las mujeres en las fábricas y el destino de los bebés no deseados. Después del éxito del reportaje de “Blackwell 's Island”, Nellie lee la novela “La vuelta al mundo en 80 días”, de Julio Verne. En esta novela, el escritor francés, deja de lado la ciencia - ficción, e ilustra las posibilidades que ofrece la revolución del transporte en el siglo XIX. Ésta idea cala en el ánimo de Nellie… es un reto… y le propone a su editor batir el plazo propuesto por Verne. "Es imposible que lo hagas", le grita el jefe de redacción del “New York World”, John A Cockerill, cuando Nellie le propone intentar darle la Vuelta al Mundo. "En primer lugar, eres mujer y necesitarías un protector, y aunque te fuera posible viajar sola, necesitarías llevar tanto equipaje que te detendría en hacer cambios rápidos. Además no hablas nada más que inglés, así que no sirve de nada hablar de eso; nadie más que un hombre puede hacer esto". La réplica de Nellie, retrata su espíritu: “Ponga a su hombre en marcha”, dijo. “Yo lo haré el mismo día para otro periódico y le venceré”. Y éste argumento, logró convencerle… … John A Cockerill tiene los ojos entornados, los labios apretados y la certeza de que Nellie se va a salir con la suya, otra vez… Una sonrisa del editor y un leve movimiento de la cabeza. “Muy bien, Nellie, muy bien, hazlo… la historia es tuya”. “A la mañana siguiente fui a Ghormley, la modista de moda, para encargar un vestido. Eran más de las once cuando llegué y tardé muy poco en decirle lo que quería: “Quiero un vestido que resista el uso constante durante tres meses”... En unos momentos, había elegido un paño azul liso y un tranquilo plaid de pelo de camello como la combinación más duradera y adecuada para un vestido de viaje”. Nellie Bly y su Vuelta al Mundo en 72 días
Cuando el jueves, 14 Noviembre 1.889, a las 9:40´30”, Nellie parte desde el puerto de Hoboken en New Jersey, en una mañana clara y hermosa… aún resuenan en su cabeza las advertencias y los pésimos augurios de algunos de sus compañeros en el periódico. Su viaje de 40.070 kilómetros, comienza en el muelle de la “Hamburg American Line”, en Hoboken (New Jersey), donde embarca en el transatlántico de lujo alemán “S.S. Augusta Victoria” (el más rápido del momento) con destino a Londres. "Me voy", pensé con tristeza, "y volveré alguna vez?"
Lleva (además del traje que lleva puesto) un solo bolso de equipaje (un bolso “Gladstone”, que mide 41 x 18 centímetros), que contiene, lo que considera esencial: una chaqueta, una bata, varias mudas completas de ropa interior, un camisón, dos gorros de viaje, tres velos, un neceser con artículos de tocador, zapatillas, pañuelos, aguja e hilo, una petaca pequeña, una taza para beber y material de escritura (tintero, plumas, lápices y papel de copia). “Lo único que lamento de mi viaje… fue que en mi salida precipitada olvidé llevar una Kodak”. Nota: En una bolsita de piel de gamuza, atada al cuello, lleva la mayor parte de su dinero (200 Libras Esterlinas en oro, billetes del Banco de Inglaterra y unos pocos dólares norteamericanos). Durante todo el viaje, no se cambia de zapatos ni de vestido, aunque hace los cálculos necesarios para poder lavarlo en varias escalas. Su única indulgencia es un bote de crema para el rostro. Nellie admitió que hacer aquella maleta, había sido el mayor reto de su vida. Durante ésta primera singladura, se siente horriblemente enferma, por los contínuos mareos... y permanece en su camarote tanto tiempo… que el capitán Albers, avisado por su tripulación, va a comprobar si todavía estaba viva. Finalmente, se acostumbra al golpeteo rítmico y balanceador de las embravecidas olas sobre el casco del "S.S. Augusta Victoria"… y llega al puerto de Southampton (jueves, 21 Noviembre) donde Tracy Greaves, la corresponsal del “New York World” en Londres, le tiene buenas noticias: Julio Verne ha oído hablar de la aventura de Nellie y le ha escrito una carta: quiere conocerla en su ciudad natal de Amiens (Francia).
“Estimada Señorita Nellie Bly,
Gracias a los periódicos hemos sabido de la extraordinaria empresa que con enorme tesón e innegable valor está usted llevando a cabo. Nos sentiríamos muy orgullosos de que aceptase nuestra invitación y pudiese visitarnos en nuestra residencia de Amiens, donde podríamos departir relajadamente sobre los pormenores de su viaje.
Atentamente:
Jules y Honorine Verne”.
Eso es tanto un honor, como un riesgo… pues tiene que desviarse de su meticulosamente planeada ruta.
Su primera parada es Londres (viernes, 22 Noviembre), donde visita, acompañada por Tracy Greaves, las oficinas del “New York World”, la Legación Estadounidense (actual Embajada, donde recoge su Pasaporte) y la Compañía de Navegación a Vapor Peninsular y Oriental (P&O), para comprar los pasajes que la van a llevar, al menos, hasta la mitad del viaje… Y de la capital británica a París… pasando al otro lado del Canal de La Mancha por Calais y desviándose hacia Amiens. Tal es la confianza en sí misma de Nellie, que se desvía de la ruta más rápida, para visitar a Julio Verne en su domicilio… para lo que viaja sin parar durante casi 2 días, para llegar a la cita, por carretera, ferrocarril y barco, desde Londres a Boulogne, y luego a Amiens, donde Julio Verne y su esposa la están esperando en la Estación, acompañados por R. H. Sherard, periodista corresponsal del "New York World" en París. “Los ojos brillantes de Julio Verne me miraron con interés y amabilidad, y madame Verne me recibió con la cordialidad de una querida amiga”. Julio Verne la recibe con amabilidad (sábado, 23 Noviembre) y le explica el germen de su novela: “Leí en un periódico ciertos cálculos según los cuales podía darse la vuelta al mundo en 80 días, pero esos cálculos no tuvieron en cuenta los diferentes husos horarios y pensé que ese hecho podría darle un gran final a una novela”. Es probable que nunca hubiese imaginado que una mujer pondría en práctica las hipótesis que había planteado en la ficción. Hablaron de la imparable imaginación de Julio Verne, de los vehículos y los artefactos que aparecen en sus novelas, de las barcazas subacuáticas que recorrieron el Támesis en el siglo XVII, inspiradoras del Nautilus del Capitán Nemo, y del submarino eléctrico de Isaac Peral, botado solo un par de años antes, de avances tecnológicos, de automóviles con motor de combustión interna y de los cables eléctricos que corrían por el lecho marino permitiendo a la periodista enviar sus crónicas casi al instante. Hablaron del presente y del futuro. “Si lo logra en 79 días, la aplaudiré a rabiar” (“Si vous le faites en soixante-dix-neuf jours, je vous applaudirai des deux mains” afirmó Julio Verne. Paralelamente, en Nueva York, las cosas se ponen interesantes. La revista femenina mensual “Cosmopolitan” también ha puesto en marcha a una reportera, Elizabeth Bisland Wetmore (1.861 - 1.929), de 28 años de edad, que ha salido el mismo día, pero viajando en sentido contrario. Mientras tanto, el “New York World” exprime al máximo el reto, que ahora también se ha convertido en una competición: “nuestra intrépida reportera viaja sin la protección de un hombre”. Los lectores no tardan en engancharse a los periódicos reportes telegráficos de Nellie, apostando sobre el número de días que va a necesitar la reportera para completar la Vuelta al Mundo. Tras despedirse de Honorine y Julio Verne, Nellie, en medio de la noche, toma un tren a las 1.30 A.M. para cruzar Francia e Italia y llegar al puerto de Brindisi (lunes, 25 Noviembre) donde aborda el “Victoria”, un barco de vapor que la lleva a través del Mediterráneo hasta Port Said en Egipto (jueves, 28 Noviembre), en el extremo Norte del nuevo Canal de Suez, ingenio que lleva operativo apenas 2 décadas. Contempla los cocodrilos apresados en Port Said como en un zoológico. Nota: Es inevitable que una mujer de 25 años, que viaja sola y con una escuálida bolsa como equipaje, levante rumores. Sus compañeros de cubierta entre Brindisi y Port Said suponen que se trata de una excéntrica heredera americana. Una vez que su barco reposta combustible, continua a través del canal hacia el mar Rojo, deteniéndose el martes, 3 de Diciembre en el puerto de Adén (Yemen), en la península Arábiga. En su libreta de notas, Nellie escribe que los hombres de Adén tienen los dientes más blancos del globo. Prosigue por mar hasta llegar a Colombo (martes, 10 Diciembre) en la isla de Ceilán, actual Sri Lanka. desde donde envía un informe por telégrafo al “New York World”, visita el “Hotel Grand Oriental” y bebe una bebida refrescante de calabaza con lima. Nota: Cuando tiene acceso a Estaciones de Telégrafo, Nellie Bly envía reportes al periódico. Como los despachos de reporteros itinerantes a menudo toman mucho tiempo en llegar a Nueva York, su diario usa formas ingeniosas para mantener vivo el interés en la historia, como organizar un sorteo, pidiéndole a los lectores que adivinen exactamente cuánto va a durar el viaje de Nellie Bly. El gran premio: un viaje con gastos pagados a Europa… y más de medio millón de personas participan. Después de una desesperante espera de 5 días en Colombo… por un barco que la lleve a Hong Kong, Nellie finalmente zarpa hacia China en el “Oriental”, con escala en Penang, atravesando así el estrecho de Malaca. En el camino, se detiene en Singapur (jueves, 19 Diciembre) donde visita el “Museo Raffles” (que encuentra muy interesante, por sus dibujos de Historia Natural) y se compra un compañero: un pequeño mono macaco al que llama “McGinty”. “Cuando vi al mono, mi fuerza de voluntad se derritió y comencé de inmediato a negociar por él. Lo tengo”. Otro retraso de la noche a la mañana en Singapur, hace que Nellie se preocupe por su conexión en Hong Kong, pero el barco finalmente zarpa, aunque en medio de una violenta tormenta del Monzón, y llegan a salvo, justo antes del día de Navidad. En Hong Kong disfruta de las vistas desde el Hotel Craigieburn. Le espera una noticia sorpresa inoportuna: Nellie Bly se entera de que una publicación rival (“El Cosmopolitan”) ha enviado a otra mujer periodista para que trate de ganarle y batir el récord de Phileas Fogg… llegando antes que ella. Le dicen que Elizabeth Bisland ha estado varios días antes en Hong Kong. No le alegra la noticia (y una visita a una colonia de leprosos y al Templo de los Muertos hacen poco para aligerar su estado de ánimo), pero no le tiembla el pulso y se lo toma con calma: porque la Vuelta al Mundo de Nellie Bly no es solo una carrera contra el tiempo, sino también una excusa para conocer otras culturas. “Yo solo corro contra el tiempo”, afirmó, “Yo no voy a competir. Prometí completar el viaje en 75 días, y es lo que haré”. En cumplimiento de las obligaciones de una viajera del siglo XIX, realiza las visitas a los templos en Ceilán y en Japón, parece encontrar un lugar que despierta su admiración. Habla de hombres silenciosos y geishas que esconden los brazos bajo las mangas. Tras pasar por Yokohama en Japón, donde Nellie supera una amenaza de cuarentena por una epidemia de viruela y donde puede leer el relato de su entrevista con Julio Verne, en japonés… el martes, 7 de Enero, afronta la penúltima etapa de su periplo: cruzar el océano Pacífico y llegar a la bahía de San Francisco, a bordo del barco “R.M.S. Oceanic” (1.870), de la “White Star Line”, conocido como "La madre de los transatlánticos modernos", al mando del capitán Charles Howard Kempson. Nellie disfrutó del viaje. Como afirmó en su crónica: “Sentarse en silencio en cubierta con las estrellas como única iluminación y escuchar el agua deslizarse es, para mí, el paraíso.” A pesar del pésimo estado del tiempo en la última singladura, Nellie cruza el océano Pacífico desde Japón hasta San Francisco y llega a tierra americana el martes, 21 de Enero, con sólo 1 día de retraso, sobre el calendario previsto. Nota: Ha atravesado el Atlántico, el canal de la Mancha, el Mediterráneo, el Adriático, el Jónico, el canal de Suez, el mar Rojo, el estrecho de Bab el-Mandeb, el golfo de Adén, el mar Arábigo, el Índico, el estrecho de Malaca, el mar de China, el Pacífico y la bahía de San Francisco… y ha visitado (siempre fugazmente) Reino Unido, Francia, Italia, Egipto, Yemen, Sri Lanka (entonces Ceilán), Singapur, China y Japón. Los oficiales de aduanas hacen horas extra para garantizar que pueda hacer esas gestiones en el menor tiempo posible. El cochero que la recibe en el muelle, le entrega un telegrama de Joseph Pulitzer que dice: “Estimada Miss Bly. Este coche la llevará a la terminal ferroviaria. Llegará usted a tiempo”. En la “San Francisco Terminal Railway” le espera un tren privado fletado por el “New York World”. Lo han bautizado “Miss Nellie Bly Special” y va a establecer sus propios récords durante esa etapa final, completando el viaje de 4.147 kilómetros en 69 horas (a razón de unos 60 kilómetros por hora). Nellie es aclamada multitudinariamente a su paso por Chicago, Logansport, Columbus y Pittsburgh… Finalmente, la joven periodista baja del “Miss Nellie Bly Special” en el andén de la Estación de Jersey City, New Jersey. Allí la aguarda una muchedumbre vitoreándola, al frente de la cual destaca Joseph Pulitzer, editor y dueño del “World”. Son las 15:51 del 25 de Enero de 1.890 y Nellie Bly acaba de dar la Vuelta al Mundo en 72 días, 6 horas, 11 minutos y 14 segundos. Lo ha conseguido. Ha superado a Phileas Fogg. Sus primeras palabras son: “me alegro de estar de nuevo en casa”. Había logrado "la más notable de todas las hazañas de circunnavegación jamás realizadas por un ser humano" (“The New York World”). “Estoy en deuda con tanta gente en todo el mundo, por la amabilidad, que no puedo agradecerles a todos individualmente. Forman una cadena alrededor de la tierra. A todos y cada uno de ustedes, hombres, mujeres y niños, en mi tierra y en las tierras que visité, les estoy muy agradecida. Cada acto y pensamiento amable, una alegría, una pequeña flor, está incrustada en mi memoria como una de las cosas agradables de mi recorrido” (Nellie Bly, 1,890). Colofón
Los Verne siguieron los progresos de Nellie Bly y, al final del viaje, enviaron un telegrama de felicitación, que la reportera conservó doblado entre las páginas de su propio libro de “La vuelta al mundo en ochenta días”: “Amiens, 25 de Enero. Nunca dudé del éxito de Nellie Bly, su intrepidez se dejaba prever. ¡Hurra! ¡Para ella y para el director del New York World! ¡Hurra! ¡Hurra!. Ya le admiraba de antes, pero al conocerle se ganó mi respeto y devoción para siempre”.
La aventura benefició a Julio Verne, ya que "La vuelta al mundo en ochenta días" se volvió a publicar en más de 10 nuevas ediciones tras la hazaña de Nellie. Meses después, el periodista, aventurero y empresario George Francis Train (1.829 - 1.904) completó este mismo reto en 67 días, 12 horas y 2 minutos. El récord de Nellie Bly duró poco, pero no su ejemplo de valentía e inconformismo... “Nellie Bly” desafío los estigmas, prejuicios y convencionalismos de su tiempo y fue una inspiración para miles de chicas norteamericanas que soñaban con algo más que escribir sobre jardinería y decoración, sobre “temas femeninos”. Se convirtió en un fenómeno nacional a finales del siglo XIX. La historia de Nellie impactó tanto al Mundo, que sus contemporáneos le dedicaron canciones, la usaron como reclamo publicitario y hasta se comercializó una especie de juego de la oca sobre su viaje. Elizabeth Bisland, por cierto, tuvo mala suerte, sufrió retrasos inesperados y completó el viaje en 76 días: toda una hazaña... Elizabeth relató su viaje en la obra “Mi viaje alrededor del mundo en 7 etapas” (1.891), y Nellie hizo lo propio en la obra “La vuelta al mundo en 72 días” (1.890). Nellie Bly falleció el viernes, 27 Enero 1.922, debido a una neumonía. Tenía 57 años de edad. Sus restos, fueron enterrados en el “Cementerio Woodlawn”, en el Bronx neoyorquino. Elizabeth Bisland falleció 7 años después, el domingo, 6 Enero 1.929, también de neumonía y fue enterrada en el mismo cementerio que Nellie. En Brooklyn hay un parque de atracciones que lleva su nombre y que tiene como temática la Vuelta al Mundo en ochenta días. En 1.998, su nombre fue incluido en el “National Women’s Hall of Fame”. Olvidada durante años, en los últimos tiempos su nombre ha vuelto a resonar como pionera del periodismo… Nellie Bly, nunca pretendió ser una mujer perfecta… eso solo existe en la ficción. Nota Final
He escrito éste sencillo articulito, en Memoria de "Nellie Bly", mujer pionera en el periodismo de investigación, en el año del Centenario de su fallecimiento (1.922 - 2.022), para contribuir a que su nombre sea recordado por las generaciones presentes y venideras...
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AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Mayo 2024
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