El Padul (Granada), jueves, 3 de Agosto de 2.023.
Ayer quedé con mi amigo Pepe Melguizo Serrano, en pasarme ésta mañana por su taller (BICIAVENTURA - Plaza Soto, 5 - Dúrcal - En servicio desde 1.995), para charlar un rato… así que hoy, he cogido mi bici de montaña “MARÍN” (“Pine Mountain” - un “clásico” del siglo pasado… ) y me he dado un paseo (atravesando por el “Puente de Lata” el cauce del río Dúrcal) hasta la cercana población durqueña…
Ya en el local de su taller, y metidos en la conversación, me ha comentado que, hace ya años, escribió el relato del único viaje que ha hecho en bicicleta… y eso que su trabajo, desde que lo conozco… es mecánico (de todo tipo de bicicletas… ) y le he pedido que me lo mande… … Al regresar a casa… ya había recibido el fichero con su texto… lo he leído… me ha encantando… y le he pedido permiso para publicarlo en el Blog del Adarve… y, él, muy amablemente, me lo ha dado… Éste es el relato de mi amigo Pepe, que él tituló, cuando lo escribió hace 17 años (en 2.006):
“UN TROCITO DE NUESTRAS VIDAS”
“Este es mi relato particular, sobre un viaje maravilloso que hemos realizado cinco amigos en bicicleta. Unos, ya éramos conocidos de antes… y ya, todos nos podemos considerar como tales.
Los actores principales son (por orden alfabético, “pa” que nadie se mosquee): FERNANDO (chico para todo, “superapañao”) GERMAN ‘ERE’ (guia en funciones) GONZALO ‘EL NIÑO ERÉ’ (showman y unidad móvil de fotografía) GUILLERMO ‘PIPA’ (nómada experto en todo tipo de escapadas) PEPE ‘PEPIQUES’ (mecánico y bocina) Las actrices secundarias son: SUNN TOX CROMOLY STX 21 VELOCIDADES - (MEJORADA) SPECIALIZED ROCKHOPPER ALUMINIO STX 21 VELOCIDADES – (REMIX) TREK 4500 ALUMINIO DEORE 27 VELOCIDADES – (DE SERIE) KONA CROMOLY 24 VELOCIDADES – (MUTANTE) GIANT ALUMINIO 24 VELOCIDADES – (CLÓNICA) DATOS DEL VIAJE
Hemos hecho un total de 315 kilómetros sobre la bicicleta, en los que hemos invertido 18 horas de pedaleo, lo que arroja una velocidad media de crucero de 17,5 kilómetros por hora…”¡cargados hasta la cepa!”.
El viaje ha tenido 4 etapas, que coinciden con los 2 últimos días del mes de Abril y los 2 primeros de Mayo del 2.006, en los que hemos disfrutado de la Primavera en todo su apogeo, con un clima agradable, pero fresco, debido a su inestabilidad. A pesar de haber pasado por la zona con mayor índice de pluviosidad de la Península (Grazalema), sólo nos hemos mojado… gracias a las toallitas higiénicas que llevábamos… a efectos de aseo íntimo y personal. PRIMERA JORNADA: SÁBADO 29 DE ABRIL (RONDA - EL BOSQUE)
Iniciamos el viaje saliendo puntualmente de Dúrcal, a las seis de la mañana, con la compañía de Ignacio que nos llevará en el “PatroNizan” con remolque, hasta la Estación de Renfe en Granada, con la excepción de Gonzalo que se une a la expedición por sus propios medios en su flamante “Trek”, con un sorprendente y liviano equipaje (“éste está acostumbrao a viajar” pienso yo).
Ambiente viajero en la Estación. En dos horas y media, el tren nos sumerge en la provincia de Málaga y nos deja en la localidad de Ronda sobre las diez de la mañana. Recorrido por el centro, para encontrarnos con Dulce (Dulcinea), amiga de Guillermo, compramos víveres y agua en un Super y nos vamos al famoso Tajo de Ronda, a engullir… … Allí nos hartamos de comer y de reír… con la reacción de las confiadas palomas que, siguiendo un engañoso reguero de migajas, saltaron como muelles… al toparse de bruces con la brutal realidad de la bocina de mi bici. Nos dejamos caer por la carretera hacia Puerto Serrano y escuchamos los sones militares del Campamento de la Legión, situado en las inmediaciones de Ronda. Fernando se adelanta para tomarnos unas instantáneas. Tomamos el cruce para la carretera local del Parque de Grazalema, poco antes de coronar Puerto Serrano, y descubrimos una carretera estrecha y sinuosa, franqueada por sorprendentes plantaciones de habas. De pronto, sorprendemos a una yegua agachándose para hacer sus necesidades, y al acabar la faena, y ante la peluda visión de Germán, nos hace señas con los labios. “¡La prima Vera ha llegado para todos!”. Dehesas y alcornocales privados de su corteza, dan una visión de un paisaje verdoso al que no estamos acostumbrados. Estamos en la zona con mayor índice de pluviometría peninsular, no es de extrañar. Hemos podido disfrutar también… de la visión del catálogo de motocicletas BMW, dada la cantidad de moteros que nos han esquivado por la zona, y a las cuáles Guillermo y yo rendimos pleitesía: “algún día tendré una”, “si me compro una moto, será seguro una BMW”, en fin… En las primeras horas de pedaleo, llegamos a la bifurcación Grazalema - Ubrique, paramos bajo un árbol y repostamos un rato. Allí, entre BMW y BMW, soltamos y tragamos agua, frutos secos, galletas… mientras tiene lugar una discusión científica, sobre los principios que rigen el funcionamiento de la bolsa de agua de Germán y su correcta ubicación en el “maremagnum” de alforjas y bultos en la bici. Tras dejar de lado el pueblo de Grazalema, nos dirigimos hacia Ubrique, comenzando una estupenda bajada por el valle poblado de pastos y animales (caballos, vacas, ovejas, cerdos, y los que nos vieron a nosotros y nosotros no vimos). Paramos en Villaluenga del Rosario, bonito paraje con una antigua Iglesia y Ermita en su parte superior, y donde visitamos un bonito paraje rocoso con paso de agua en la base del valle al que conduce una vereda con baranda de madera. Aquí está todo cercado y delimitado, parece que, la tierra aquí es oro. Seguimos bajando, nueva parada en un Mirador apostado sobre una amplia curva que da una buena panorámica de las montañas que circundan esta zona. Nuevo y breve refrigerio, conversaciones y risas, antes de reemprender nuestra marcha para, acto seguido, llegar a un nuevo desvío: Benaocaz. Nuestros estómagos nos dicen que es hora de comer algo de cuchara y tenedor, y subimos al pueblo, que tiene una vistas magníficas que nos permiten ver la continuación de nuestro trayecto. En la bajada hacia la localidad de Ubrique, ya con los estómagos satisfechos, vemos a un lado de la carretera un Simca 1.200, que parece salido de fábrica, con un cartel de ‘se vende’. Paramos en la gasolinera que hay a la salida de Ubrique. Pasamos de entrar en el pueblo y cogemos la carretera nacional que nos conducirá a nuestra última visita de hoy. Una vez en la localidad de El Bosque, encontramos el Albergue Juvenil completo, buscamos inútilmente sitio para acampar en la ribera del río. Muchas cercas y control por parte de las Autoridades. Deambulamos por el pueblo, se comieron chucherías (debilidad de Guillermo), nos sentamos finalmente en la terraza de un bar donde perdí la noción del tiempo, y luego nos mudamos a otra terraza donde atendía un jóven recién evadido de Cuba. Sentí el anonimato del turista cuando comí platos engañosamente abundantes y cuando trajeron la cuenta. Pasé página y nos fuimos a buscar sitio para dormir, ya de noche. Tras volver, incomprensiblemente, al primer lugar donde anteriormente buscamos sitio, fuimos a la deriva por los campos y nos asentamos con la ayuda de las linternas en un campo de hierba alta, al lado de un árbol. Montamos las tiendas, nos dimos una ducha de toallitas higiénicas, hicimos unas llamadas, y nos tumbamos, Fernando y yo en una tienda, Germán, Gonzalo y Guillermo en la otra. Habíamos pedaleado 70 kilómetros, desde las 11:20 hasta aproximadamente las 19:00 horas, visitando Ronda, Grazalema, Villaluenga del Rosario, Benaocaz, Ubrique (no entramos) y El Bosque. SEGUNDA JORNADA: DOMINGO 30 DE ABRIL (EL BOSQUE - CHICLANA)
A pesar de la humedad que empapaba el interior de nuestra tienda, Fernando y yo nos sentimos descansados como marmotas.
Guillemo inaugura una “zona de defecación”, que posteriomente yo visitaré y finalmente también, a regañadientes, Fernando. Germán se buscó la vida y se puso más apartado… cuando, en plena faena, escuchamos el contundente sonido de vehículos que se acercaban: eran unos quads, cuyo paso obstaculizaban Germán y sus atributos en medio del camino: el resultado fue la carcajada general y la imposibilidad de ayudarle en tan embarazosa situación, la cual resolvió él mismo: maniobrando con soltura, reculando con gracia, sin levantarse y sonriendo educadamente a los motoristas. Corrimos un tupido velo y nos pusimos pacíficamente a comer. Desayuno bajo el árbol, que compartimos gentilmente con unas garrapatas vecinas. A punto estuvo de indigestarse Fernando cuando, acercándose un camión del INFOCA, nos indicaron que debíamos abandonar el lugar. Nos los quitamos de encima, y seguimos con nuestros quehaceres matutinos. Después de dejar el campamento abonado… en agradecimiento a la “Madre Natura”, que nos había acogido… partimos hacia Arcos de la Frontera, y a los 2 minutos, paramos para apañar las alforjas de Guillermo. El recorrido es bastante llano y bonito, acompañados de numerosas rapaces. Hasta un total de 8, sobrevolaban nuestras cabezas a un tiempo… se ve, que alguno de nosotros olvidó cambiarse de calzoncillos. Por no hablar de los conejos que continuamente Fernando avista por doquier. Yo no he conseguido ver ni uno. Se ve que el conejo es su especialidad. El dúo artístico Germán y Gonzalo amenizan también hoy la jornada con los cantes de “chirigotas de Cai”. Hay un momento en que vamos paralelos a una carreta tirada por bestias que lleva a unos romeros, seguida por un todoterreno. Guillermo comenta que les desea provecho en el viaje hacia El Rocío, pues puede ser el último año que disfruten de la compañía de Rocío Jurado. Tras una bajada, llegamos a Arcos de la Frontera. Mucha gente pescando a la entrada, en el río. Entramos en una tienda, curiosamente abierta en domingo, cargamos de vituallas y nos vamos a un parque céntrico a comer. Allí, de pronto, Guillermo me pide herramientas y se pone a arreglar la bicicleta de Manuel, un simpático niño de unos 8 años, y de su primo, un poco más mayor. Después de lo cuál, coge la bicicleta y hace una demostración de sus habilidades que deja a los niños con la boca abierta. Gonzalo también se anima y demuestra sus facultades para hacer trial. Tenemos un espectáculo en el parque. Tras preguntar por ‘Nómadas’, nos dicen que está en un Centro Comercial, e iniciamos una “monumental visita monumental” por Arcos de la Frontera: es precioso e increíble este pueblo. Abunda la piedra como materia prima, plazas grandes, pequeñas, calles adoquinadas, calles estrechas y sinuosas, arcos, pasos estrechos, miradores… todo irregular y encantador. El río que pasa por el pueblo se expande hasta convertirse en un gran charco tras su paso bajo el tajo. “Afotos” por un tubo, podríamos pasar por japoneses. Reemprendemos la marcha dirección Chiclana, donde pasaremos la noche. Merendamos en Paterna, pueblo de paso más bien soso, y continuamos nuestro próximo objetivo: Medina Sidonia, ubicado en alto y con antecedentes romanos en su casco urbano, precioso también, desde donde se puede avistar la costa, en días claros. Desde aquella perspectiva, sabemos que solo nos queda descenso hacia Chiclana. Por una carretera peligrosa por su mal estado y falta de arcén, serpenteamos al atardecer en busca de un merecido descanso. Hoy el cuentakilómetros parcial marcará 100 km. justos. Gonzalo, con la mejor intención, engancha un pulpo de goma a mi bici para remolcarme, pues sabe que voy bastante tocado, pero me niego… pues me parece muy peligroso; además me veo capaz de recuperarme… me he visto en peores situaciones. Muchas gracias, Gonzalo, eso se llama ‘espíritu deportivo’. Gonzalo viaja sin usar prácticamente las manos para dirigir la bicicleta, pues las usa para hacer fotos y para ponerse o quitarse ropa en marcha, entra y sale de las cunetas mientras yo contengo la respiración. Cerca ya de Chiclana, vemos venir un ave zancuda de grandes dimensiones que iba a cruzar sobre la carretera un trecho más adelante; nuestro cámara móvil Gonzalo sale disparado a su encuentro, cámara en mano, suelto el manillar de la bici, y siguiendo al pájaro a través del visor de la cámara. Ahí he tocado fondo en mi instinto protector de padre, y me he dicho ¡qué puñeta, él también está volando!. Tras esta dura y larga etapa, podremos descansar sobre camas de verdad en el piso de Mila (prima de Guillermo). Nos relajamos con una ducha sin toallitas (para Guillermo, lo mejor del día), cenamos pasta, salimos a una bodega a tomar un vino dulce, y a dormir, mañana será otro día. Total recorrido: 100 km., salida a las 11:00 y llegada a Chiclana a las 20:30 horas. Nota: Hoy, domingo 28 de Mayo, a casi un mes de nuestro “biciviaje”, reanudo el relato con una perspectiva más lejana y relajada, y quizá con una memoria algo escasa en cuanto a pequeños detalles, pero aún fresca en cuanto a vivencias personales. Mientras escribo, Germán y Guillermo, deambulan por tierras griegas de nuevo sobre sus cabalgaduras, cuales personajes mitológicos guiados por su destino errante. TERCERA JORNADA: LUNES 1 DE MAYO (CHICLANA - TARIFA)
Ésta fue para mi, la jornada más divertida del viaje, a la vez que la más dura… por el viento constante y la distancia que cubrimos.
Comenzando por el recorrido matutino paralelo a la costa por Sancti Petri con su ambiente deportivo y su “mercaíllo”; un ciclista nos acompañó un trecho y nos indicó el camino para subir al Faro de Conil, donde pudimos admirar lo último en material de cicloturismo y alforjas de viaje. El simpático almuerzo en el bar “El Granaíno”, en el pueblo de Conil de la Frontera, con tapas incluidas y el saludo del dueño, paisano nuestro. Debería incluirse en la Guia del Trotamundos. Después continuamos dirección Caños de Meca, localidad singular por su ambiente “hippy”, que pudimos experimentar en la zona del Faro de Trafalgar, justo antes de Caños de Meca, al cuál ascendimos con una buena sesión de fotos. Antes de llegar al Faro, nos cruzamos con dos simpáticas rubitas holandesas o alemanas que pedaleaban en sentido contrario al nuestro, y que respondieron con efusivos saludos a los nuestros. Se notaba que tenían experiencia sobre la bici, pues soltaron efusivamente el manillar para corresponder a los saludos emprendidos por Germán. Rondaban los ochenta tacos cada una. Mientras Germán y Gonzalo después se bañaban como chiquillos en la playa bajo el faro, nosotros continuamos hasta el pueblo, para esperarlos sentados en una terraza reponiendo líquidos. Hacía calor. Entre Caños de Meca y Barbate, atravesamos unos enormes pinares de tres pares de cojones (por el desnivel), que constituían un curioso Parque Natural Mediterráneo, a pie de costa. Precioso. Luego rodamos por pintorescas carreteras secundarias, vigiladas por miles de enormes, gigantescos, molinos generadores de energía eléctrica, que me transportaron a una Castilla - La Mancha, un poco menos llana que de costumbre. Luchamos contra el viento y contra nosotros mismos, en un largo recorrido que nos haría aterrizar, ya puesto el sol, en la ‘mullida y confortable’ localidad de Tarifa, tras habernos beneficiado de la marcha de una excavadora tras la cual nos parapetamos contra el viento durante unos kilómetros, lo que se convirtió en una fiesta… al son de la música que salía de la cabina y del ‘calorcito’ que desprendía el motor (ya hacía fresco); se convirtió en una auténtica jauría cuando el maquinista se desvió de nuestra ruta y fue despedido entre gritos y ovaciones. Adiós amigo maquinista, nunca te olvidaremos. Como seguramente tampoco nos olvidará una chica que hacía autostop, al borde de la carretera, y a la que todos ofrecimos nuestros servicios de “transporte gratuito” al pasar. No entiendo por qué sonreía… si no tenía intención alguna, de subirse a nuestras alforjas. Ya en Tarifa, buscamos alojamiento comparando locales y precios: al final elegimos sitio barato con cucarachas. Nos acompañarían incluso en nuestros sueños (por la mañana, Fernando se levanta del colchón sobresaltado creyendo que había compartido lecho con una de ellas al notar un objeto oscuro debajo de él: era una de las pasas que habían volado por la habitación cuando apagamos las luces, de lo cuál yo no me enteré, pues me pilló en fase ROQUE). Habíamos salido de Chiclana a las 11.30 y llegábamos a nuestro destino sobre las 21.30, ya de noche. El resultado de la etapa fueron 120 kilómetros (no está nada mal, teniendo en cuenta que: viajábamos de culo, cuesta abajo, sin frenos y con el viento a favor). CUARTA JORNADA: MARTES 2 MAYO (TARIFA - ALGECIRAS - GRANADA)
La conclusión del viaje fue el martes 2, laborable. Pedalada hasta Algeciras para coger el tren con destino a Granada.
Desayuno casero en la habitación de la pensión, y puesta en marcha a las 9.00. No podemos perder tiempo si queremos coger a tiempo el tren que sale a las doce. Nos esperan cinco horas de tren, que aprovecharemos para descansar… … No sabíamos lo necesario que sería ese descanso, después de atravesar el parque eólico de Tarifa, situado en plena montaña y azotado por fuertes vientos marítimos. Yo pedaleaba, estimulado por el deseo de hacer un desayuno más serio en cualquier restaurante, pero ese momento no llegaría hasta después de adquirir los billetes en la estación de RENFE en Algeciras, a 25 km de nuestro punto de partida. Mientras los demás entraron en un SuperSol para comprar comida para el camino y Guillermo esperaba a la puerta vigilando las bicis, me introduje en la cafetería de enfrente a tomar un desayuno: local lleno de moros, que desde fuera no lo parecían, y que observaban a la camarera. Cuando los demás salen de hacer la compra, me entero que ya no quedaba dinero del bote común y cada uno había comprado por su cuenta. Menos mal que me esperaron a que comprara algo apresuradamente. Mortadela con aceitunas, pan, agua y galletas. ¡gracias, Señor!. Ya en la Estación, el tren sale puntualmente; vuelta al vagón habilitado para bicicletas, que esta vez compartimos con un jóven con aspecto de venir de un Congreso, por su ropa elegante. Llamadas por teléfono para confirmar nuestro regreso. Después del refrigerio… van cayendo como moscas, incluido el vecino del traje, que ya ha aligerado ropa. Hace calorcillo en el compartimento. Fernando me ayuda a hacer un pequeño balance del viaje y me ayuda a anotar datos que me serán necesarios para luego escribir estas ‘crónicas marranas’. Damos alguna cabezada, contemplamos el paisaje, árido en comparación con el que hemos disfrutado estos días, y finalmente llegamos a nuestra querida Granada. Fernando tiene una nueva sobrina de su hermano Ignacio y Mariché, por lo que nos pasaremos por el Hospital Clínico para hacerles una “visita relámpago”, antes de coger el autobús para Dúrcal. Lo cogemos por los pelos, Guillermo y yo en el Salón, Germán y Fernando en la última parada. De nuevo juntos, tras una precipitada cabalgada por el casco granadino para coger a tiempo el autobús de las seis. A Guillermo incluso le dio tiempo de besar a su novia que nos esperaba en un semáforo. En Dúrcal nos despedimos, con un
¿¡¡Hogar, dulce Hogar!!?
CONCLUSIONES:
Éste ha sido un auténtico viaje, en todos los sentidos. Hemos disfrutado de la visión de hermosos paisajes verdes cuajados de flores, de los olores característicos del campo en Primavera, del frescor y el zumbido del viento en nuestros oídos al bajar los valles, del especial sabor de los alimentos después del esfuerzo continuado del pedaleo, y en fin, de un montón de sensaciones agradables y primitivas que me ha recordado el niño que fuí y que jugaba en un mundo sin preocupaciones. La libertad de formar parte de un grupo de amigos que van en busca de aventura.
He vuelto a sentir el instinto de supervivencia empujándome a buscar un lugar seguro para pasar la noche, he vuelto a apreciar la calidad de la luz solar y sus matices a lo largo del día, y nuestros estómagos han dictado el momento más propicio para comer. “¡Aprobeye, muyayos!”. Y ha sido también un viaje interior, un viaje hacia nuestra capacidad de comprender y comunicar las necesidades de los demás compañeros de viaje; un viaje hacia el descubrimiento de distintas formas de ser, enriqueciéndonos mutuamente y siendo capaces de llegar a acuerdos que nos permitiesen disfrutar de cada momento. Así, hemos gozado con la juventud, la simpatía, la vitalidad y la energía desbordante de Gonzalo (“Yosimiro Hagofoto”), que nos ha tenido en vilo todo el viaje con sus equilibrios sobre la bici mientras hacía fotos en todas las posiciones posibles; con la experiencia y capacidad de liderazgo de Germán, que conducía el grupo en los momentos de duda y desasosiego; la fortaleza física y mental de Guillermo también nos ha ayudado a los más débiles a continuar pedaleando con solo contemplar su tranquila silueta sobre la bici, así como su espíritu rompedor y su capacidad para divertirse y divertir a los demás; Fernando ha sido una pieza nueva en este puzzle que ha sabido encajar y colaborar renunciando para ello a sus previsiones y objetivos personales, demostrando así ser capaz de someter su espíritu luchador y combativo a favor del bien común; y por último, de Pepe sólo puedo decir que, como un mal necesario, se le ha aguantado como se ha podido y se han sobrellevado sus pequeñas manías perfeccionistas (“deberías de llevar los cuernos un poco más arriba”, “todo el mundo a engrasar la cadena”, “para un poco, ¿por qué llevas el equipaje torcido?”, “me duele escuchar cómo suena tu cambio”, “míralo, ha estado a punto de caer por un barranco por enderezar la bocina en marcha”…, por no hablar de las manías para organizar el contenido de las alforjas “cada cosa en su sitio”, “la ropa sucia aparte, en bolsas”, o la mala gestión del agua : “¿te queda agua en el bidón?, es que se me ha gastado”, luego te la devuelvo cuando lleguemos, ja,ja,ja…) Gracias a la firme decisión tomada por Germán y Pepe la mañana de un sábado, en cuestión de minutos, esta excursión se ha hecho realidad, y gracias a la chirigota de nuestro amigo gaditano Gonzalo, compartida en todo momento por Germán, ha habido cante para todas las ocasiones: “¡cariño…!” Os agradezco a todos, compañeros de viaje, vuestra paciencia en general, y conmigo en particular, aguantando a veces algunos toques de bocina de más (me sentía como un niño con una espada de madera en las manos ante aquel artefacto lleno de posibilidades comunicativas (“esto es acohonante, ¡mirad eso!, aparta que voy, cuidao que viene un iho puta echando mierda”, etc…”)
¡Gracias por esta experiencia irrepetible!
“Solo con mi bici” (Fiesta Pitufa) Voy correteando por las calles, estoy muy contento, pues la acabo de estrenar. Es azul y sé que mola mucho, me siento el mejor, todo un campeón. Ay, qué bien, pasearé, y no lo hago tan mal, ¡mira qué bien gira! Solo con mi bici, voy pedaleando, y a mi alrededor pasan los coches, gastando gasolina. Solo con mi bici, llego a todas partes, solo con mi bicicleta, ¡yo llegaré a la Luna! Solo… pedaleo Solo… giro luego Solo… por aquella cuesta abajo ¡yo llegaré a la Luna! Sigo paseando por las calles, si me despeina el viento, disfruto mogollón. Los pitufos en fila me siguen, todos en sus bicis ¡molan un montón! No es igual, lo paso guay, y no lo hacemos mal ¡mira cómo gira! Solo con mi bici…”
2 Comentarios
PACO P.M.
13/8/2023 05:36:21 pm
Bonito recorrido y buenísima exposición narrativa, fresca, natural, sin artificio y su pizca de mordacidad y suspIcacia.
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AutorAntonio Gómez Romera, ése soy yo. Entradas
Mayo 2024
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